– Oh. -Bueno, probablemente ella había bebido más de lo que debería. Pero maldita sea si ella se quedaría aquí con él. -Voy a conducir despacio.
Sus ojos oscurecidos, los músculos de su mandíbula apretados. -Voy a encadenarte a un muro de la mazmorra antes de dejarte salir así.
La imagen en realidad la hizo mojarse, y ella cerró los ojos. No podía permanecer en su habitación. O volver al club y estar en ese ambiente cargado de sexo. -Um. Tal vez sólo voy a ir a dar una agradable caminata.
Él sacudió la cabeza con un toque de exasperación, entonces le tendió la mano. -Ven, mascota, tengo una idea mejor.
Ella dudó.
– Nada de sexo implicado.
¿Por qué su fácil conformidad se sintió tan decepcionante? -Está bien. -Su mano envolvió la de ella, cálida y dura, y simplemente tocarlo le hizo quererlo más. Oh, esto tenía que parar.
Él tomó una botella de agua de la nevera y luego la llevó hacia la puerta de atrás, y por las escaleras hacia el patio trasero.
Ella frunció el ceño. -¿Esta no es la misma zona donde estuvimos antes, verdad?
– Este es el patio lateral en la parte de atrás. Esta zona es solamente para mí. -Le inclinó la barbilla hacia arriba y la besó. -Es muy privado.
Dios, él sabía besar. En el momento en que él se alejó, sus brazos estaban envueltos alrededor de su cuello, y ella estaba presionada contra él por todas partes. Se sentía tan bien en sus brazos… cálida, segura…
Él se rió entre dientes. -No considero que besar sea sexual.
– Besar es sexual. -Ella lo miró. Si besar no fuera sexual, ella no se sentiría tan excitada.
– Puesto que tú no estás interesada en tener sexo… -le ofreció un suave mirada -podrías finalmente relajarte. -La condujo por un paseo con canteros de flores iluminados con faroles solares hacia un burbujeante jacuzzi. El calor se levantaba desde el agua. Después de apoyar la botella, le sacó el camisón por la cabeza.
– ¡Hey!
Ignorándola, le desabrochó los puños de cuero que todavía estaban en sus muñecas, luego le recogió el cabello y lo retorció en un nudo flojo en la parte superior de su cabeza. Con la mano sobre su trasero desnudo, le dio un empujoncito hacia el agua. -Entra.
Las opciones eran limitadas. Luchar con él por su ropa o meterse donde el agua burbujeante la escondería.
El calor la envolvió mientras se sentaba en el asiento. El agua salpicaba suavemente alrededor de sus hombros. Sus muñecas se sentían livianas… desnudas… sin los puños. Sabía que él se los había quitado para mantenerlos fuera del agua, pero aún así se sentía como si él la estuviera apartando de su vida. Se mordió el labio forzando una sonrisa. -Esto se siente realmente bueno.
– Bien. -Él estudió su cara, el ceño estaba de vuelta en su cara, luego abrió la botella de agua, y se la entregó a ella. -Toma esto. No quiero que te deshidrates.
Mientras ella bebía el agua, se despojó de sus pantalones con su habitual eficiente manera. Parado en el borde del jacuzzi, delineado por el resplandor de la luna desde arriba, parecía un dios. Alto, hombros muy amplios, músculos bordeados por la sombra y la luz de la luna.
Entró en el agua y se acomodó a su lado. Después de rozar un dedo suavemente hacia abajo de su mejilla, se echó hacia atrás, con un brazo apoyado sobre el borde de hormigón detrás de la cabeza. Un búho ululaba de los árboles mientras las hojas susurraban en la brisa ligera. El sonido apagado de una puerta de un coche y luego el coche saliendo flotó por el patio. Mientras el jacuzzi burbujeaba suavemente, Jessica dejó que su cabeza se apoyara atrás sobre el musculoso brazo detrás suyo. Ella sólo dejaría que su mente se aclare, le demostraría que estaba sobria, y estaría fuera de aquí dentro de una hora.
CAPÍTULO 14
Zachary observó a su pequeña sub lentamente relajarse de la tensión de la noche y aliviar la agitación de sus músculos. Que considerable noche que había tenido.
Una que casi había terminado abruptamente unos minutos atrás. ¿Que había estado pasando por su mente allá arriba en el dormitorio? Sacudió la cabeza. La capacidad de leer las emociones no siempre ayudaba a comprenderlas. Ella había sentido deseo y luego confusión y… resolución. Sí, eso era esto. Y luego dolor.
Dolor cuando había dicho que quería irse. Sin estar enojada con él, sin estar disgustada. Se estaba perdiendo un escalón vital en su razonamiento, maldita sea. Pero había conseguido un mensaje alto y claro, si ella se habría ido en ese momento, él no la habría vuelto a ver.
Le levantó la mano, le besó los dedos y ella solamente suspiró. Dejarla tomar esa decisión estando intoxicada y emocionalmente irritable… Él sabía mejor que eso. Si todavía se sentía de la misma manera cuando se despertara, no se interpondría en su camino. A pesar de que él estaría condenadamente dispuesto a conseguir que ella verbalizara el problema.
Era un psicólogo, después de todo.