Él las tomó y se las puso adelante. Eran suaves, limpias, y cálidas. Era extraordinario cómo simplemente hab´ıan aparecido as´ı, en el momento que él lo hubiera deseado. . . .
Se puso de p´ıe, mientras echaba una mirada alrededor
¿Estaba en algún lugar de la sala multipropósito? Era más larga de lo que le parec´ıa, haber visto una vez. Un gran tejado de cristal abovedado relució en lo alto sobre él con la luz del sol. Quizás era un palacio. Todo estaba en silencio, salvo esos golpes dispares y los ruidos de llantos que estaban en alguna parte cercana de la llovizna. . . .
Harry empezó a caminar despacio, y la habitación parec´ıa surgir ante sus ojos. Un espacio ancho abierto, luminoso y limpio, un vest´ıbulo más grande por lo lejos que el Gran Vest´ıbulo, con ese techo de cristal abovedado claro. Estaba totalmente vac´ıo. Él era la única persona all´ı salvo?.
Retrocedió. Hab´ıa descubierto lo que estaba haciendo ruido. Ten´ıa la forma de un ni˜no 395
CAPÍTULO 35. KING’S CROSS
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peque˜no, desnudo, acurrucado en el suelo, su piel cruda y áspera, parec´ıa desollada , y quedó estremeciéndose bajo un asiento dónde hab´ıa estado, fuera de la vista, mientras se esforzaba por respirar
Tuvo miedo. Sin embargo era Peque˜no, frágil y herido, no quiso acercarse. No obstante se aproximo lentamente, preparado para saltar atrás en cualquier momento. Pronto se resistió lo bastante casi para tocarlo, todav´ıa no pod´ıa animarse a hacerlo. Se sent´ıa como un cobarde. Deb´ıa enfrentarlo, pero lo repulsaba.
–No lo puedes ayudar.
Él miró alrededor. Albus Dumbledore estaba caminando hacia él, con sus túnicas ordenadas y derechas, del color azul de la medianoche.
–Harry. Él extendió sus brazos, y sus manos estaban enteras blancas e ilesas. –Eres un muchacho maravilloso. Perseverante, valiente. Perm´ıtenos caminar.
Aturdido, Harry vio como Dumbledore anduvo lejos de dónde el ni˜no desollado estaba lloriqueando, mientras lo llevaba a dos asientos que Harry no hab´ıa notado previamente, poniendo un poco de distancia bajo ese techo alto, chispeante. Dumbledore se sentaba en uno de ellos, y Harry se cayó en el otro, mirando fijamente la cara de su viejo director de colegio. El pelo plateado y largo de Dumbledore los ojos azules, detrás de los lentes de media luna con una mirada desafiante, la nariz encorvada, Todo era como él lo recordaba
, y aún . . .
–Pero usted está muerto, dijo Harry.
–Oh s´ı, realmente dijo Dumbledore.
–Entonces. . . Yo también estoy muerto?
–Ah, dijo Dumbledore, mientras sonre´ıa más ampliamente. –¿Eso es una pregunta o no? En general, estimado muchacho, yo no lo creo.
Mientras se miraban, el hombre viejo suspiró.
–No? Repitió Harry.
–No, dijo Dumbledore.
–Pero. . . Harry levantó su mano instintivamente hacia la cicatriz en forma de ra-yo. No parec´ıa estar all´ı. –¡Pero yo me debo de haber muerto yo no me defend´ı! Yo le permit´ı matarme!
–Y que, dijo Dumbledore, –la profec´ıa, pienso, ha representado toda la diferencia.
La felicidad que parec´ıa radiar de Dumbledore daba una luminosidad; como el fuego: Harry nunca hab´ıa visto tan absolutamente, tan palpablemente satisfecho.
–Expl´ıqueme, dijo Harry.
–Pero ya lo sabes, dijo Dumbledore. Él jugaba juntando sus dedos pulgares.
–Yo le permit´ı matarme, dijo Harry. –No lo hice?
–Si lo hiciste, dijo Dumbledore, mientras cabeceaba. –Sigue!
–Para que la parte de su alma que estaba en m´ı. . .
Dumbledore todav´ıa cabeceó más entusiastamente, mientras insist´ıa a Harry para seguir adelante, con una sonrisa de est´ımulo en su cara.
–. . . se ha ido?
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–Oh s´ı! dijo Dumbledore. –S´ı, él la destruyó. Tu alma está entera, y completamente tuya, Harry.
–Pero entonces. . .
Harry miró temblando sobre su hombro hacia dónde estaba la criatura peque˜na, mutilada temblaba bajo la silla.
–Que es, Profesor?
–Es algo que va más allá de nuestra ayuda, dijo Dumbledore.
–Pero si Voldemort utilizó la maldición asesina, empezó Harry de nuevo, –y nadie se murió por m´ı este tiempo cómo puedo estar vivo?
–Yo pienso que lo sabes, dijo Dumbledore. –. Recuerda lo que él hizo, piensa en el pasado en su ignorancia, en su codicia y su crueldad.
Harry pensó. El dejo que su mirada flotara perdida por la habitación. Si de hecho era un palacio en el que ellos estaban sentados, estaba muy desordenado, con sillas puestas en todos lados y pedazos de barandillas por aqu´ı y all´ı, y as´ı y todo, él, Dumbledore y la criatura acurrucada bajo la silla eran all´ı los únicos seres. Entonces la respuesta subió fácilmente a sus labios, sin esfuerzo.
–Él tomó mi sangre, dijo Harry.
–Precisamente! dijo Dumbledore. –¡Él tomó tu sangre y reconstruyó su cuerpo viviente con ella! ¡Tu sangre en sus venas, Harry, la protección de Lily hacia ti dentro de los dos!
La profec´ıa uno vivirá mientras el otro viva!
–Yo viviré. . . ¿mientras él vive? Pero yo pensé. . . ¡Yo pensé que era al revés! ¿Yo pensé los dos ten´ıamos que morirnos? O es la misma cosa?