Читаем FILOSOFAL.PDF полностью

Harry y Ron regresaron a la sala común. Justo cuando Harry acababa de decir: «Al menos Hermione está detrás de Snape», el retrato de la Dama Gorda se abrió y apareció la muchacha.

—¡Lo siento, Harry! —se quejó—. Snape apareció y me preguntó qué estaba haciendo, así que le dije que esperaba al profesor Flitwick. Snape fue a buscarlo, yo tuve que irme y no sé adónde habrá ido Snape.

—Bueno, no queda otro remedio, ¿verdad?

Los otros dos lo miraron asombrados. Estaba pálido y los ojos le brillaban.

—Iré esta noche y trataré de llegar antes y conseguir la Piedra.

—¡Estás loco! —dijo Ron.

—¡No puedes! —dijo Hermione—. ¿Después de todo lo que han dicho Snape y McGonagall? ¡Te van a expulsar!

—¿Y qué? —gritó Harry—. ¿No comprendéis? ¡Si Snape consigue la Piedra, es la vuelta de Voldemort! ¿No habéis oído cómo eran las cosas cuando él trataba de apoderarse de todo? ¡Ya no habrá ningún colegio para que nos expulsen! ¡Lo destruirá o lo convertirá en un colegio para las Artes Oscuras! ¿No os dais cuenta de que perder puntos ya no importa? ¿Creéis que él dejará que vosotros y vuestras familias estéis tranquilos, si Gryffindor gana la copa de la casa? Si me atrapan antes de que consiga la Piedra, bueno, tendré que volver con los Dursley y esperar a que Voldemort me encuentre allí. Será sólo morir un poquito más tarde de lo que debería haber muerto, porque nunca me pasaré al lado tenebroso. Voy a entrar por esa trampilla, esta noche, y nada de lo que digáis me detendrá. Voldemort mató a mis padres, ¿lo recordáis?

Los miró con furia.

—Tienes razón, Harry —dijo Hermione, casi sin voz.

—Voy a llevar la capa invisible —dijo Harry—. Es una suerte haberla recuperado.

—Pero ¿nos cubrirá a los tres? —preguntó Ron.

—¿A... nosotros tres?

—Oh, vamos, ¿no pensarás que te vamos a dejar ir solo?

—Por supuesto que no —dijo Hermione con voz enérgica—. ¿Cómo crees que vas a conseguir la Piedra sin nosotros? Será mejor que vaya a buscar en mis libros, tiene que haber algo que nos sirva...

—Pero si nos atrapan, también os expulsarán a vosotros.

—No, si yo puedo evitarlo —dijo Hermione con severidad—. Flitwick me dijo en secreto que en su examen tengo ciento doce sobre cien. No me van a expulsar después de eso.


Tras la cena, los tres se sentaron en la sala común, lejos de todos. Nadie los molestó: después de todo, ninguno de los de Gryffindor hablaba con Harry, pero ésa fue la primera noche que no le importó. Hermione revisaba sus apuntes, confiando en encontrar algunos de los encantamientos que deberían conjurar. Harry y Ron no hablaban mucho. Ambos pensaban en lo que harían.

Poco a poco, la sala se fue vaciando y todos se fueron a acostar.

—Será mejor que vayas a buscar la capa —murmuró Ron, mientras Lee Jordan finalmente se iba, bostezando y desperezándose. Harry corrió por las escaleras hasta su dormitorio oscuro. Sacó la capa y entonces su mirada se fijó en la flauta que Hagrid le había regalado para Navidad. La guardó para utilizarla con Fluffy: no tenía muchas ganas de cantar...

Regresó a la sala común.

—Es mejor que nos pongamos la capa aquí y nos aseguremos de que nos cubra a los tres... si Filch descubre a uno de nuestros pies andando solo por ahí...

—¿Qué vais a hacer? —dijo una voz desde un rincón. Neville apareció detrás de un sillón, aferrado al sapo Trevor, que parecía haber intentado otro viaje a la libertad.

—Nada, Neville, nada —dijo Harry, escondiendo la capa detrás de la espalda.

Neville observó sus caras de culpabilidad.

—Vais a salir de nuevo —dijo.

—No, no, no —aseguró Hermione—. No, no haremos nada. ¿Por qué no te vas a la cama, Neville?

Harry miró al reloj de pie que había al lado de la puerta. No podían perder más tiempo, Snape ya debía de estar haciendo dormir a Fluffy.

—No podéis iros —insistió Neville—. Os volverán a atrapar. Gryffindor tendrá más problemas.

—Tú no lo entiendes —dijo Harry—. Esto es importante.

Pero era evidente que Neville haría algo desesperado.

—No dejaré que lo hagáis —dijo, corriendo a ponerse frente al agujero del retrato—. ¡Voy... voy a pelear con vosotros!

—¡Neville! —estalló Ron—. ¡Apártate de ese agujero y no seas idiota!

—¡No me llames idiota! —dijo Neville—. ¡No me parece bien que sigáis faltando a las reglas! ¡Y tú fuiste el que me dijo que hiciera frente a la gente!

—Sí, pero no a nosotros —dijo irritado Ron—. Neville, no sabes lo que estás haciendo.

Dio un paso hacia Neville y el chico dejó caer al sapo Trevor, que desapareció de la vista.

—¡Ven entonces, intenta pegarme! —dijo Neville, levantando los puños—. ¡Estoy listo!

Harry se volvió hacia Hermione.

—Haz algo —dijo desesperado. Hermione dio un paso adelante.

—Neville —dijo—, de verdad, siento mucho, mucho, esto.

Levantó la varita.

¡Petrificus totalus! —gritó, señalando a Neville.

Los brazos de Neville se pegaron a su cuerpo. Sus piernas se juntaron. Todo el cuerpo se le puso rígido, se balanceó y luego cayó bocabajo, rígido como un tronco.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Таня Гроттер и колодец Посейдона
Таня Гроттер и колодец Посейдона

Тибидохс продолжал жить, хотя это уже был не тот Тибидохс… Многим не хватало командных рыков Поклепа и рассеянного взгляда академика Сарданапала. Не хватало Ягге, без которой опустел магпункт. Не хватало сочного баса Тарараха и запуков великой Зуби. Вместо рыжеволосой Меди нежитеведение у младших курсов вела теперь Недолеченная Дама. А все потому, что преподаватели исчезли. В Тибидохсе не осталось ни одного взрослого мага. Это напрямую было связано с колодцем Посейдона. Несколько столетий он накапливал силы в глубинах Тартара, чтобы вновь выплеснуть их. И вот колодец проснулся… Теперь старшекурсникам предстояло все делать самим. Самим преподавать, самим следить за малышами, самим готовиться к матчу-реваншу с командой невидимок. И самим найти способ вернуть преподавателей…

Дмитрий Александрович Емец , Дмитрий Емец

Фантастика / Фантастика для детей / Фэнтези / Детская фантастика / Сказки / Книги Для Детей