El personaje principal procedente de la Unión Soviética es Andrei Voronin, un astrónomo de Leningrado cuya biografía se asemeja en ciertos aspectos a la vida de Boris Strugatsky: el principal personaje alemán es Fritz Geiger, un cabo de la Wehrmacht de Hitler, un arquetípico seguidor del sistema nazi. A lo largo de la novela ambos trabajan juntos e incluso traban una amistad íntima, uno de los muchos puntos que sugieren que no hay tanta diferencia entre el estalinismo y el nazismo, Izya Katzman, uno de los personajes más atractivos, es un intelectual judío provocador inmerso en un entorno claramente antisemita. Al contrario que los personajes principales, la mayoría de los ciudadanos no recuerdan sus vidas anteriores: son material en bruto para ser manipulados a voluntad por los poderes fácticos, controlados por enigmáticos mentores, los Preceptores, que se mueven con libertad entre la población.
Obviamente, cualquier visión que sugiriese alguna similitud entre comunismo y fascismo era blasfema para la postura oficial, y la obra no se pudo publicar durante la era soviética. Aunque la novela se empezó a escribir en 1967, en la época de
Leyendas de la Troika, y se concluyó en 1972, no se publicó hasta 1988, en una versión señalizada que apareció en la revista Neva durante 1988 y 1989. De hecho, convencidos de su rechazo y de los problemas judiciales que acarrearía, no la remitieron a ninguna editorial hasta la época de la perestroika y la glasnost. Además, los Strugatsky incluso mantuvieron en escrupuloso secreto su existencia, aunque entregaron dos copias a algunas personas de su confianza para evitar su pérdida en caso de confiscación.