Читаем Historia del cerco de Lisboa полностью

María Sara llegó a la hora prometida. Traía alguna comida, municiones de boca le llamaríamos con mayor propiedad vocabular, pues vino para una guerra, y muy consciente de sus responsabilidades, Sí, un beso, dos, tres, pero ahora no te distraigas, trabajando estabas, trabajando sigues, el tiempo llega para todo, hasta cuando es poco, y nosotros vamos a tener dos noches enteras y un día completo, la eternidad, dame sólo un beso más, y ahora siéntate, dime sólo cómo va la historia, se han encontrado ya Mogueime y Ouroana, Menos eufemísticamente, quieres decir si se han ido ya a la cama, En cierto modo, sí, Cómo en cierto modo, Es que no tenían cama, se acostaron a la luz de las estrellas, Qué suerte, Noche cálida, ellos estaban juntos y la marea subía, Espero que hayas escrito esas palabras, No, no las he escrito, pero aún estoy a tiempo. María Sara llevó los paquetes hacia dentro, mientras Raimundo Silva, de pie, miraba sus hojas con la expresión de quien sigue otro pensamiento, No puedes escribir más, preguntó ella al regresar, mi llegada te ha distraído, No es lo mismo si estás o si no estás, no somos un matrimonio viejo que ya ha perdido las emociones y hasta la memoria de haberlas tenido, al contrario somos Ouroana y Mogueime empezando, Te he distraído, Gracias a Dios, pero lo que estaba pensando es que no voy a seguir escribiendo aquí, Por qué, No sé muy bien, dejar el despacho fue huir de la rutina, una infracción a la costumbre que tal vez me ayudara a entrar en otro tiempo, pero ahora, que estoy casi regresando, me apetece volver a la silla y a la mesa de corrector, que es lo que soy a fin de cuentas, Por qué esa insistencia en lo de corrector, Para que todo quede claro entre Mogueime y Ouroana, Explícate, Igual que él nunca llegará a ser capitán, yo nunca seré escritor, Y tienes miedo de que Ouroana le dé la espalda a Mogueime cuando descubra que nunca será mujer de un capitán, Cosas así se han visto, Con todo, esa Ouroana vivió vida mejor cuando estaba con el caballero y ahora, aceptó a Mogueime y supongo que no la forzó él, No estoy hablando de Ouroana, Estás hablando de mí, bien lo sé, pero lo que dices no me gusta, Lo supongo, Que dure esta relación lo que ha de durar, pero quiero vivirla limpiamente, me gustaste tú por lo que tú eres, y supongo que lo que soy no impide que yo te guste, y basta, Discúlpame, De nada te sirve pedir disculpa, el mal está en vosotros, los hombres, todos, el machismo, cuando no es la profesión, es la edad, cuando no es la edad es la clase social, cuando no es la clase social es el dinero, es que no vais a decidiros nunca a ser naturales en la vida, Ningún ser humano es natural, No es preciso ser corrector para saberlo, una simple licenciada no lo ignora, Parece como si estuviéramos en guerra, Claro que estamos en guerra, y es guerra de sitio, cada uno de nosotros cerca al otro y es cercado por él, queremos echar abajo los muros del otro y continuar con los nuestros, el amor será que no haya más barreras, el amor es el fin del cerco. Raimundo Silva sonrió, Esa historia deberías haberla escrito tú, Nunca se me habría pasado por la cabeza la idea que a ti se te ocurrió, negar un hecho histórico absolutamente incontrovertido, Ni yo mismo sabría decir hoy por qué lo hice, Realmente, pienso que la gran división de la personas está entre las que dicen sí y las que dicen no, y tengo bien presente, antes de que me lo hagas notar, que hay pobres y ricos, que hay fuertes y débiles, pero lo que yo quiero decir no es eso, benditos los que dicen no porque de ellos debería ser el reino de la tierra, Debería, has dicho, El condicional fue deliberado, el reino de la tierra es de los que tienen el talento de poner el no al servicio del sí, o que, habiendo sido autores de un no, rápidamente lo liquidan para instaurar un sí, Bien dicho, Ouroana querida, Gracias, querido Mogueime, pero yo no soy más que una simple mujer, aunque doctora, Y yo un simple hombre, pese a ser corrector. Se echaron a reír los dos y después, ayudándose, llevaron al despacho los papeles, un diccionario, otros libros de consulta, Raimundo Silva se empeñó en ser él quien llevara el florero con las dos rosas, Esto es cosa mía, yo soy su inventor. Dispuso todo sobre la mesa, se sentó, miró muy serio a María Sara como si evaluara, por su presencia allí, el efecto de la mudanza de lugar, Ahora voy a escribir sobre los milagrosos casos de que fue autor, muerto ya y enterrado, el antes por otras admirables razones tan celebrado Enrique alemán, caballero de la ciudad de Bonn, según explicadamente se cuenta en la carta de Fray Rogeiro a aquel Osberno que acabó quedándose con la fama del cronista, carta que siendo en este punto digna de confianza mínima, es de máxima fe, y eso es lo que cuenta, Y yo, respondió María Sara mientras no llega la hora de la cena, que hoy será preparada y comida en casa, me quedaré sentada en este sofá leyendo la edificante obra de los milagros de San Antonio, para cuyo apetito me había preparado tu lectura del caso prodigioso de la mula que cambió la avena por el Santísimo Sacramento, fenómeno que no tuvo repetición, pues dicha mula, siendo estéril como todas las otras, no dejó descendencia, Principiemos, principiemos.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Мой генерал
Мой генерал

Молодая московская профессорша Марина приезжает на отдых в санаторий на Волге. Она мечтает о приключении, может, детективном, на худой конец, романтическом. И получает все в первый же лень в одном флаконе. Ветер унес ее шляпу на пруд, и, вытаскивая ее, Марина увидела в воде утопленника. Милиция сочла это несчастным случаем. Но Марина уверена – это убийство. Она заметила одну странную деталь… Но вот с кем поделиться? Она рассказывает свою тайну Федору Тучкову, которого поначалу сочла кретином, а уже на следующий день он стал ее напарником. Назревает курортный роман, чему она изо всех профессорских сил сопротивляется. Но тут гибнет еще один отдыхающий, который что-то знал об утопленнике. Марине ничего не остается, как опять довериться Тучкову, тем более что выяснилось: он – профессионал…

Альберт Анатольевич Лиханов , Григорий Яковлевич Бакланов , Татьяна Витальевна Устинова , Татьяна Устинова

Детективы / Детская литература / Проза для детей / Остросюжетные любовные романы / Современная русская и зарубежная проза
Вдребезги
Вдребезги

Первая часть дилогии «Вдребезги» Макса Фалька.От матери Майклу досталось мятежное ирландское сердце, от отца – немецкая педантичность. Ему всего двадцать, и у него есть мечта: вырваться из своей нищей жизни, чтобы стать каскадером. Но пока он вынужден работать в отцовской автомастерской, чтобы накопить денег.Случайное знакомство с Джеймсом позволяет Майклу наяву увидеть тот мир, в который он стремится, – мир роскоши и богатства. Джеймс обладает всем тем, чего лишен Майкл: он красив, богат, эрудирован, учится в престижном колледже.Начав знакомство с драки из-за девушки, они становятся приятелями. Общение перерастает в дружбу.Но дорога к мечте непредсказуема: смогут ли они избежать катастрофы?«Остро, как стекло. Натянуто, как струна. Эмоциональная история о безумной любви, которую вы не сможете забыть никогда!» – Полина, @polinaplutakhina

Максим Фальк

Современная русская и зарубежная проза