Los rusos denominaban
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Personas superfluas
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Me asusta decirlo, pero en vísperas de los años setenta de este siglo estos dos tipos de personas parecen emerger de nuevo. Es sorprendente. Es algo que casi no cabía esperar.122
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El uso a secas del patronímico (derivado del nombre del progenitor) denota una relación de amistad respetuosa. Ilich era también el patronímico de Vladímir Lenin. El pueblo podía referirse así a Lenin como muestra de veneración (o con sarcasmo).
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Yavé a Moisés, en el libro del Éxodo (20, 3-6).
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En los primeros meses del régimen soviético, Gorki, el «gran escritor proletario» rechazaba la Revolución porque opinaba que la clase obrera no podía ejercer eficazmente el poder en un país atrasado. Hasta 1918 Gorki caracterizó a los bolcheviques como fanáticos desalmados, lanzados de forma precipitada a una revolución social. Plejánov, cofundador del POSDR y principal teórico del marxismo en Rusia, regresó al país tras la revolución de febrero de 1917. Opuesto a la revolución socialista y a la toma del poder por parte de los bolcheviques, brindó apoyo al gobierno provisional.
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Era la cantinela favorita de Stalin: imputar a cada detenido de su partido (y, en general, a todo antiguo revolucionario) el servicio en la Ojcana zarista. ¿No podía soportar la sospecha quizás? ¿O era por un sentimiento interno? ¿Por analogía?128
Z-v confunde a dos escritores, sin saber siquiera que lo son: Lev Tolstói y Alexéi Tolstói, éste último diputado desde 1937.
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Se trata del principio de una canción popular.
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Corresponde a la última estrofa de un poema de Mijaíl Mijailov (1829-1865) Perito en la fortaleza de Pedro y Pablo, tras lo que se convirtió en un himno revolucionario: «¡Ánimo amigos! No perdáis coraje en este combate desigual».
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Una gran trampilla en la puerta de la celda, que al caer formaba una especie de mesilla. Por ella hablaban, ponían la comida y daban a firmar los documentos penales.132
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En mi época, esta palabra estaba ya muy extendida. Decían que procedía de los vigilantes ucranianos: «¡Quieto ahí y no133
Es decir, los clásicos del marxismo.
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Se trata de un verso atribuido —sin fundamento— a Pushkin.
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En argot penitenciario, la muleta
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Esta compañía se había establecido en un solar que había visto mucha sangre: al otro lado del callejón Furkasovski, cerca de la casa de Rostopchin, el inocente Vereschaguin fue linchado en 1812, y al otro lado de la calle Gran Lubianka vivía (y asesinaba a sus siervos) la siniestra Saltychija.137
Despectivo para bálticos, carelios y finlandeses.
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Así llamaba Roosevelt a Stalin en su ausencia.
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La Haya, 1907. Renegociada en Ginebra en 1929.
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No reconocimos la Convención hasta 1955.141
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En 1974142
La toma de cada ciudad se celebraba con una salva.
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En el ajetreo de la Revolución de febrero, el periodista radical Er. Pecherski se jactaba (en el número de144