Ahora estaba en un peque˜no bosque. Pod´ıa ver el agua de un r´ıo brillando a través de los troncos. Las sombras que daban los árboles dejaban un claro verde y fresco. Dos ni˜nos se encontraban sentados en suelo, cara a cara y con las piernas cruzadas. Snape se hab´ıa quitado el abrigo, y su delantal parec´ıa menos peculiar a media luz.
- ? y el Ministerio puede castigarte por hacer magia fuera de la escuela, te env´ıan cartas.
- ¡Pero yo s´ı he hecho magia fuera de la escuela!
- Estamos a salvo. Aún no tenemos nuestras varitas. Te dejan en paz cuando eres un ni˜no y no puedes evitarlo. Pero cuando cumples once ? y asintió, dándose importancia ?
y te comienzan a entrenar, debes ser más cuidadoso.
Hubo un peque˜no silencio. Lily hab´ıa recogido una ramita ca´ıda y la hac´ıa girar en el aire; Harry supo que la ni˜na imaginaba chispas saliendo de ella. Luego dejó caer la ramita CAPÍTULO 33. LA HISTORIA DEL PRÍNCIPE
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y se inclinó hacia el chico.
- Es verdad, ¿cierto? ¿No es una broma? Petunia dice que me estás mintiendo. Petunia dice que no existe Hogwarts. Es verdad, ¿cierto?
- Es verdad para nosotros ? dijo Snape - no para ella. Pero recibiremos la carta, tú y yo.
- ¿En serio? ? susurró Lily.
- Definitivamente ? dijo Snape, e incluso con su mal corte de cabello y su extra˜na ropa, su figura pareció enaltecerse en frente de ella, lleno de confianza en su destino.
- ¿Y de verdad me llegará por lechuza? ? susurró Lily.
- Normalmente ? dijo Snape ? pero eres hija de muggles, as´ı que alguien de la escuela tendrá que venir a explicarle a tus padres.
- ¿Existen diferencias por ser hija de muggles?
Snape dudó un instante. Sus ojos negros, impacientes y repentinamente abatidos, recorrieron la pálida cara y el cabello rojo oscuro.
- No ? dijo ? No existe ninguna diferencia.
- Que bueno ? dijo Lily, relajándose. Era claro que eso la hab´ıa estado preocupando.
- Tienes mucha magia ? dijo Snape ? pude verlo. Todo el tiempo que te observé?
Su voz fue desapareciendo, ella no estaba escuchando, pero se hab´ıa estirado en el suelo frondoso y miraba hacia las hojas en las copas de los árboles que hab´ıa sobre ellos.
Él la miró con tanta intensidad como la hab´ıa mirado en el patio de juegos.
- ¿Cómo van las cosas en tu casa? ? preguntó Lily.
Snape frunció un poco el entrecejo.
- Bien ? dijo.
- ¿Ya no pelean?
-Oh, s´ı. S´ı pelean ? dijo Snape, recogiendo un montón de hojas y rompiéndolas, aparentemente sin darse cuenta de lo que estaba haciendo - Pero no falta mucho para que me vaya.
- ¿A tu papá no le gusta la magia?
- Creo que no hay nada que le guste mucho ? dijo Snape.
- ¿Severus?
Una peque˜na sonrisa apareció en el rostro de Snape cuando ella mencionó su nombre.
- ¿Si?
- Cuéntame sobre los dementores otra vez. - ¿Qué quieres saber de ellos?
- Si yo uso magia fuera de la escuela?
- ¡No te enviarán con los dementores por eso! Los dementores son para gente que ha hecho cosas realmente malas. Son los guardianes de la prisión mágica, Azkaban. Pero tú no irás a Azkaban, eres demasiado?
Snape se sonrojó nuevamente y destrozó más hojas. Luego, un ligero crujido detrás de Harry hizo que se diera vuelta: Petunia, escondida detrás de un árbol, hab´ıa perdido el equilibrio.
CAPÍTULO 33. LA HISTORIA DEL PRÍNCIPE
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- ¡Tuney! ? exclamó Lily, con una voz llena de sorpresa y bienvenida, pero Snape se hab´ıa puesto de pie de un salto.
- ¿Quién esp´ıa a quién ahora? ? gritó ? ¿Qué es lo que quieres?
Petunia hab´ıa perdido el aliento, alarmada por haber sido atrapada. Harry pod´ıa ver como luchaba por encontrar algo hiriente que decir.
- ¿Y tú, qué traes puesto? ? dijo, se˜nalando al pecho de Snape - ¿Una blusa de tu mami?
Escucharon un ?CRACK?: una rama sobre la cabeza de Petunia se hab´ıa ca´ıdo. Lily gritó, la rama golpeó a Petunia en el hombro, quien retrocedió y se echó a llorar.
- ¡Tuney!
Pero Petunia hab´ıa salido corriendo. Lily se volteó hacia Snape.
- ¿Tú hiciste que pasara eso?
- No ? el chico parec´ıa desafiante y asustado.
- ¡Fuiste tú! ? la ni˜na se alejaba, sin darle la espalda - ¡Fuiste tú! ¡La lastimaste!
- No? ¡no lo hice!
Pero la mentira no convenció a Lily: después de una última mirada fulminante, se fue corriendo del bosquecillo, detrás de su hermana, y Snape se quedó all´ı, miserable y confundido?
Y el escenario se rearmó. Harry miró a su alrededor, se encontraba en la plataforma 9
y ?, y Snape estaba a su lado, ligeramente encorvado, junto a una mujer delgada, pálida y con una mirada amarga, que le recordaba mucho a él. Snape miraba a una familia de cuatro miembros que se encontraba a una escasa distancia. Las dos ni˜nas estaban un tanto alejadas de sus padres. Lily parec´ıa estar discutiendo con su hermana. Harry se acercó más para escuchar.
- ¡?lo siento mucho, Tuney, lo siento! Escucha ? tomó la mano de su hermana, y la sostuvo, a pesar de que Petunia trataba de soltarse ? Tal vez cuando llegue (¡Escucha, Tuney!) Tal vez cuando llegue, podré ir a hablar con el profesor Dumbledore y convencerlo para que cambie de opinión.