-Kreacher no vió al amo joven-, dijo, dándose la vuelta e inclinándose ante Fred. Todavía con la cara hacía la alfombra, añadió, absolutamente audiblemente, -pequeño mocoso de una sucia traidora-.
-¿Disculpa?- dijo George. -No cogí el último trozo-.
Kreacher no dijo nada, dijo el duende, con una segunda inclinación a George, agregando claramente en voz baja, -y ahí está su gemelo, son pequeñas bestias antinaturales-.
Harry no sabia tsi reír o no. El elfo se enderezó, mirándolos malévolamente, y aparentemente convencido de que ellos no lo podían escuchar continuo murmurando...
-Aquí esta la sangre sucia, resistiendo allí vigorosa como laton, oh, si mi señora supiera, oh, como lloraria, y aquí hay un chico nuevo, Kreacher no sabe su nombre, ¿que esta haciendo aquí?, Kreacher no lo sabe...-
-Este es Harry, Kreacher-, Dijo Hermione tentativamente. -Harry Potter-.
Los ojos pálidos de Kreacher se ensancharon y el murmuro mas rápidamente y mas furiosamente que nunca.
-La Sangre sucia le esta hablando a Kreacher como si fuera mi amiga, si la mujer de Kreacher lo viera con esta compañia, oh, que diría ella-
-¡¡No la llames Sangre sucia!!- dijeron Ron y Ginny juntos, muy enojados.
-No importa-, susurró Hermione, -no está bien de la cabeza, él no sabe lo que es él-
-No te engañes a ti misma Hermione, él sabe exactamente lo que está diciendo-, dijo Fred, mirando a Kreacher con gran aversión.
Kreacher todavía estaba murmurando, sus ojos en Harry.
-¿Es verdad? ¿Es Harry Potter? Kreacher puede ver la cicatriz, debe ser verdad, que es el muchacho que detuvo al Señor Oscuro, Kreacher se pregunta cómo lo hizo-.
-¿No lo hacemos todos Kreacher?- dijo Fred.
-De todos modos, ¿Qué es lo que quieres?-, preguntó George.
Los grandes ojos de Kreacher se volvieron hacia George.
108
-Kreacher está limpiando, dijo él evasivamente-.
-Una historia probable-, dijo una voz detrás de Harry.
Sirius había regresado; estaba mirando ceñudo al duende desde la puerta. El ruido en el vestíbulo había descendido; quizá la Sra.
Weasley y Mundungus habían llevado su discusión a la cocina.
-¿Qué son Skiving Snackboxes?-
-Surtido de dulces para ponerte enfermo-, susurró George, manteniendo un ojo atento en la espalda de la Sra. Weasley.
-No realmente enfermo, tranquilo, suficientemente enfermo para terminar una clase cuando tu lo desees. Fred y yo los hemos estado desarrollando este verano. Tienen dos extremos, codificados por color para masticarlos. Si te comes la mitad anaranjada de las Pastillas de Vómitos, vomitas. Momento en el que sales de la clase para ir al hospital, luego tomas la mitad púrpura, que te repone, permitiéndote que sigas con la actividad de ocio que tu elijas durante una hora que se habrías ocupado por otra parte a un fastidio improductivo-.
-Esto es lo que estamos poniendo en los anuncios, sin embargo-, susurró Fred que se había puesto fuera de la línea de visión de la Sra. Weasley y estaba barriendo unos Doxys perdidos en el suelo y guardándolos en su bolsillo, -todavía necesitan un poco de trabajo, por el momento nuestros probadores están teniendo un pequeño problema para parar de vomitar el tiempo suficiente para tomarse el extremo púrpura-.
-¿Probadores?-
-Nosotros-, dijo Fred. -Lo tomamos por turnos. George hizo el Desmayo Imaginario, nosotros dos probamos el Turrón sangra-narices-
-¡mamá pensó que nos habíamos estado batiendo en duelo!-, dijo George.
¿Entonces la tienda de bromas tira hacia adelante? Murmuró Harry, haciendo ver que estaba ajustando la boquilla de su spray.
-Bueno, aún no hemos tenido la oportunidad de conseguir local-, dijo Fred, bajando aún más su voz. La Sra. Weasley limpió su pañuelo antes de volver al ataque. -Así que hemos puesto en 109
marcha un servicio de pedidos por de momento. Pusimos un anuncio en el Diario El Profeta la semana pasada-.
-Todo gracias a usted, compañero-, dijo George. -Pero no te preocupes... Mamá no tiene ninguna pista. Ella no volverá a leer el Diario El Profeta, la causa es las graves mentiras que han dicho sobre ti y Dumbledore-.
Harry sonrió abiertamente. Él había obligado a los gemelos Weasley a aceptar los mil Galeones que había ganado en el Torneo de Los Tres Magos para ayudarles a cumplir su ambición de abrir una tienda de bromas, pero él todavía se alegraba más al saber que su participación en estos planes era desconocida por la Sra. Weasley.
Ella no creía que montar una tienda de bromas fuese una carrera conveniente para dos de sus hijos. La eliminación de los Doxys de las cortinas les ocupó la mayoría de la mañana.