Читаем 2666 полностью

Espinoza hubiera querido preguntarle desde cuándo eran amantes, pero sólo le salió un suspiro. Norton dijo que ella tenía muchos amigos, sin explicitar si se refería a amigos-amigos o a amigos-amantes, que así había sido desde los dieciséis años, en que hizo el amor por primera vez con un tipo de treintaicuatro, un músico fracasado de Pottery Lane, y que ella lo veía así. Espinoza, que nunca había hablado en alemán de amor (o de sexo) con una mujer, los dos desnudos en la cama, quiso saber cómo lo veía ella, pues esa parte no la había entendido, pero sólo se limitó a asentir.

Después vino la gran sorpresa. Norton lo miró a los ojos y le preguntó si él pensaba que la conocía. Espinoza dijo que no lo sabía, tal vez en algunos aspectos sí y en otros no, pero que sentía un gran respeto por ella, además de admiración por su trabajo como estudiosa y crítica de la obra archimboldiana.

Norton le dijo entonces que ella había estado casada y que ahora estaba divorciada.

– Jamás lo hubiera dicho -dijo Espinoza.

– Pues es verdad -dijo Norton-. Soy una mujer divorciada.

Cuando Liz Norton volvió a Londres Espinoza se quedó aún más nervioso de lo que había estado durante los dos días que Norton permaneció en Madrid. Por un lado, el encuentro había discurrido por unos cauces óptimos, de eso no cabía duda, en la cama, sobre todo, ambos parecían congeniar, hacer una buena pareja, armoniosa, como si se conocieran desde hacía tiempo, pero cuando el sexo se acababa y a Norton le entraban ganas de hablar todo cambiaba, la inglesa entraba en un estado hipnótico, como si no tuviera ninguna amiga con quien hacerlo, pensaba Espinoza, que en su fuero interno creía firmemente que esa clase de confesiones no están hechas para un hombre sino para que las escuche otra mujer: Norton hablaba de períodos menstruales, por ejemplo, hablaba de la luna y de películas en blanco y negro que podían transformarse en cualquier momento en películas de terror que deprimían enormemente a Espinoza, a tal grado que, terminadas las confidencias, tenía que hacer un esfuerzo sobrehumano para vestirse y salir a cenar, o salir a una reunión informal con amigos, del brazo de Norton, sin contar con el asunto Pelletier, que bien mirado le ponía los pelos de punta, ¿y ahora quién le dice a Pelletier que yo me acuesto con Liz?, cosas todas que descentraban a Espinoza y que, cuando estaba solo, le provocaban retortijones en el estómago y ganas de ir al baño, tal como le había explicado Norton que le ocurría a ella (¡pero por qué le permití que me hablara de eso!) cuando veía a su ex marido, un tipo de metro noventa y destino incierto, un suicida en potencia o un homicida en potencia, posiblemente un delincuente menor o un hooligan cuyo horizonte cultural se cifraba en canciones populares que cantaba junto con sus amigotes de infancia en algún pub, un gilipollas que creía en la televisión y cuyo espíritu enano y atrofiado era semejante al de cualquier fundamentalista religioso, en cualquier caso y hablando claro el peor marido que se podía echar encima una mujer.

Y aunque para tranquilizarse Espinoza se hizo el propósito de no avanzar más en la relación, al cabo de cuatro días, cuando ya estaba tranquilo, telefoneó a Norton y le dijo que quería verla. Norton le preguntó si en Londres o Madrid. Espinoza dijo que donde ella quisiera. Norton escogió Madrid. Espinoza se sintió el hombre más feliz de la tierra.

La inglesa llegó un sábado por la noche y se marchó el domingo por la noche. Espinoza la llevó en coche a El Escorial y luego fueron a un tablao flamenco. Le pareció que Norton estaba feliz y se alegró. La noche del sábado al domingo hicieron el amor durante tres horas, al cabo de las cuales Norton, en vez de ponerse a hablar como en la ocasión anterior, dijo que estaba agotada y se puso a dormir. Al día siguiente, después de ducharse, volvieron a hacer el amor y partieron a El Escorial. Durante el trayecto de vuelta Espinoza le preguntó si había visto a Pelletier. Norton dijo que sí, que Jean-Claude había estado en Londres.

