Читаем Romeo y Julieta полностью

ROMEO.-El amor que me dijo dónde vivías. De él me aconsejé, él guió mis ojos que yo le había entregado. Sin ser nauchero, te juro que navegaría hasta la playa más remota de los mares por conquistar joya tan preciada.


JULIETA.-Si el manto de la noche no me cubriera, el rubor de virgen subiría a mis mejillas, recordando las palabras que esta noche me has oído. En vano quisiera corregirlas o desmentirlas… ¡Resistencias vanas! ¿Me amas? Sé que me dirás que sí, y que yo lo creeré. Y sin embargo, podrías faltar a tu juramento, porque dicen que Jove se ríe de los perjuros de los amantes. Si me amas de veras, Romeo, dilo con sinceridad, y si me tienes por fácil y rendida al primer ruego, dímelo también, para que me ponga esquiva y ceñuda, y así tengas que rogarme. Mucho te quiero, Montesco, mucho, y no me tengas por liviana, antes he de ser más firme y constante que aquellas que parecen desdeñosas porque son astutas. Te confesaré que más disimulo hubiera guardado contigo, si no me hubieses oído aquellas palabras que, sin pensarlo yo, te revelaron todo el ardor de mi corazón. Perdóname, y no juzgues ligereza este rendirme tan pronto. La soledad de la noche lo ha hecho.


ROMEO.-Júrote, amada mía, por los rayos de la luna que platean la copa de estos árboles…


JULIETA.-No jures por la luna, que en su rápido movimiento cambia de aspecto cada mes. No vayas a imitar su inconstancia.


ROMEO.-¿Pues por quién juraré?


JULIETA.-No hagas ningún juramento. Si acaso, jura por ti mismo, por tu persona que es el dios que adoro y en quien he de creer.


ROMEO.-¡Ojalá que el fuego de mi amor…!


JULIETA.-No jures. Aunque me llene de alegría el verte, no quiero esta noche oír tales promesas que parecen violentas y demasiado rápidas. Son como el rayo que se extingue, apenas aparece. Aléjate ahora: quizá cuando vuelvas haya llegado a abrirse, animado por las brisas del estío, el capullo de esta flor. Adiós, ¡y ojalá aliente tu pecho en tan dulce calma como el mío!


ROMEO.-¿Y no me das más consuelo que ése?


JULIETA.-¿Y qué otro puedo darte esta noche?


ROMEO.-Tu fe por la mía.


JULIETA.-Antes te la di que tú acertaras a pedírmela. Lo que siento es no poder dártela otra vez.


ROMEO.-¿Pues qué? ¿Otra vez quisieras quitármela?


JULIETA.-Sí, para dártela otra vez, aunque esto fuera codicia de un bien que tengo ya. Pero mi afán de dártelo todo es tan profundo y tan sin límite como los abismos de la mar. ¡Cuanto más te doy, más quisiera darte!… Pero oigo ruido dentro. ¡Adiós! no engañes mi esperanza… Ama, allá voy… Guárdame fidelidad, Montesco mío. Espera un instante, que vuelvo en seguida.


ROMEO.-¡Noche, deliciosa noche! Sólo temo que, por ser de noche, no pase todo esto de un delicioso sueño.


JULIETA.-(Asomada otra vez a la ventana.)Sólo te diré dos palabras. Si el fin de tu amor es honrado, si quieres casarte, avisa mañana al mensajero que te enviaré, de cómo y cuándo quieres celebrar la sagrada ceremonia. Yo te sacrificaré mi vida e iré en pos de ti por el mundo.


AMA.-(Llamando dentro.)¡Julieta!


JULIETA.-Ya voy. Pero si son torcidas tus intenciones, suplícote que…


AMA.-¡Julieta!


JULIETA.-Ya corro… Suplícote que desistas de tu empeño, y me dejes a solas con mi dolor. Mañana irá el mensajero…


ROMEO.-Por la gloria…


JULIETA.-Buenas noches.


ROMEO.-No. ¿Cómo han de ser buenas sin tus rayos? El amor va en busca del amor como el estudiante huyendo de sus libros, y el amor se aleja del amor como el niño que deja sus juegos para tornar al estudio.


JULIETA.-(Otra vez a la ventana.)¡Romeo! ¡Romeo! ¡Oh, si yo tuviese la voz del cazador de cetrería, para llamar de lejos a los halcones! Si yo pudiera hablar a gritos, penetraría mi voz hasta en la gruta de la ninfa Eco, y llegaría a ensordecerla repitiendo el nombre de mi Romeo.


ROMEO.-¡Cuán grato suena el acento de mi amada en la apacible noche, protectora de los amantes! Más dulce es que música en oído atento.


JULIETA.-¡Romeo!


ROMEO.-¡Alma mía!


JULIETA.-¿A qué hora irá mi criado mañana?


ROMEO.-A las nueve.


JULIETA.-No faltará. Las horas se me harán siglos hasta que ésa llegue. No sé para qué te he llamado.


ROMEO.-¡Déjame quedar aquí hasta que lo pienses!


JULIETA.-Con el contento de verte cerca me olvidaré eternamente de lo que pensaba, recordando tu dulce compañía.


ROMEO.-Para que siga tu olvido no he de irme.


JULIETA.-Ya es de día. Vete… Pero no quisiera que te alejaras más que el breve trecho que consiente alejarse al pajarillo la niña que le tiene sujeto de una cuerda de seda, y que a veces le suelta de la mano, y luego le coge ansiosa, y le vuelve a soltar…


ROMEO.-¡Ojalá fuera yo ese pajarillo!


Перейти на страницу:

Все книги серии Collector's Library

Похожие книги

Север и Юг
Север и Юг

Выросшая в зажиточной семье Маргарет вела комфортную жизнь привилегированного класса. Но когда ее отец перевез семью на север, ей пришлось приспосабливаться к жизни в Милтоне — городе, переживающем промышленную революцию.Маргарет ненавидит новых «хозяев жизни», а владелец хлопковой фабрики Джон Торнтон становится для нее настоящим олицетворением зла. Маргарет дает понять этому «вульгарному выскочке», что ему лучше держаться от нее на расстоянии. Джона же неудержимо влечет к Маргарет, да и она со временем чувствует все возрастающую симпатию к нему…Роман официально в России никогда не переводился и не издавался. Этот перевод выполнен переводчиком Валентиной Григорьевой, редакторами Helmi Saari (Елена Первушина) и mieleом и представлен на сайте A'propos… (http://www.apropospage.ru/).

Софья Валерьевна Ролдугина , Элизабет Гаскелл

Драматургия / Проза / Классическая проза / Славянское фэнтези / Зарубежная драматургия