-¿Lo habr´ıa sido?- preguntó pesadamente Dumbledore. ?No estoy seguro. Probé, cuando era un joven, que el poder era mi debilidad y tentación. Era algo curioso, Harry, pero talvez aquellos quienes son los más apropiados para tener el poder, son aquellos que nunca lo buscaron. Aquellos quienes, como tú, tienen el liderazgo, y toman las riendas por que deben hacerlo, y descubren, para su propio asombro, que lo hacen bien.
-Estaba mas seguro en Hogwarts. Creo que era un buen maestro?
-Era el mejor?
-?eres muy amable Harry. Pero mientras yo me ocupaba del entrenamiento de los jóvenes magos, Grindelwald estaba formando un ejército. Dec´ıan que me tem´ıa, y tal vez lo hac´ıa, creo que menos, de lo que yo le tem´ıa.
-Oh, no a la muerte,-dijo Dumbledore en respuesta de la mirada interrogante de Harry.
?No de lo que me pod´ıa hacer mágicamente. Sab´ıa que éramos iguales en el combate, tal vez que yo era más hábil. Era la verdad a lo que tem´ıa. Verás, nunca supe cual de nosotros, en esa última y terrible pelea, hab´ıa arrojado la maldición que mató a mi hermana. Pensar´ıas que soy un cobarde; tendr´ıas razón Harry. Le tem´ıa más que a nada al saber que yo hab´ıa sido quien la hab´ıa matado, no solo por mi arrogancia y estupidez, sino por que yo fui quien dio el golpe que terminó con su vida.
-Creo que él lo sab´ıa, creo que él sab´ıa lo que me asustaba. Retracé el encuentro con él hasta que finalmente, ser´ıa demasiado vergonzoso prolongarlo más. Mucha gente estaba muriendo y el parec´ıa imparable, yo ten´ıa que hacer lo que estaba en mis manos.
-Bien, sabes lo que pasó después. Yo gané el duelo. Gané la varita.
Hubo otra gran pausa. Harry no quiso preguntar si alguna vez Dumbledore descubrió quien de los dos provoco la muerte de Ariana. No quer´ıa saber, y mucho menos quer´ıa que Oesed, y porque hab´ıa sido tan comprensivo en la fascinación que ejerc´ıa sobre Harry.
Se sentaron en silencio por un largo rato, y los lloriqueos de la creatura que estaba detrás de ellos apenas si molestaban a Harry.
Al fin dijo, -Grindelwald intentó detener a Voldemort de ir tras la varita. Él le mintió, sabe, pretendió que nunca la tuvo.
Dumbledore asintió, viendo hacia su regazo, unas lágrimas aún brillaban en su nariz encorvada.
CAPÍTULO 35. KING’S CROSS
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-Dicen que a˜nos después perec´ıa arrepentido, solo en su celda en Nurmengard. Espero que sea cierto. Me gustar´ıa pensar que sintió el horror y la culpa de lo que hab´ıa hecho.
Tal vez que le mintiera a Voldemort fue su intento de enmendar las cosas, de impedir que Voldemort tomara la Reliqu´ıa.
-?.o de que entrara en su tumba?- sugirió Harry, Dumbledore se llevó un pa˜nuelo a sus ojos.
Después de otra corta pausa Harry dijo- Usted intentó usar la Piedra de la Resurrección.
Dumbledore asintió.
-Cuando la descubr´ı, después de todos aquellos a˜nos, enterrada en la casa abandonada de los Gaunts? la Reliqu´ıa que deseaba más que nada, aun que en mi juventud lo hubiera deseado por razones muy diferentes? perd´ı la cabeza, Harry. Casi olvido que yo no era un Horcrux, que el anillo seguramente ten´ıa una maldición. Lo levanté, me lo puse, y por un segundo imaginé que estaba apunto de ver a Ariana, y a mi madre, y a mi padre, y de decirles cuanto lo sent´ıa?.
-Fui un tonto Harry. Después de todos esos a˜nos no hab´ıa aprendido nada. No era digno de unir las Reliquias de la Muerte lo hab´ıa comprobado antes, y esta era la prueba final.
-¿Por qué?- dijo Harry. ?¡Era normal! Usted quer´ıa verlos de nuevo. ¿Qué hay de malo en eso?
-Tal vez solo un hombre en un millón podr´ıa unir las Reliquias, Harry. Yo solo era digno de poseer la más mala de ellas, la menos extraordinaria. Yo era digno de la Varita mayor, y no presumir de ella, no matar con ella. Me era permitido usarla, porque la tomé, no por que la ganara, sino para alejarla de otros.
-Pero la Capa, yo la tomé por mera curiosidad, as´ı que nunca pudo haber funcionado para m´ı como para ustedes, sus verdaderos due˜nos. La piedra que yo habr´ıa usado molestar a los que están en paz, en vez de para permitir mi propio sacrificio, como vos lo hiciste.
Eres el digno posesor de las Reliquias.
Dumbledore le dio a Harry una palmada el la cabeza, Harry vio al anciano y sonrió; no pod´ıa ayudarse a s´ı mismo. ¿Entonces cómo pod´ıa seguir enojado con Dumbledore?
-¿Por qué lo hace tan dif´ıcil?
La sonrisa de Dumbledore era gigante.
-Me temo que contaba con la se˜norita Granger para que te hiciera ir mas lento. Me tem´ıa que tu mente tormentosa dominara tu buen corazón. Ten´ıa miedo de que, si se te presentaban abiertamente esos objetos tan tentadores, te aprovechar´ıas de las Reliquias como lo hize yo, en el momento equivocado, por los motivos equivocados. Si tu pon´ıas las manos sobre ellos, quer´ıa que los tuvieras de manera segura. Tú eres el verdadero amo de la muerte, por que el verdadero amo no busca escapar de la Muerte. Él acepta que va a morir, y entiende que hay cosas mucho peores en la vida que en la muerte.
-¿Y Voldemort nunca supo de las Reliquias?