La cúpula. Un día de octubre la pequeña ciudad americana de Chester´s Mill se encuentra totalmente aislada por una cúpula transparente e impenetrable. Nadie sabe de dónde ha salido ni por qué está allí. Sólo saben que poco a poco se agotarán las provisiones y hasta el oxígeno que respiran. Es una soleada mañana de otoño en la pequeña ciudad de Chester´s Mill. Claudette Sanders disfruta de su clase de vuelo y Dale Barbara, Barbie para los amigos, hace autostop en las afueras. Ninguno de los dos llegará a su destino. De repente, una barrera invisible ha caído sobre la ciudad como una burbuja cristalina e inquebrantable. Al descender, ha cortado por la mitad a una marmota y ha amputado la mano a un jardinero. El avión que pilotaba Claudette ha chocado contra la cúpula y se ha precipitado al suelo envuelto en llamas. Dale Barbara, veterano de la guerra de Irak, ha de regresar a Chester´s Mill, el lugar que tanto deseaba abandonar. El ejército pone a Barbie al cargo de la situación pero Big Jim Rennie, el hombre que tiene un pie en todos los negocios sucios de la ciudad, no está de acuerdo: la cúpula podría ser la respuesta a sus plegarias. A medida que la comida, la electricidad y el agua escasean, los niños comienzan a tener premoniciones escalofriantes. El tiempo se acaba para aquellos que viven bajo la cúpula. ¿Podrán averiguar qué ha creado tan terrorífica prisión antes de que sea demasiado tarde? Una historia apocalíptica e hipnótica. Totalmente fascinante. Lo mejor de Stephen King.
Ужасы18+Stephen King
La Cúpula
Título original:
JAMES McMURTRY
ALGUNOS (AUNQUE NO TODOS) DE LOS QUE ESTABAN EN CHESTER´S MILL EL DÍA DE LA CÚPULA:
FUNCIONARIOS MUNICIPALES
Andy Sanders, primer concejal
Jim Rennie, segundo concejal
Andrea Grinnell, tercera concejala
PERSONAL DEL SWEETBRIAR ROSE
Rose Twitchell, propietaria
Dale Barbara, cocinero
Anson Wheeler, lavaplatos
Angie McCain, camarera
Dodee Sanders, camarera
DEPARTAMENTO DE POLICÍA
Howard «Duke» Perkins, jefe de policía
Peter Randolph, ayudante del jefe de policía
Marty Arsenault, agente de policía
Freddy Denton, agente de policía
George Frederick, agente de policía
Rupert Libby, agente de policía
Toby Whelan, agente de policía
Jackie Wettington, agente de policía
Linda Everett, agente de policía
Stacey Moggin, agente de policía/secretaria
Junior Rennie, ayudante especial
Georgia Roux, ayudante especial
Frank DeLesseps, ayudante especial
Melvin Searles, ayudante especial
Carter Thibodeau, ayudante especial
SERVICIOS RELIGIOSOS
Reverendo Lester Coggins, Iglesia del Santo Cristo Redentor
Reverenda Piper Libby, Primera Iglesia Congregacional
PERSONAL MÉDICO
Ron Haskell, médico
Rusty Everett, auxiliar médico
Ginny Tomlinson, enfermera
Dougie Twitchell, enfermero
Gina Buffalino, enfermera voluntaria
Harriet Bigelow, enfermera voluntaria
NIÑOS DEL PUEBLO
Joe McClatchcy «el Espantapájaros»
Norrie Calvert
Benny Drake
Judy y Janelle Everett
Ollie y Rory Dinsmore
VECINOS DIGNOS DE SER MENCIONADOS
Tommy y Willow Anderson, propietarios/encargados del bar
de carretera Dipper's
Stewart y Fernald Bowie, propietarios/encargados de la Funeraria Bowie
Joe Boxer, dentista
Romeo Burpee, propietario/encargado de Almacenes Burpee's
Phil Bushey, chef de dudosa reputación
Samantha Bushey, su mujer
Jack Cale, gerente del supermercado
Ernie Calvert, gerente del supermercado (jubilado)
Johnny Carver, encargado de la tienda 24 horas
Alden Dinsmore, ganadero de vacuno lechero
Roger Killian, criador de pollos
Lissa Jamieson, bibliotecaria del pueblo
Claire McClatchey, madre de Joe «el Espantapájaros»
Alva Drake, madre de Benny
«Stubby» Norman, anticuario
Brenda Perkins, mujer del sheriff Perkins
Julia Shumway, propietaria/directora del periódico local
Tony Guay, reportero de deportes
Pete Freeman, fotógrafo de prensa
Sam Verdreaux «el Desharrapado», borracho del pueblo
FORASTEROS
Alice y Aidan Appleton, huérfanos de la Cúpula («Cupuérfanos»)
Thurston Marshall, hombre de letras con conocimientos médicos
Carolyn Sturges, estudiante de posgrado
PERROS DIGNOS DE SER MENCIONADOS
Horace, corgi de Julia Sumway
Clover, pastor alemán de Piper Libby
Audrey, golden retriever de los Everett
LA AVIONETA Y LA MARMOTA
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A dos mil pies de altura, donde Claudette Sanders disfrutaba de su clase de vuelo, la pequeña localidad de Chester's Mills relucía bajo la luz de la mañana como algo recién hecho y servido. Los coches avanzaban lentamente a lo largo de Main Street entre destellos de sol. El campanario de la iglesia de la Congregación parecía lo bastante afilado para perforar el inmaculado cielo. El sol recorría la superficie del arroyo Prestile mientras el Seneca V lo sobrevolaba: avioneta y agua cruzando la ciudad a lo largo del mismo curso diagonal.
– ¡Chuck, me parece que veo a dos niños junto al Puente de la Paz! ¡Pescando! -Se sentía tan feliz que se rió.
Las clases de vuelo habían sido cortesía de su marido, que era primer concejal del pueblo. Pese a ser de la opinión de que si Dios hubiese querido que el hombre volara le habría dado alas, Andy era un hombre sumamente maleable, y al final Claudette se había salido con la suya. Había disfrutado de la experiencia desde el primer momento. Pero aquello no era mero disfrute; aquello era euforia. Ese día, por primera vez, había comprendido de verdad qué hacía que volar fuera algo tan extraordinario. Qué lo hacía tan genial.
Chuck Thompson, su instructor, movió la palanca con suavidad y después señaló el tablero de mandos.
– No lo dudo -dijo-, pero hay que volar cara arriba, Claudie, ¿vale?
– Perdón, perdón.