Читаем FILOSOFAL.PDF полностью

—¡Ganamos! ¡Ganamos! ¡Ganamos! —gritaba Ron al tiempo que daba palmadas a Harry en la espalda—. ¡Y yo le puse un ojo negro a Malfoy y Neville trató de vencer a Crabbe y Goyle él solo! Todavía está inconsciente, pero la señora Pomfrey dice que se pondrá bien. Todos te están esperando en la sala común, vamos a celebrar una fiesta, Fred y George robaron unos pasteles y otras cosas de la cocina...

—Ahora eso no importa —dijo Harry sin aliento—. Vamos a buscar una habitación vacía, ya veréis cuando oigáis esto...

Se aseguró de que Peeves no estuviera dentro antes de cerrar la puerta, y entonces les contó lo que había visto y oído.

—Así que teníamos razón, es la Piedra Filosofal y Snape trata de obligar a Quirrell a que lo ayude a conseguirla. Le preguntó si sabía cómo pasar ante Fluffy y dijo algo sobre el «abracadabra» de Quirrell... Eso significa que hay otras cosas custodiando la Piedra, además de Fluffy, probablemente cantidades de hechizos, y Quirrell puede haber hecho algunos encantamientos anti-Artes Oscuras que Snape necesita romper...

—¿Quieres decir que la Piedra estará segura mientras Quirrell se oponga a Snape?

—preguntó alarmada Hermione.

—En ese caso no durará mucho —dijo Ron.


14

Norberto, el ridgeback noruego


Sin embargo, Quirrell debía de ser más valiente de lo que habían pensado. En las semanas que siguieron se fue poniendo cada vez más delgado y pálido, pero no parecía que su voluntad hubiera cedido.

Cada vez que pasaban por el pasillo del tercer piso, Harry, Ron y Hermione apoyaban las orejas contra la puerta, para ver si Fluffy estaba gruñendo, allí dentro.

Snape seguía con su habitual mal carácter, lo que seguramente significaba que la Piedra estaba a salvo. Cada vez que Harry se cruzaba con Quirrell, le dirigía una sonrisa para darle ánimo, y Ron les decía a todos que no se rieran del tartamudeo del profesor.

Hermione, sin embargo, tenía en su mente otras cosas, además de la Piedra Filosofal. Había comenzado a hacer horarios para repasar y a subrayar con diferentes colores sus apuntes. A Harry y Ron eso no les habría importado, pero los fastidiaba todo el tiempo para que hicieran lo mismo.

—Hermione, faltan siglos para los exámenes.

—Diez semanas —replicó Hermione—. Eso no son siglos, es un segundo para Nicolás Flamel.

—Pero nosotros no tenemos seiscientos años —le recordó Ron—. De todos modos,

¿para qué repasas si ya te lo sabes todo?

—¿Que para qué estoy repasando? ¿Estás loco? ¿Te has dado cuenta de que tenemos que pasar estos exámenes para entrar en segundo año? Son muy importantes, tendría que haber empezado a estudiar hace un mes, no sé lo que me pasó...

Pero desgraciadamente, los profesores parecían pensar lo mismo que Hermione.

Les dieron tantos deberes que las vacaciones de Pascua no resultaron tan divertidas como las de Navidad. Era difícil relajarse con Hermione al lado, recitando los doce usos de la sangre de dragón o practicando movimientos con la varita. Quejándose y bostezando, Harry y Ron pasaban la mayor parte de su tiempo libre en la biblioteca con ella, tratando de hacer todo el trabajo suplementario.

—Nunca podré acordarme de esto —estalló Ron una tarde, arrojando la pluma y mirando por la ventana de la biblioteca con nostalgia. Era realmente el primer día bueno desde hacía meses. El cielo era claro, y las nomeolvides azules y el aire anunciaban el verano.

Harry, que estaba buscando «díctamo» en Mil hierbas mágicas y hongos no levantó la cabeza hasta que oyó que Ron decía:

—¡Hagrid! ¿Qué estás haciendo en la biblioteca?

Hagrid apareció con aire desmañado, escondiendo algo detrás de la espalda.

Parecía muy fuera de lugar; con su abrigo de piel de topo.

—Estaba mirando —dijo con una voz evasiva que les llamó la atención—. ¿Y

vosotros qué hacéis? —De pronto pareció sospechar algo—. No estaréis buscando todavía a Nicolás Flamel, ¿no?

—Oh, lo encontramos hace siglos —dijo Ron con aire grandilocuente—. Y

también sabemos lo que custodia el perro, es la Piedra Fi...

—¡¡Shhh!! —Hagrid miró alrededor para ver si alguien los escuchaba—. No podéis ir por ahí diciéndolo a gritos. ¿Qué os pasa?

—En realidad, hay unas pocas cosas que queremos preguntarte —dijo Harry—

sobre qué cosas más custodian la Piedra, además de Fluffy...

—¡SHHHH! —dijo Hagrid otra vez—. Mirad, venid a verme más tarde, no os prometo que os vaya a decir algo, pero no andéis por ahí hablando, los alumnos no deben saber nada. Van a pensar que yo os lo he contado...

—Te vemos más tarde, entonces —dijo Harry

Hagrid se escabulló.

—¿Qué escondía detrás de la espalda? —dijo Hermione con aire pensativo.

—¿Creéis que tiene que ver con la Piedra?

—Voy a ver en qué sección estaba —dijo Ron, cansado de sus trabajos. Regresó un minuto más tarde, con muchos libros en los brazos. Los desparramó sobre la mesa.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Таня Гроттер и колодец Посейдона
Таня Гроттер и колодец Посейдона

Тибидохс продолжал жить, хотя это уже был не тот Тибидохс… Многим не хватало командных рыков Поклепа и рассеянного взгляда академика Сарданапала. Не хватало Ягге, без которой опустел магпункт. Не хватало сочного баса Тарараха и запуков великой Зуби. Вместо рыжеволосой Меди нежитеведение у младших курсов вела теперь Недолеченная Дама. А все потому, что преподаватели исчезли. В Тибидохсе не осталось ни одного взрослого мага. Это напрямую было связано с колодцем Посейдона. Несколько столетий он накапливал силы в глубинах Тартара, чтобы вновь выплеснуть их. И вот колодец проснулся… Теперь старшекурсникам предстояло все делать самим. Самим преподавать, самим следить за малышами, самим готовиться к матчу-реваншу с командой невидимок. И самим найти способ вернуть преподавателей…

Дмитрий Александрович Емец , Дмитрий Емец

Фантастика / Фантастика для детей / Фэнтези / Детская фантастика / Сказки / Книги Для Детей