La puerta de la pajarera se abrió detrás de el. Se quedo helado y volteando rápidamente, vio a Cho Chang con una carta y un paquete en sus manos.
- Hola, dijo Harry automáticamente.
- Ah...hola, dijo ella sin aliento, no pense que alguien estaría aquí arriba tan temprano...hace apenas cinco minutos me acorde, es el cumpleaños de mi mama.
Cho levanto el paquete.
- Bien, dijo Harry. Su cerebro parecía haberse escapado. Quería decir algo gracioso e interesante, pero la imagen de ese terrible caballo alado estaba fresca en su memoria.
- Lindo día, dijo el, señalando hacia la ventana. Para sus adentros sentía vergüenza. El clima. El estaba hablando del clima...
- Si, dijo Cho, buscando alrededor una lechuza. Buenas condiciones para el Quidditch. Yo no he estado a fuera toda la semana, ¿y tu?
- No, dijo Harry.
Cho había elegido a una de las lechuzas de la escuela. Bajo hasta su brazo y estiro una de sus patas para que Cho pudiera atar el paquete.
- ¿Ya consiguió Gryffindor un nuevo guardián?, pregunto Cho.
- Si, dijo Harry. Es mi amigo Ron Weasley, ¿lo conoces?
- ¿El que odia a los Tornados? dijo Cho fríamente. ¿Es bueno?
- Si, dijo Harry, eso pienso. No pude ver su prueba. Estaba en detención.
Cho levanto la vista. El paquete estaba a medio amarrar en la pata de la lechuza.
- Fue culpa de esa Umbridge, dijo ella en voz baja. Ponerte en detención solo por que dijiste la verdad de como - como - como murió. Todos lo escucharon, por toda la escuela. Fuiste realmente valiente al pararte frente a ella así.
El interior de Harry se inflo tan rápidamente que sintió como si flotara a unos centímetros del piso. ¿A quien le importaba un tonto caballo alado? Cho pensaba que había sido valiente. Por un momento considero enseñarle accidentalmente los cortes en su 295
mano mientras le ayudaba a atar el paquete a la lechuza, pero en ese instante, la puerta de la pajarera se abrió de nuevo.
Filch, el conserje entro jadeando en la habitación. Tenia sus mejillas rojas y su cabello gris despeinado; parecía que había corrido hasta ahí. La Sra.Norris venía trotando a sus talones, mirando a todas las lechuzas y maullando hambrienta. Hubo un súbito movimiento de alas de las lechuzas que estaban arriba y una lechuza café grande cerro su pico de manera amenazadora.
- ¡Ahá! dijo Filch, dando un paso hacia Harry, con sus mejillas temblando de ira. Me dijeron que estabas intentando pedir un envío masivo de Bombas Fétidas!.
Harry cruzo los brazos y miro fijamente a Filch.
- ¿Quién le dijo que yo estaba ordenando Bombas Fétidas?
Cho estaba mirando de Harry a Filch con el ceño fruncido, con la lechuza todavía en su brazo, cansada de estar parada en una sola pata ululó, pero ella la ignoro.
- Tengo mis fuentes, dijo Filch con un silbido satisfecho de sí mismo. Ahora entrégame lo que sea que estés enviando.
Sintiéndose inmensamente agradecido de no haberse entretenido en mandar la carta, Harry dijo, - No puedo, ya la mande.
- ¿Ya la mandaste?, dijo Filch, su cara roja de rabia.
- Ya la mande, dijo Harry con calma.
Filch abrió la boca furioso por unos segundos, después se fijo en la túnica de Harry.
- ¿Cómo se que no la tienes en el bolsillo?
- Por que....
- Yo lo vi enviarla, dijo Cho airadamente.
Filch se fijo en ella.
- ¿Tu lo viste?
- Si, yo lo vi, ella dijo duramente.
Hubo una pausa en la que Filch miro con ira a Cho y Cho expresando odio a Filch, el conserje giro sobre sus talones hacia la puerta. Se detuvo con su mano en la manija de la puerta y miro a Harry.
- Si detecto un solo olor a Bomba Fétida...
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Bajo por las escaleras. La Sra.Norris dirigió una ultima mirada a las lechuzas y lo siguió.
Harry y Cho se miraron el uno al otro.
- Gracias, dijo Harry.
- No hay problema, dijo Cho atando finalmente el paquete a la pata de la lechuza, su cara aun sonrojada. ¿No estabas ordenando Bombas Fétidas, o si?
- No, dijo Harry.
- Me gustaría saber porque penso que lo hacías , entonces, dijo ella mientras llevaba a la lechuza hacia la ventana.
Harry se encogió de hombros. El estaba tan intrigado como ella, pero no le importaba mucho en ese momento.
Dejaron la pajarera juntos. En la entrada del corredor que llevaba al ala oeste del castillo, Cho dijo, Yo voy por este lado.
Bien...nos vemos Harry.
- Si, nos vemos.
Ella le sonrío y se fue. Harry siguió caminando, sintiéndose un poco eufórico. Había tenido una conversación completa con ella y no se había avergonzado...fuiste realmente valiente al pararte frente a ella así...Cho lo había llamado valiente...ella no lo odiaba por estar vivo...
Por supuesto, ella había preferido a Cedric, el sabia eso...si solo la hubiera invitado al baile antes que Cedric, las cosas habrían sido diferentes...ella se había mostrado realmente apenada por tener que rechazar a Harry cuando la invito...