– ¿Cómo está? -dijo Espinoza.

– Bien -dijo Norton-. Le conté nuestra historia.

Espinoza se puso nervioso y se concentró en la carretera.

– ¿Y qué opina? -dijo.

– Que es asunto mío -dijo Norton-, pero que en algún momento tendré que decidirme.

Sin hacer ningún comentario, Espinoza admiró la actitud del francés. Este Pelletier se comporta como los buenos, pensó.

Norton le preguntó entonces qué opinaba él.

– Más o menos lo mismo -mintió Espinoza sin mirarla.

Durante un rato ambos permanecieron en silencio y después Norton empezó a hablar de su marido. Esta vez las atrocidades que contó no impresionaron a Espinoza en lo más mínimo.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Утес чайки
Утес чайки

В МИРЕ ПРОДАНО БОЛЕЕ 30 МИЛЛИОНОВ ЭКЗЕМПЛЯРОВ КНИГ ШАРЛОТТЫ ЛИНК.НАЦИОНАЛЬНЫЙ БЕСТСЕЛЛЕР ГЕРМАНИИ № 1.Шарлотта Линк – самый успешный современный автор Германии. Все ее книги, переведенные почти на 30 языков, стали национальными и международными бестселлерами. В 1999–2023 гг. снято более двух десятков фильмов и сериалов по мотивам ее романов.Несколько пропавших девушек, мертвое тело у горных болот – и ни единого следа… Этот роман – беспощадный, коварный, загадочный – продолжение мирового бестселлера Шарлотты Линк «Обманутая».Тело 14-летней Саскии Моррис, бесследно исчезнувшей год назад на севере Англии, обнаружено на пустоши у горных болот. Вскоре после этого пропадает еще одна девушка, по имени Амели. Полиция Скарборо поднята по тревоге. Что это – дело рук одного и того же серийного преступника? Становится известно еще об одном исчезновении девушки, еще раньше, – ее так и не нашли. СМИ тут же заговорили об Убийце с пустошей, что усилило давление на полицейских.Сержант Кейт Линвилл из Скотланд-Ярда также находится в этом районе, но не по службе – пытается продать дом своих родителей. Случайно она знакомится с отчаявшейся семьей Амели – и, не в силах остаться в стороне, начинает независимое расследование. Но Кейт еще не представляет, с какой жутью ей предстоит столкнуться. Под угрозой ее рассудок – и сама жизнь…«Линк вновь позволяет нам заглянуть глубоко в человеческие бездны». – Kronen Zeitung«И снова настоящий восторг из-под пера королевы криминального жанра Шарлотты Линк». – Hannoversche Allgemeine Zeitung«Шарлотта Линк – одна из немногих мировых литературных звезд из Германии». – Berliner Zeitung«Отличный, коварный, глубокий, сложный роман». – Brigitte«Шарлотте Линк снова удалось выстроить очень сложную, но связную историю, которая едва ли может быть превзойдена по уровню напряжения». – Hamburger Morgenpost«Королева саспенса». – BUNTE«Потрясающий тембр авторского голоса Линк одновременно чарует и заставляет стыть кровь». – The New York Times«Пробирает до дрожи». – People«Одна из лучших писательниц нашего времени». – Journal für die Frau«Мощные психологические хитросплетения». – Focus

Шарлотта Линк

Детективы / Триллер
Агент на месте
Агент на месте

Вернувшись на свою первую миссию в ЦРУ, придворный Джентри получает то, что кажется простым контрактом: группа эмигрантов в Париже нанимает его похитить любовницу сирийского диктатора Ахмеда Аззама, чтобы получить информацию, которая могла бы дестабилизировать режим Аззама. Суд передает Бьянку Медину повстанцам, но на этом его работа не заканчивается. Вскоре она обнаруживает, что родила сына, единственного наследника правления Аззама — и серьезную угрозу для могущественной жены сирийского президента. Теперь, чтобы заручиться сотрудничеством Бьянки, Суд должен вывезти ее сына из Сирии живым. Пока часы в жизни Бьянки тикают, он скрывается в зоне свободной торговли на Ближнем Востоке — и оказывается в нужном месте в нужное время, чтобы сделать попытку положить конец одной из самых жестоких диктатур на земле…

Марк Грени

Триллер