“Lo vi enterándose de lo de la copa, yo... yo estaba en su cabeza, él esta,” Harry recordó los asesinatos, “seriamente enfadado, y asustado también, no puede entender como lo averiguamos, y ahora va a ir a comprobar que los demás están a salvo, el anillo primero. Cree que el que está en Hogwarts es el que está más seguro, porque Snape esta all´ı, porque será muy dif´ıcil entrar sin ser vistos. Creo que comprobara este el último, pero podr´ıa estar all´ı en cuestión de horas...”
“¿Viste en que lugar de Hogwarts esta?” preguntó Ron, luchando por ponerse también sobre sus pies.
“No, estaba concentrado en advertir a Snape, no pensaba donde está exactamente...”
“¡Esperad, esperad!” gritó Hermione mientras Ron levantaba el Horrocrux y Harry sacaba la Capa de Invisibilidad de nuevo. “No podemos ir sin más, no tenemos un plan, tenemos que...”
“Tenemos que ponernos en marcha,” dijo Harry firmemente. Hab´ıa esperado poder dormir, lograr meterse en la nueva tienda, pero eso era ahora imposible. “¿Puedes imaginarte lo que va a hacer una vez se de cuenta de que el anillo y el medallón han desaparecido?
¿Y si mueve el Horrocrux de Hogwarts, si decide que no está lo suficientemente a salvo?”
“¿Pero como vamos a entrar?”
“Iremos a Hogsmeade,” dijo Harry, “e intentaremos idear algo una vez veamos que tal es la protección alrededor del colegio. Métete debajo de la Capa, Hermione, quiero que vayamos juntos esta vez.”
“Pero no nos cubre bien...”
“Estará oscuro, nadie notara nuestros pies.”
CAPÍTULO 27. EL LUGAR FINAL PARA OCULTASE
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El aleteo de unas alas enormes hizo eco a través del agua oscura. El dragón hab´ıa bebido suficiente y hab´ıa alzado el vuelo. Se detuvieron brevemente en sus preparaciones para verlo subir más arriba y más arriba, ahora oscuro contra el cielo que se oscurec´ıa rápidamente, hasta que desapareció sobre una monta˜na cercana. Entonces Hermione avanzó y ocupó su lugar entre los dos chicos. Harry estiró hacia abajo la Capa tanto como pudo, y juntos dieron vuelta sobre el terreno hacia la abrumadora oscuridad.
Cap´ıtulo 28
El Espejo Perdido
Los pies de Harry tocaron la carretera. Vio la ansiadamente familiar calle principal de Hogsmeade, las fachadas oscuras de las tiendas, la l´ınea de neblina en las monta˜nas negras tras la aldea, la curva adelante en el camino que conduc´ıa directamente a Hogwarts, y luz que sal´ıa de las ventanas de Las Tres Escobas, y con una sacudida de la cabeza, recordó con exactitud desgarradora, como hab´ıa aterrizado aqu´ı hacia casi un a˜no, sosteniendo a un Dumbledore desesperadamente débil; todo esto en un segundo, durante el aterrizaje... y entonces mientras relajaba su apretón sobre los brazos de Ron y Hermione, sucedió.
El aire fue rasgado por un grito que sonó igual que el de Voldemort al descubrir que la copa hab´ıa sido robada. Resonó en cada uno de los nervios del cuerpo de Harry, y supo que hab´ıa sido causado por su aparición.
Mientras miraba hacia los otros bajo de la Capa, la puerta de Las Tres Escobas se abrió de golpe y una docena de mortifagos encapuchados y enmascarados salieron a la calle, con las varitas en alto.
Harry agarro la mu˜neca de Ron cuando éste alzó su varita. Hab´ıa demasiados para correr. Incluso intentarlo revelar´ıa su posición. Uno de los mortifagos alzó su varita, y el grito se detuvo, haciendo eco a través de las monta˜nas distantes.
“¡Accio Capa!,” rugió uno de los mortiagos.
Harry aferró los pliegues, pero la Capa no hizo ningún intento por escapar. El hechizo convocador no hab´ıa funcionado.
“¿No estas bajo tu envoltorio, entonces, Potter?” grito el mortifago que hab´ıa intentado el encantamiento, y despuéss hacia sus compa˜neros, “Dispersáos ahora. Esta aqu´ı.”
Seis de los Mortifagos corrieron hacia ellos, Harry, Ron y Hermione retrocedieron tan rápido como fue posible hacia la calle lateral más cercana y los Mortifagos no los encontraron por mil´ımetros. Esperaron en la oscuridad, oyendo los pasos corriendo arriba y abajo, haces de luz de las varitas de los mortifagos que buscaban volaban a lo largo de la calle.
“¡Vamos sin más!” susurró Hermione. “¡Desaparezcamos ahora!”
“¡Excelente idea!” dijo Ron, pero antes de que Harry pudiera responder, un mortifago grito, “¡Sabemos que estas aqu´ı, Potter, y no hay salida posible! ¡Te encontraremos!”
“Estaban preparados para nosotros,” susurro Harry. “Montaron ese hechizo para que les avisara cuando vinieramos. Supongo que han hecho algo para mantenernos aqu´ı, atra-parnos...”
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CAPÍTULO 28. EL ESPEJO PERDIDO
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“¿Y que hay de los dementores?” habló otro Mortifago. “¡Dadles rienda suelta, ellos los encontrarán rapidamente!”
“El Se˜nor Oscuro no quiere a Potter muerto por ninguna mano que no sea la suya...”
“¡... los dementores no le matarán! El Se˜nor Oscuro quiere la vida de Potter, no su alma. ¡Será más fácil de matar si ha sido Besado antes!”
Se produjeron muestras de conformidad. El pavor inundó a Harry, para repeler a los dementores tendr´ıan que hacer Patronus que les descubrir´ıan inmediatamente.