Читаем Zulú полностью

– ¿Quiere decir que paso a formar parte del equipo del capitán?

Su cerebro bullía con una mezcla de ambición y estrellas muertas. Epkeen se encogió de hombros:

– Si le gusta que un zulú la llame a cualquier hora de la noche para restaurar la justicia en nuestro hermoso país…

– ¿Es adicto al trabajo?

– No, insomne.

Janet se quedó pensativa, sonriendo, mientras Epkeen salía del despacho: con un solo golpe de machete, la mestiza acababa de ponerse el traje de Dan.


***


Epkeen encontró un hueco en el aparcamiento del tanatorio. El cuerpo de su amigo descansaba en un féretro para la velada fúnebre, antes de la incineración… Dejó el Mercedes bajo una palmera a la que le quedaban pocas hojas y se dirigió hacia el edificio de ladrillo. Neuman esperaba en la escalera, enfrascado en sus pensamientos.

– Hola, Alteza.

– Eres puntual.

– Me ocurre de vez en cuando…

Trataron de sonreír, pero el azul del cielo, la sombra apacible sobre los escalones, su amistad, nada de eso parecía real. Apenas se habían visto desde el drama. Neuman no había ido al hospital. Lo había dejado solo con Claire. Había desaparecido hasta el día siguiente, sin dar la más mínima explicación…

– ¿Qué pasó con el hermano Ramphele? -quiso saber Brian.

Se acababa de enterar.

– Una depresión profunda, según Kriek.

– ¿Tú te lo crees?

– No.

– Kriek es un hijo de puta -aseguró Epkeen-. Si lo ha matado una banda de la prisión, él no moverá un dedo.

– Seguramente. Le están haciendo la autopsia, pero no nos llevará muy lejos.

Morir en la cárcel parecía de lo más natural en Sudáfrica.

– ¿Y Krugë, qué dice de esto?

– Por ahora nos cubre -contestó Neuman-. Por poco tiempo.

– No podíamos saber lo que iba a ocurrir.

– Unos tipos armados esperándonos para quitarnos de en medio, yo a eso no lo llamo un accidente -dijo Neuman entre dientes-. Nos vieron venir desde lejos, y uno de ellos me conocía. Encendieron una barbacoa un poco más lejos para separarnos, con la perspectiva de liquidarnos si las cosas se complicaban… Caímos en una trampa, Brian. Es todo culpa mía.

– ¿Le has dicho a Krugë que yo estaba bailando abrazado a una negra mientras os hacían pedacitos?

– No habría servido de nada. A Sonny Ramphele lo han matado porque nos contó lo de la playa de Muizenberg. Esta mafia tiene antenas en la cárcel y una guarida en los townships. Me encontré con uno de ellos en Khayelitsha. Se estaba ensañando con un niño de la calle, Simón Mceli, al que mi madre conoce…

Brian se sentó a su vez en los escalones.

– Mira, tío, los dos estamos metidos en esto, lo quieras o no.

– La operación la dirigía yo -insistió Ali.

– Me traen sin cuidado tus historias de jefe.

Eran amigos, no subalternos. Una mirada basta para entenderse.

– Bueno, ¿hemos hablado ya con todos los confidentes?

– Khayelitsha está fuera de nuestro territorio -contestó Neuman-. En cuanto al tráfico de drogas en Muizenberg, al parecer de eso nadie sabe nada. O Stan era el único camello, o se nos escapa algo…

Un gorrión avanzaba a saltitos sobre la losa de mármol: se detuvo a su altura y los miró con hostilidad.

– Hay una casa aislada en la playa -dijo entonces Epkeen-: a cerca de un kilómetro de la choza. Parece abandonada, pero el nombre del propietario no figura en ninguna parte. Quizá se trate de una historia de especulación inmobiliaria… Tenemos también un muerto en Simon's Town, un surfista. Lo abatió una patrulla, pero según la autopsia, el tipo estaba colocado, se había metido el cóctel a base de tik. El mismo que nuestros dos jóvenes.

