El ni˜no no hab´ıa llorado en todo ese tiempo. Estaba de pie, aferrando firmemente los barrotes de su cuna, y levantando la mirada hacia la cara del intruso con brillante interés, quizá pensando que era su padre el que se escond´ıa bajo la capucha, para hacer más luces bonitas, y que su madre se levantar´ıa en cualquier momento, riendo.
Apuntó con mucho cuidado la varita a la cara del ni˜no. Quer´ıa ver como ocurr´ıa, la destrucción de este inexplicable peligro. El ni˜no comenzó a llorar. Hab´ıa visto que no era James. No le gustó que llorase, nunca hab´ıa podido soportar a los peque˜nos lloriqueando en el orfanato.
“¡Avada Kedavra! ”
Y entonces se rompió. Él no era nada, nada excepto dolor y terror, y deb´ıa esconderse, no aqu´ı entre los escombros de la casa en ruinas, donde el ni˜no estaba atrapado y gritando sino lejos... muy lejos...
“No” gimió.
La serpiente murmuraba en el piso asqueroso y desordenado, y él hab´ıa matado al ni˜no, y s´ı él era el ni˜no...
“No.”
Y ahora estaba de pie ante la ventana rota de la casa de Bathilda, inmerso en los recuerdos de su mayor pérdida, y a sus pies la gran serpiente murmuraba sobre los cristales y la porcelana china rota... Bajó la mirada y vio algo ... algo incre´ıble...
“No”
“¡Harry, está bien, estás bien!”
Se agachó y recogió la foto hecha pedazos. All´ı estaba, el desconocido ladrón, el ladrón al que buscaba...
“No... la dejé caer... la dejé caer...”
“¡Harry, estás bien, despierta, despierta!”
Él era Harry... Harry, no Voldemort... y la cosa que murmuraba no era una serpiente...
Abrió los ojos.
“Harry,” murmuró Hermione. “¿Te sientes... bien?”
“S´ı” mintió.
CAPÍTULO 17. EL SECRETO DE BATHILDA
197
Estaba en la tienda de campa˜na, tendido sobre una de las literas inferiores bajo un montón de mantas. Supo que estaba amaneciendo por la quietud y la calidad fresca y uniforme de la luz más allá del techo de lona. Estaba empapado en sudor, pod´ıa sentirlo en las sábanas y mantas.
“Escapamos.”
“S´ı” dijo Hermione. “Tuve que usar a un Encantamiento Levitatorio para meterte en la litera, no te pod´ıa levantar. Has estado... Bueno, no has estado muy...”
Hab´ıa sombras púrpuras bajo sus ojos café y advirtió una peque˜na esponja en su mano.
Le hab´ıa estado enjuagando la cara.
“Has estado enfermo” terminó. “Muy mal.”
“¿Cuánto hace que salimos?”
“Han pasado horas. Es casi de d´ıa.”
“Y he estado... ¿qué?, ¿inconsciente?”
“No exactamente,” dijo Hermione con inquietud. “Has estado gritando y gimiendo y...
diciendo cosas” a˜nadió en un tono que hizo que Harry se sintiera intranquilo. ¿Qué hab´ıa dicho? ¿Hab´ıa gritado maldiciones como Voldemort, hab´ıa llorado como el bebé de la cuna?
“No pod´ıa quitarte el Horrocrux,” dijo Hermione, y vio que quer´ıa cambiar de tema.
“Estaba pegado, pegado a tu pecho. Te ha quedado una marca, lo siento. Tuve que usar un Hechizo Separador para quitártelo. La serpiente te mordió también, pero he limpiado la herida y he puesto algo de d´ıctamo en ella...”
Tiró de la sudorosa camiseta que llevaba puesta y se miró. Hab´ıa un óvalo de color escarlata sobre su corazón donde el guardapelo le hab´ıa quemado. También pod´ıa ver las marcas de colmillos medio cicatrizadas en el antebrazo.
“¿Dónde has puesto el Horrocrux?”
“En mi bolso, creo que deber´ıamos mantenerlo a distancia durante algún tiempo.”
Harry se recostó contra las almohadas y examinó la cara gris de ella.
“No deber´ıamos haber ido al Valle de Godric. Es culpa m´ıa. Todo es culpa m´ıa, Hermione. Lo siento.”
“No es culpa tuya. Yo también quer´ıa ir. Realmente cre´ı que Dumbledore pod´ıa haber dejado la espada all´ı para ti.”
“Si, pues bueno... nos equivocamos en eso, ¿no?”
“¿Qué sucedió, Harry? ¿Qué sucedió cuándo ella te llevó arriba? ¿Estaba la serpiente escondida en alguna parte? ¿Simplemente apareció y la mató y te atacó?”
“No” dijo. “Ella era la serpiente... o la serpiente era ella...”
Cerró los ojos. Todav´ıa ol´ıa la casa de Bathilda en él. Eso hac´ıa v´ıvido todo ese horror.
“Bathilda debe llevar muerta algún tiempo. La serpiente estaba... estaba dentro de ella. Quien-Tu-Ya-Sabes la dejó all´ı, en el Valle de Godric, a esperar. Ten´ıas razón. Sab´ıa que volver´ıa.”
“¿La serpiente estaba dentro de ella?”
Abrió los ojos otra vez. Hermione parec´ıa revuelta, asqueada.
CAPÍTULO 17. EL SECRETO DE BATHILDA
198
“Lupin dijo que habr´ıa magia que nunca hab´ıamos imaginado” dijo Harry. “No quiso hablar delante de ti, porque hablaba Parsel, todo en Parsel, y yo no me di cuenta, pero por supuesto la pod´ıa entender. Una vez que subimos a la habitación, la serpiente envió un mensaje a Quien-tu-ya-sabes, lo o´ı en mi cabeza mientras lo hac´ıa, le sent´ı entusiasmarse, dijo que me entretuviera all´ı... y luego...”
Él recordó a la serpiente saliendo del cuello de Bathilda. Hermione no necesitaba saber los detalles.
“... cambió, se transformó en la serpiente, y atacó.”
Bajó la mirada a las marcas punzantes.
“Se supon´ıa que no ten´ıa que matarme, sólo mantenerme all´ı hasta que Quien-tu-yasabes llegara.”