Dumbledore se puso sobre sus pies y caminó pasando a Harry hacia la vitrina que había al lado de la percha de Fawkes. Se dobló hacia abajo, corrió el cierre, y cogió algo de dentro de la cubeta de piedra poco profunda, tallada con runas alrededor de los bordes, en la que Harry había visto a su padre atormentando a Snape. Dumbledore volvió al escritorio, situando el pensadero encima de él, y levantó su varita hacia su sien. De ella, retiró finas líneas plateadas de pensamientos pegadas a la varita, y las depositó en la vasija. Volvió a sentarse detrás de su escritorio y observó sus pensamientos arremolinados y a la deriva dentro de su pensadero por un momento. Entonces, con un suspiró, levantó su varita y empujó la sustancia plateada con su punta.
Una figura se levantó de él, envuelta en mantones, sus ojos aumentaban su enorme tamaño detrás de sus gafas, y ella daba vueltas lentamente; sus pies en la vasija. Pero cuando Sybill Trelawney habló, no era su etérea y habitual voz, sino los tonos duros y roncos que Harry le había oído usar antes sólo una vez.
El único con el poder para derrotar al Lord Oscuro se acerca...
nacido de aquellos que lo han desafiado tres veces, nacido cuando el séptimo mes muere... y el Señor Tenebroso lo marcará como su igual, pero tendrá un poder que el Lord Oscuro no conocerá... y uno de ellos deberá morir a manos del otro, porque ninguno puede vivir mientras el otro sobreviva... el único con el poder para derrotar al Señor Oscuro nacerá cuando el séptimo mes muera...
La profesora Trelawney, que daba vueltas lentamente, volvió a hundirse en la masa plateada que tenía debajo y desapareció.
El silencio dentro del despacho era absoluto. Ni Dumbledore ni Harry ni ninguno de los retratos emitió algún sonido. Incluso Fawkes se había quedado en silencio.
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-¿Profesor Dumbledore? –dijo Harry en voz baja, para Dumbledore, que todavía permanecía mirando hacia el pensadero, parecía completamente perdido en sus pensamientos.- Eso...
quiere decir... ¿qué significa eso?
-Eso quiere decir –dijo Dumbledore- que la persona que tiene la única oportunidad de vencer a Lord Voldemort, nació al final de julio, hace cerca de dieciséis años. Este niño nacería de unos padres que ya habían desafiado a Voldemort en tres ocasiones.
Harry se sintió como si algo se estuviera acortando en él. Su respiración parecía dificultosa otra vez.
-¿Quiere decir... yo?
Dumbledore lo examinó por un momento a través de sus gafas.
-Lo más raro, Harry –dijo suavemente- es que podrías no haber sido tú en absoluto. La profecía de Sybill podría haberse aplicado a dos niños magos, ambos nacidos al final de julio de aquel año, ambos cuyos padres estaban en la Orden del Fénix, ambos nacidos de padres que habían escapado por poco de Voldemort tres veces. Uno, por supuesto, eras tú. El otro era Neville Longbottom.
-Pero, entonces... entonces... ¿por qué estaba mi nombre en la profecía y no el de Neville?
-El archivo oficial fue re-elaborado después de que Voldemort te atacase cuando eras un bebé –dijo Dumbledore- le pareció claro al guardián del pasillo de la profecía que Voldemort había intentado matarte porque sabía que ibas a ser el único al que se estaba refiriendo Sybill.
-Entonces... ¿podría no ser yo? –dijo Harry.
-Me temo –dijo Dumbledore lentamente, mirándolo como si cada palabra le costase un gran esfuerzo- que no hay duda de que eres tú.
-Pero usted dijo... que Neville también nació a finales de julio, y su madre y su padre...
-Estás olvidando la siguiente parte de la profecía, el final identifica el rasgo del niño que podría derrotar a Voldemort... el mismo Voldemort lo marcaría como su igual. Y eso hizo, Harry.
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Te eligió a ti, no a Neville. Te dio la cicatriz que ha probado la bendición y la maldición.
-Pero podría haber elegido mal –dijo Harry- Podría haber marcado a la persona equivocada.
-Él escogió al que pensó que era más probable que sería un peligro para él –dijo Dumbledore- Y mira esto, Harry: escogió, no la sangre pura (la cual, de acuerdo con sus creencias, es la única que vale la pena tener o conocer) sino la media sangre, como él mismo. Se vio a sí mismo en ti antes incluso de haberte visto alguna vez, y, al marcarte con la cicatriz, no te mató, como él pretendía, sino que te dio poderes y, en un futuro, te han ayudado a escapar de él no una, sino cuatro veces hasta ahora...
algo que ninguno de tus padres, ni los padres de Neville, hicieron alguna vez.