A lo que los tres manifestaron categóricamente y falsamente que la Profesora Grubby-Plank, quien había sustituido a Hagrid unas pocas veces, era una profesora espantosa, con el resultado de que para cuando Hagrid los estaba despidiendo del lugar agitando su mano en el crepúsculo, parecía bastante alegre.
‘Me muero de hambre,’ dijo Harry, una vez que la puerta se había cerrado tras ellos y estaban corriendo a través de los oscuros y desiertos terrenos; Harry había abandonado la tarta de piedra después de un ominoso sonido de resquebrajamiento de uno de sus dientes de atrás. ‘Y tengo ese castigo con Snape esta noche, no tengo mucho tiempo para cenar …’
Mientras entraban en el castillo, vieron a Cormac McLaggen entrando en el Gran Comedor. Le llevó dos intentos el pasar a través de las puertas; rebotó en el quicio en el primer intento. Ron simplemente se regocijó a carcajadas y anduvo a pasos largos en el Salón tras él, pero Harry cogió el brazo de Hermione y la mantuvo atrás.
‘¿Qué?’ dijo Hermione a la defensiva.
‘Si me lo preguntas,’ dijo Harry tranquilamente, ‘McLaggen parece como si estuviese Confundido. Y estaba de pie justo delante de donde tú estabas sentada.’
Hermione se sonrojó.
‘Oh, vale, de acuerdo, yo lo hice,’ susurró. ‘¡Pero deberías haber escuchado la forma en la que estaba hablando sobre Ron y Ginny! De todas formas, él tiene un temperamento desagradable, ya viste cómo reaccionó cuando no pudo entrar – tú no hubieses querido alguien así en el equipo.’
‘No,’ dijo Harry. ‘No, supongo que es cierto. ¿Pero no fue eso deshonesto, Hermione? Quiero decir, eres un prefecto, ¿no es así?’
‘Oh, cállate,’ reaccionó ella sonriendo con sorna.
‘¿Qué estáis haciendo vosotros dos?’ preguntó Ron, reapareciendo en el vano de la puerta al Gran Comedor y algo receloso.
‘Nada,’ dijeron Harry y Hermione a la vez, y se apresuraron hacia Ron. El olor del roast beef había hecho que el estómago de Harry le doliese de hambre, pero apenas habían dado tres pasos hacia la mesa de Gryffindor cuando el Profesor Slughorn apareció delante de ellos, cortándoles el paso.
‘Harry, Harry, ¡justo el hombre que esperaba ver!’ bramó afablemente, jugando con los extremos de su bigote de morsa e hinchando su enorme barriga. ‘¡Esperaba atraparte antes de la cena! ¿Qué dices a algo de cena esta noche en mis habitaciones? Vamos a tener una pequeña fiesta, solo unas pocas estrellas ascendentes. Tengo a McLaggen, y Zabini, la encantadora Melinda Bobbin – No sé si la conoces, su familia posee una gran cadena de boticas – y, por supuesto, espero que la señorita Granger haga el favor de venir también.’
Slughorn hizo a Hermione una pequeña reverencia mientras terminaba su charla. Era como si Ron no estuviese presente; Slughorn ni siquiera lo miró.
‘No puedo ir, Profesor,’ dijo Harry de inmediato. ‘Tengo castigo con el Profesor Snape.’
‘¡Oh querido!’ dijo Slughorn, haciendo caer su cara cómicamente. ‘¡Querido, querido, contaba contigo, Harry!
Bueno, ahora, tendré que tener una palabra con Severus y explicarle la situación. Estoy seguro de que seré capaz de persuadirle de posponer tu castigo. Si, ¡os veré a los dos luego!’
Se fue del Salón.
‘No tiene posibilidades de persuadir a Snape,’ dijo Harry en el momento en que Slughorn estaba fuera del alcance de oído. ‘Este castigo ya ha sido pospuesto una vez; Snape lo hizo por Dumbledore, pero no lo hará por nadie más.’
‘Oh, desearía que pudieses venir, ¡no quiero ir sola!’ dijo Hermione ansiosamente; Harry sabía que ella estaba pensando en McLaggen.
‘Dudo que vayas a estar sola, probablemente Ginny esté invitada,’ espetó Ron, quien no parecía haber llevado bien el ser ignorado por Slughorn.
Después de la cena, hicieron su camino hacia la Torre de Gryffindor. La sala común estaba muy llena, dado que mucha gente ya había terminado la cena, pero se las ingeniaron para encontrar una mesa libre y sentarse; Ron, que había estado de mal humor desde el encuentro con Slughorn, cruzó sus brazos y frunció el ceño al techo. Hermione alcanzó una copia de ‘El Profeta’ de la tarde, que alguien había dejado abandonada en una silla.
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‘¿Algo nuevo?’ dijo Harry.
‘Realmente no …’ Hermione había abierto el periódico y examinaba las páginas interiores.
‘Oh, mira, tu padre está aquí, Ron – ¡él está bien!’ añadió rápidamente, dado que Ron había mirado alarmado. ‘Solo dice que ha ido a visitar la casa de los Malfoy.’
‘Esta segunda búsqueda de la residencia del Mortífago no parece haber dado ningún resultado. Arthur Weasley de la Oficina para la Detención y Confiscación de Falso Hechizos Defensivos y Objetos de Protección dijo que su equipo había actuado por un chivatazo confidencial.’
‘¡Sí, el mío!’ dijo Harry. ‘¡Le dije en King’s Cross sobre Malfoy y esa cosa que trataba que Borgin le arreglase! Bien, si no es en su casa, debe de haber traído lo que quiera que sea a Hogwarts con él -’