– Así que Nicole no era el único objetivo de los camellos. Se ha ampliado el negocio.

– Eso parece. He metido a Janet Helms en el caso…

Brian no terminó la frase: Claire acababa de aparecer en la escalera del tanatorio. Llevaba un vestido negro que la hacía más delgada y un bolsito de vinilo. Los miembros de su familia la seguían, con gafas de sol para ocultar su tristeza.

Claire vio a los dos hombres sentados en los escalones, susurró unas palabras a su hermana y fue hacia ellos. Se levantaron a la vez, se cruzaron con su mirada ajada y la abrazaron. La joven se abandonó un breve instante antes de recuperar el equilibrio. Ya no dormía, que más daban las medicinas, pero no se vendría abajo. Ahora no.

– Tengo que hablar con vosotros -dijo, separándose de ellos.

Llovía a mares en sus ojos azul Atlántico. Caminaron unos pasos hacia el aparcamiento, en silencio. Claire se detuvo a la sombra de una palmera y se volvió hacia Neuman.

– ¿Qué le hicieron en las manos? -le preguntó con voz átona.

Brian se quedó de piedra. Una piedra que se resquebrajaba a ojos vistas.

– Nada -contestó Ali-. Todo ocurrió muy deprisa…

Claire se mordió el interior de los carrillos. Le temblaban los ojos detrás de las gafas de sol.

– No le dio tiempo a sufrir, si es lo que te preocupa -añadió-. Lo siento mucho.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Секреты Лилии
Секреты Лилии

1951 год. Юная Лили заключает сделку с ведьмой, чтобы спасти мать, и обрекает себя на проклятье. Теперь она не имеет права на любовь. Проходят годы, и жизнь сталкивает девушку с Натаном. Она влюбляется в странного замкнутого парня, у которого тоже немало тайн. Лили понимает, что их любовь невозможна, но решает пойти наперекор судьбе, однако проклятье никуда не делось…Шестьдесят лет спустя Руслана получает в наследство дом от двоюродного деда Натана, которого она никогда не видела. Ее начинают преследовать странные голоса и видения, а по ночам дом нашептывает свою трагическую историю, которую Руслана бессознательно набирает на старой печатной машинке. Приподняв покров многолетнего молчания, она вытягивает на свет страшные фамильные тайны и раскрывает не только чужие, но и свои секреты…

Анастасия Сергеевна Румянцева , Нана Рай

Фантастика / Триллер / Исторические любовные романы / Мистика / Романы
Eagle Station
Eagle Station

In this thrilling geopolitical adventure from New York Times bestselling legend Dale Brown, Brad McLanahan and the Space Force must fight to preserve America's freedom when ruthless enemies forge an unlikely alliance to control not only the earth, but the moon and beyond.Because its enemies never stop trying to undermine the United States' security, the men and women who serve to protect America must always be vigilant. Few know this better than warriors Brad McLanahan and Nadia Rozek. Newly married, the two are just beginning to settle into their new life together when they are called back into action.Though the Russians were badly defeated by Brad and the Iron Wolf Squadron in their previous bid for world dominance, they are back and doubling down on their quest for control of outer space. In addition to their cutting-edge weaponry, they have a formidable new ally: China's energetic and ruthless leader, President Li Jun.To protect America and the rest of the free world from the Russians and the Chinese, the Americans plan to mine the moon's helium-3 resources, which will allow them to fully exploit the revolutionary fusion power technology Brad and his team captured from the Russians aboard the Mars One weapons platform.But Leonov and Li have devised a daring plan of their own. They are building a joint secret base on the moon's far side fortified with a powerful Russian plasma rail gun that can destroy any spacecraft entering lunar orbit. If the heavily armed base becomes operational, it will give America's enemies control over the world's economic and military future.As this latest skirmish in the war for space accelerates, Brad, Nadia, and their compatriots in the Space Force must use their cunning and skill — and America's own high-tech weaponry — to derail the Sino-Russian alliance and destroy their lunar site before it's too late for the U.S.… and the entire world.

Дейл Браун

Триллер