Le agradezco también estas palabras que dijo en una entrevista: «We need to use art for something useful instead of just making money for the man. Such as? Ready for a run-on sentence? Making closedminds, sexism, corporate greed, economic and educational separation of the races, homophobia, and fat people phobia of the past.»
Hablando de música. El tango que Eva recuerda cuando emprende la expedición a Cuatro Vientos es 32 escalones,
de Gardel, con letra de Julio Sosa a partir de un poema del libro Dos horas antes del alba. Cuando habla de «quien busca en el licor que aturda la curda que al final termine la función poniéndole un telón al corazón», cita el tango La última curda, con letra de Cátulo Castillo.
Por si algún lector no entiende a qué se refiere Eva cuando utiliza el término logoi,
cito el evangelio (gnóstico) de san Valentín: «Quien no existe, no tiene nombre… Ésta es la perfección en el pensamiento del Padre y éstos son los logoi de Su Meditación. Cada uno de sus logoi es el producto de Su Voluntad unitaria, en la revelación de Su Significación. Mientras quedaban todavía en las profundidades de Su Pensamiento, el Logos fue el primero que emergió. Además, Él los reveló de una mente que expresa al Logos único en la gracia silenciosa llamada Pensamiento, puesto que ellos existían allí dentro antes de ser manifestados. Y al nombrarlos los crea.»Enganchadas
es un libro que existe, que recomiendo fervientemente, y que fue escrito por Coché Echarren, quien generosa y graciosamente me ha permitido jugar literariamente con la ilusión de que fue Eva Agulló quien lo escribió.
El caso de David Muñoz está basado en varias sentencias reales acumuladas por un semanario sensacionalista. Hubiera sido imposible recrear las escenas del juicio y recopilar la documentación legal sin la inestimable ayuda de Raquel Franco, abogada a la par que amiga, por más que los dos términos parezcan incompatibles.
Existe una Silvia fotógrafa que vive en NY, pero por lo demás cualquier parecido con la Sonia amiga de Eva es pura coincidencia. Más que nada porque Silvia Uslé merecería un libro para ella sola. Y lo tiene: Crónicas de NY,
en el que me he basado para contar la anécdota de los camellos portorriqueños de Spanish Harlem, una recopilación de anécdotas de los sufridos urbanitas neoyorkinos escrito por Silvia y aún inédito. Interesados pueden contactar con la autora en la siguiente dirección de correo electrónico: lipstickcannibal@hotmail. com.Quien desee contactar con Eva Agulló puede hacerlo a su vez en eva_agullo@planeta.es, sabiendo que Eva es un ente de ficción y no puede por tanto responder a sus mensajes. Al menos, no en este plano de la realidad.
El libro que Eva había leído en el que se hablaba de la depresión posparto es Misconceptions: Truth, Lies and the Unexpected on the Journey to Motherhood,
de Naomi Wolf, publicado por Doubleday Press.
Las opiniones a favor y en contra de imponer un horario de sueño y comidas a los bebés se recogen y defienden en los libros Duérmete, niño,
del doctor Estevill, y Quiéreme mucho, del doctor Carlos González.
El libro de pediatría que leyó Eva en el que se hablaba de la importancia del paseo para los bebés se titula El bebé más feliz del barrio,
del doctor Harvey Karp.
El artículo extractado en la novela y que supuestamente se publicó en la revista ficticia Padres
apareció realmente tal y como he escrito con el título «¿Qué tipo de madre eres?» en el número de noviembre de 2003 de la revista Ser Padres, a la que estoy suscrita y que considero útil -a pesar de que de vez en cuando se cuelen consejos como éstos, que sugiero humildemente intenten evitar en el futuro- para padres primerizos y para los no tan inexpertos pero que desean estar informados.
Tampoco he inventado el texto del cómic sobre los planes navideños: se publicó en el número de diciembre de 2003 de la revista Marie Claire.
Es de Jordi Labanda.