Sofía: ¡Increíble! ¡Tú eres una madre increíble! Tú dices que… Ah, sí. Por la mañana tú te levantas muy temprano, despiertas a tres hijos. ¿Despiertas a los tres? ¿También al pequeño?
María: No. Sólo a Alejandro y a Mauricio. No despierto a Pepe. Él solo tiene 4 años y va a la escuela más tarde.
Sofía: ¿Y qué más haces?
María: Los despierto a las seis y media de la mañana. Antes de eso, yo me ducho y preparo el desayuno.
Sofía: Pero tú no estás casada, no tienes marido. ¿Cómo haces todo cada mañana tú sola?
María: No lo sé. Estoy acostumbrada. Me gusta mucho cuidar a mis hijos y también trabajar. Pero claro, a veces hacer todo esto, todos los días, es muy cansado…
Sofía. Sí, eso pienso. Yo sólo tengo un hijo y mira, siempre estoy quejándome… Cuando te veo, veo que yo tengo que ser más fuerte y alegre. Pero… dime más, ¿Qué más haces por la mañana?
María: Bueno… A las siete, después de despertar a mis hijos preparo el desayuno y desayuno con ellos. La escuela está muy cerca de la casa por eso Ale y Mauricio van a la escuela caminando. Yo me quedo en casa con Pepe. Él va a la escuela a las nueve de la mañana. Yo lo despierto a las ocho. Lo visto y lo peino. Cuando el desayuna yo me visto, me peino y me maquillo. Después lo llevo a la escuela a las ocho cuarenta y cinco. Usualmente voy a trabajar después. La niñera va a la escuela por Pepe.
Sofía: ¿Quién es la niñera?
María: Es una muchacha muy simpática y responsable, es mi sobrina. Ella está con mis hijos hasta las siete de la tarde. Yo llego a casa a esa hora…