Si Thicknesse no hubiese estado mirando por encima del hombro al entrar, Harry no habr´ıa tenido tiempo de cubrirse con la Capa de Invisibilidad. Aun as´ı, creyó que Thicknesse tal vez hab´ıa vislumbrado un movimiento, porque durante un momento o dos se quedó bastante quieto, mirando con curiosidad al lugar donde Harry se acababa de desvanecer. Quizás decidiendo que todo lo que hab´ıa visto era a Dumbledore rascándose la nariz en la portada del libro, porque Harry lo hab´ıa colocado con rapidez en el estante, Thicknesse al fin se acercó al escritorio y apuntó con su varita a la pluma preparada en el tintero. Esta salió disparada y empezó a garabatear una nota para Umbridge. Muy despacio, casi sin atreverse a respirar, Harry salió de la oficina hacia el espacio abierto que estaba detrás.
Los fabricantes de panfletos todav´ıa estaban api˜nados alrededor de los restos del Detonador Trampa, que continuaba ululando débilmente mientras echaba humo. Harry se apresuró al pasillo mientras una bruja dec´ıa: “Me apuesto a que llegó hasta aqu´ı desde Encantamientos Experimentales. Son tan descuidados, ¿recuerdas aquel pato venenoso?”
Volviendo con rapidez a los ascensores, Harry repasó sus opciones. Nunca hab´ıa sido muy probable que el medallón estuviera en el Ministerio, y no hab´ıa esperanza de sacarle a Umbridge su localización con un encantamiento mientras estuviera sentada en una sala atestada. Su prioridad ahora ten´ıa que ser abandonar el Ministerio antes de que los descubrieran, e intentarlo de nuevo otro d´ıa. Lo primero que ten´ıa que hacer era encontrar a Ron, y entonces pod´ıan pensar en una manera de sacar a Hermione de la sala del tribunal.
El ascensor estaba vac´ıo cuando llegó. Harry saltó al interior y se sacó la Capa de Invisibilidad cuando este empezó a descender. Para su enorme alivio, cuando se detuvo en la planta dos, un Ron, empapado y con los ojos muy abiertos, entró.
“B-buenos d´ıas” tartamudeó hacia Harry mientras el ascensor se volv´ıa a poner en marcha.
“¡Ron, soy yo, Harry!”
“¡Harry! Caray, me hab´ıa olvidado del aspecto que ten´ıas? ¿Por qué no está Hermione contigo?”
“Tuvo que bajar a las salas del tribunal con Umbridge, no pudo rechazarla, y...”
Pero antes de que Harry pudiese acabar el ascensor se detuvo otra vez: las puertas se abrieron y el se˜nor Weasley entró, hablando con una bruja anciana cuyo cabello rubio estaba estirado tan alto que parec´ıa un hormiguero.
“... entiendo muy bien lo que me dices, Wakanda, pero me temo que no puedo participar en...”
El se˜nor Weasley se interrumpió; se hab´ıa fijado en Harry. Fue muy extra˜no que el se˜nor Weasley le fulminase con la mirada con tanta aversión. Las puertas del ascensor se cerraron y los cuatro bajaron lentamente una vez más.
“Oh, hola Reg” dijo el se˜nor Weasley, mirando alrededor ante el sonido del chorrear constante de la túnica de Ron. “¿No estaban hoy interrogando a tu mujer? Eh... ¿qué te ha pasado? ¿Por qué estás tan mojado?”
“En la oficina de Yaxley está lloviendo” dijo Ron. Le habló al hombro del se˜nor Weasley, y Harry estaba seguro de que tem´ıa que su padre pudiese reconocerlo si se miraban CAPÍTULO 13. LA COMISI ÓN DE LOS NACIDOS DE MUGGLES
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directamente a los ojos. “No pude pararlo, as´ı que me enviaron a buscar a Bernie... Pills-worth, creo que dijeron...”
“S´ı, últimamente ha estado lloviendo en muchas oficinas” dijo el se˜nor Weasley. “¿Intentaste una Maldición Meteorológica Recanto... A Bletchley le funcionó.”
“¿Maldición Meteorológica Recanto?” susurró Ron. “No, no lo probé. Gracias p...
quiero decir, gracias, Arthur.”
Las puertas del ascensor se abrieron; la vieja bruja del pelo de hormiguero salió, y Ron la siguió hasta perderse de vista. Harry hizo un movimiento para seguirlo, pero encontró su camino bloqueado cuando Percy Weasley entró en el ascensor, con la nariz enterrada en unos papeles que estaba leyendo.
Hasta que las puertas se cerraron de nuevo con un ruido metálico, Percy no se dio cuenta de que estaba en un ascensor con su padre. Levantó la vista, vio a Arthur, se puso rojo como un rábano y salió del ascensor en cuanto las puertas se abrieron otra vez. Por segunda vez Harry intentó salir, pero esta vez vio su camino bloqueado por el brazo de Arthur.
“Un momento, Runcorn.”
Las puertas del ascensor se cerraron y mientras bajaban otro piso, el se˜nor Weasley dijo:
“O´ı que pasaste información sobre Dirk Cresswell.”
Harry tuvo la impresión de que la ira del se˜nor Weasley no sólo era por haberse cruzado con Percy. Decidió que su mejor opción era hacerse el tonto.
“¿Perdón?” dijo.
“No finjas, Runcorn” dijo el se˜nor Weasley con fiereza. “Localizaste al mago que falsificó su árbol genealógico, ¿verdad?”
“Yo... ¿y qué si lo hice?” dijo Harry.
“Que Dirk Cresswell es diez veces mejor mago que tú” dijo el se˜nor Weasley con calma, mientras el ascensor bajaba todav´ıa más. “Y si sobrevive a Azkaban, tendrás que responder ante él, por no decir ante su mujer, sus hijos y sus amigos...”