En resultado el mot'in de Casado obtuvo un amplio soporte pol'itico, incluso por parte de los partidarios de una capitulaci'on incondicional. El revuelto provoc'o el fracaso de la Rep'ublica cuando quedaban s'olo cinco meses hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
El derrumbe de la Rep'ublica espa~nola fue una prueba evidente del fiasco de la estrategia del Frente Popular y seguridad colectiva que Stalin a tan duras penas hab'ia decid'ia realizar en 1934–1936.
En resultado de la guerra civil Franco determin'o su posici'on de neutralidad a cual se inclinaba ya en los d'ias turbios de Munich. Aunque de aquel modo la Rep'ulica gan'o: desangr'o el franquismo y impidi'o a involucrar Espa~na en la Segunda Guerra Mundial.
En el mismo tiempo en Espa~na se libr'o el primer combate en la lucha que terminar'ia por la derrota del bloque fascista en 1945.
El movimiento hacia la democracia industrial fue terminado no en consecuencia de procesos internos que hab'ia ocasionado, sino en resultado de una supresi'on forzosa de la revoluci'on. El hecho de una derrota militar como tal no da lugar a concluir que uno u otro modelo es inviable en lo principal. Hay ejemplos de otras estructuras sociales y pol'iticas que en otras condiciones militares y pol'iticas daban muestras de alta eficacia y viabilidad. El problema de viabilidad de la alternativa sindicalista se resume en la posibilidad de su existencia, conservando su particularidad respecto al modelo «capitalista» y «estatista-comunista».
Es probable que en aquellos a~nos los ideales de autogesti'on y democracia coherente pod'ian surgir a la realidad s'olo en condiciones extremales. Es dificil decir si la autogesti'on sindicalista lograra sobrevivir en condiciones de la vida cotidiana y pac'ifica. La experiencia de muchos pa'ises occidentales y Yugoslavia «socialista» demuestra que la autogesti'on y el federalismo en la sociedad industrial y bur'ocrata son realizables m'as en su forma que en su contenido, sin embargo, mejoran las condiciones de vida de la gente. Las tendencias globales ist'oricas resultan m'as poderosos que las ideas prematuras. Pero s'olo aspirando a ir m'as all'a del horizonte es posible romber el c'irculo cerrado de lo ordinario.
El mismo nacimiento del sistema capitalista basada en los principios de autogesti'on y no de direcci'on estatal hizo la revoluci'on espa~nola uno de los acontecimientos principales de la istoria munidial. Testifica que en la combinaci'on de palabras «estado social» la segunda es de clave. Las reformas sociales engendradas por el colapso del capitalismo espont'aneo pod'ian realizarse con reforzamiento del estado: a la manera norteamericana, alemana, italiana y sovi'etica, o con reforzamiento de las estructuras de autoregulaci'on de la sociedad, tales como los sindicatos, 'organos de la administraci'on aut'onoma territorial, los movimientos sociales democr'aticos, en una palabra, a la manera espa~nola.
Sean potentes que sean las leyes del desarrollo hist'orico, mucho en la direcci'on de los flujos de historia depende de sus «momentos estelares», como dec'ia Stefan Zweig. Las fuerzas sociales llegan al equilibrio y entonces todo depende del «factor sujetivo». El resultado del «momento estelar» determina el rumbo de los destinos de millones de hombres para d'ecadas en adelante.
La «hora estelar» de Espa~na es el tiempo de la Gran Revoluci'on Espa~nola de los 30. Este periodo de la istoria espa~nola es un pozo inagotable de las lecciones para los todos que desean transformar al mundo sobre bases de la libertad y solidaridad, los que buscan una alternativa real al autoritarismo y al capitalismo.
Espa~na se hall'o en el epicentro de la pol'itica mundial y de ella depend'ian los destinos del mundo. Tal papel exige sacrificios, pero al mismo tiempo da la vida y no la vegetaci'on.
En la cadena de los eventos de la pol'itica mundial de los 30, cuando una casta peque~na de los hombres de estado decid'ia el destino de millones de hombres, los hechos ib'ericos se singularizan por lo que la historia se hiciera «desde abajo» y los ciudadanos de a pie hubieran atrevido a arreglar su vida a su manera y oponerse a las 'ordenes de los «jefes». Por eso, a pesar de toda la sangre y inmundicia que sobraba en la historia de la revoluci'on espa~nola, sus l'ideres seriamente ten'ian en cuenta la voluntad de la gente com'un. Esto sucede muy raras veces y cuesta caro.
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