Tenemos una nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, la Profesora Umbridge. Es casi tan delicada como tu mamá. Te estoy escribiendo porque esa cosa de la que te escribí el verano pasado sucedió de nuevo anoche cuando estaba en detención con Umbridge.
Extrañamos mucho a nuestro amigo más grande, esperamos que vuelva pronto.
Por favor, escribe pronto.
Harry.
Harry releyó varias veces la carta, tratando de verla desde el punto de vista de un extraño. No pudo ver como sabrían de lo que estaba hablando - o a quien le estaba escribiendo - sólo de leerla. Esperaba que Sirius captara la pista acerca de Hagrid y le dijera cuando podría estar de vuelta. Harry no quería preguntar directamente en caso de que atrajera demasiada atención de lo que estuviera haciendo Hagrid mientras estaba fuera de Hogwarts.
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Considerando que era una carta muy corta, le había tomado mucho tiempo para escribirla; la luz del sol atravesaba la mitad de la sala común mientras trabajaba en ella y ahora podía escuchar sonidos distantes de movimiento en los dormitorios de arriba. Sello el pergamino cuidadosamente y salió por el retrato hacia la pajarera.
- Si yo fuera tu no iría por ahí, dijo Nick Casi Decapitado, pasando desconcertado por una pared delante de Harry mientras el caminaba por el pasillo. Peeves esta planeando una broma para la siguiente persona que pase por el busto de Paracelsus a mitad de corredor de abajo.
- ¿Esto implica a Paracelsus cayendo encima de la cabeza de alguien?, preguntó Harry.
- Bastante cómico, verdad, dijo Nick Casi Decapitado con voz de aburrido. La sutileza nunca ha sido el punto fuerte de Peeves.
Estoy tratando de encontrar al Barón Sanguinario...el podría ser capaz de poner un alto...nos vemos Harry
- Si, adiós, dijo Harry y en lugar de girar a la derecha volteo a la izquierda, tomando una ruta más larga, pero más segura hacia la pajarera. Su ánimos se levantaron mientras caminaba mirando ventana tras ventana que mostraban el brillante cielo azul; tendría entrenamiento mas tarde, volvería a estar en el estadio de Quidditch por fin.
Algo rozo sus tobillos. Miro hacia abajo y vio a la gata gris y esquelética del conserje, la Sra. Norris. Ella volvió sus ojos amarillos como linternas hacia el y un momento después desapareció detrás de la estatua de Wilfred el nostálgico.
- No estoy haciendo nada malo, dijo Harry. Ella tenia el inconfundible aire de un gato que iba a reportar a su jefe, aunque Harry no sabia porque; estaba totalmente permitido subir a la pajarera un sábado por la mañana.
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El sol ya estaba alto en el cielo cuando Harry entro en la pajarera, las ventanas sin cristales deslumbro en sus ojos; grandes rayos de sol cruzaban la habitación circular, en la que reposaban cientos de lechuzas en los largos postes, un poco inquietas a la luz temprana de la mañana, algunas de las cuales claramente acababan de regresar de cacería. El piso cubierto de paja crujía un poco cuando pisaba los huesos de animales pequeños, mientras levantaba la vista en busca de Hedwig.
- Ahí estas, dijo, encontrándola en un poste cerca del techo, baja acá, tengo una carta para ti.
Con un pequeño ulular, estiró sus alas blancas y bajo hasta posarse en su hombro.
- Bien, se que dice Hocicos por fuera, le dijo, dándole la carta que agarro con su pico y, sin saber porque le susurro, pero es para Sirius, ¿entendido?.
Ella cerro una vez sus ojos ambarinos y el lo tomo como que significaba de que le había entendido.
- Buen vuelo, entonces, dijo Harry mientras la llevaba a una de las ventanas; sintiendo un momento la presión en su brazo, Hedwig salió hacia el brillante cielo. Harry la siguió observando hasta que se convirtió en un pequeño punto y desapareció, entonces volvió su mirada hacia la cabaña de Hagrid, claramente visible desde esa ventana, así como abiertamente inhabitada, con su chimenea sin humear y sus cortinas corridas.
Las copas de los arboles del Bosque Prohibido se movían con una ligera brisa. Harry los observaba, disfrutando del aire fresco en su cara, pensando en el Quidditch de más tarde... entonces lo vio. Un gran caballo alado parecido a un reptil, como los que tiraban de los carruajes de Hogwarts, con sus alas negras extendidas como las de un terodáctilo, salió de entre los arboles como un grotesco pájaro gigante. Voló en circulo y se zambulló entre los arboles. Todo esto paso tan rápido que Harry difícilmente podía creer lo que había visto, excepto que su corazón latía rápidamente.
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