Harry miró en la dirección a la que apuntaba el dedo transparente de Nick, y vió un fantasma alto que interceptó la mirada de Harry, enarcó las cejas, y se alejó flotando, atravesando una pared.
Harry corrió tras ella, una vez que hab´ıa atravesado la puerta del corredor por el cual ella hab´ıa desaparecido, la vio justo al final del pasillo, aún flotando suavemente, alejándose de él.
- Hey, espera, ¡vuelve!
Ella accedió a detenerse, flotando unas pulgadas por encima del piso. Harry supuso que era hermosa, con el cabello largo hasta la cintura y una capa larga que llegaba al piso, pero también se ve´ıa altiva y orgullosa. Al acercarse, la reconoció como un fantasma a la que hab´ıa pasado varias veces en el corredor, pero con la cual nunca hab´ıa hablado.
- ¿Eres la Dama Gris?
Ella asintió, pero no habló.
- ¿El fantasma de la torre de Ravenclaw?
- Eso es correcto.
Su tono no era alentador.
- Por favor, necesito tu ayuda. Necesito que me digas cualquier cosa que puedas acerca de la diadema perdida.
Una sonrisa fr´ıa curvó sus labios.
- Temo ? dijo mientras giraba para irse ? que no puedo ayudarte.
- ¡ESPERA!
CAPÍTULO 31. LA BATALLA DE HOGWARTS
346
No era su intención gritar, pero la furia y el pánico amenazaban con abrumarlo. Miró su reloj mientras ella planeaba lejos de él. Era un cuarto para las doce.
- Esto es urgente. ? dijo con fiereza. ? Si esa diadema está en Hogwarts, tengo que encontrarla, rápido.
- No eres el primero que codicia esa diadema ? dijo ella desde˜nosamente -. Generaciones enteras de estudiantes me han acosado -
- ¡Esto no es para sacar mejores calificaciones! ¡No es para usarla! ? Harry gritó ? Es acerca de Voldemort ? vencer a Voldemort ? ¿o no estás interesada en eso?
Ella no pod´ıa sonrojarse, pero sus mejillas transparentes se volvieron más opacas, y su voz sonaba acalorada cuando replicó: - ¡Por supuesto que yo - ¿Cómo te atreves a sugerir-?
- ¡Pues ayúdame entonces!
Su compostura se resquebrajaba.
- No ˜
No es un asunto de La diadema de mi madre
- ¿De tu madre?
Ella se ve´ıa enojada consigo misma
- Cuando viv´ıa ? dijo tiesamente ? yo era Helena Ravenclaw.
- ¿Eres su hija? Pero, entonces, ¡debes saber lo que pasó con la diadema!
- Aunque la diadema otorgue sabidur´ıa ? dijo ella con un obvio esfuerzo por controlarse
? dudo que pueda incrementar tus oportunidades de vencer al mago que se hace llamar Lord
- ¿No acabo de decirte que no estoy interesado en usarla? ? dijo Harry fieramente ?
No tengo tiempo para explicarlo, pero si te importa Hogwarts, si quieres ver a Voldemort vencido, ¡tienes que decirme lo que sepas acerca de la diadema!
Ella permaneció quieta, flotando y mirándolo fijamente, y un sentimiento de desesperanza embargó a Harry. Claro, si ella hubiese sabido algo se lo hubiese dicho a Flitwick o a Dumbledore, quienes seguramente ya le habr´ıan hecho la misma pregunta en el pasado.
Harry sacudió la cabeza e hizo ademán de irse, cuando ella habló en voz baja:
- Yo le robé la diadema a mi madre.
- Tú ¿hiciste qué?
- Yo robé la diadema.- repitió Helena Ravenclaw en un suspiro.- Quer´ıa hacerme más inteligente, más importante que mi madre. Me escapé con la diadema.
Harry no sab´ıa cómo hab´ıa hecho para ganarse su confianza, y no se lo preguntó. Sólo escuchó intensamente mientras ella continuaba.
- Mi madre, dice, nunca admitió que la diadema se hab´ıa perdido, siempre fingió que aún la ten´ıa. Disimuló su pérdida, mi terrible traición, incluso ante los otros fundadores de Hogwarts.
- Entonces cayó enferma fatalmente enferma. A pesar de mi perfidia, ella estaba desesperada por verme una vez más. Envió a buscarme a un hombre que me hab´ıa amado por largo tiempo, aunque yo rechacé sus avances. Ella sab´ıa que él no descansar´ıa hasta que me encontrara.
Harry esperó. Ella inhaló profundamente y echó hacia atrás su cabeza.
CAPÍTULO 31. LA BATALLA DE HOGWARTS
347
- Él me rastreó por el bosque en el que me hallaba escondida. Cuando me negué a volver con él, se puso violento. El Barón siempre fue un hombre temperamental. Furioso por mi negativa, celoso de mi libertad, me apu˜naló.
- ¿El Barón? ¿Quieres decir...?
- El Barón Sangriento, s´ı.- dijo la Dama Gris, y levantó un poco la capa para mostrar una única herida oscura en su blanco pecho.- Cuando vio lo que hab´ıa hecho, se sintió ago-biado por los remordimientos. Tomó el arma que hab´ıa reclamado mi vida y la usó para matarse a s´ı mismo. Todos estos siglos ha estado usando esas cadenas como un acto de penitencia... Y bien que deber´ıa.- a˜nadió con amargura.
- Y ¿la diadema?
- Permaneció donde la escond´ı cuando escuché al Barón dar tumbos por el bosque buscándome. Escondida dentro de un árbol hueco.
- ¿Un árbol hueco? ? repitió Harry - ¿Qué árbol? ¿Dónde fue eso?
- Un bosque en Albania. Un lugar solitario que pensé estaba fuera del alcance de mi madre.