El tiempo ha transcurrido sin que la venta de Puerto Targa se haya formalizado todavía. Pero mientras tanto se han seguido incrementando los riesgos. Por suporte, la vicepresidencia ha seguido afirmando que este incremento observado viene motivado en parte por liquidaciones de intereses, descuento de papel y financiación pura, pero que la venta de acciones se realizará de forma inminente, y ésta operaría la importante rebaja de riesgos esperada. La investigación, sin embargo, demostró que el incremento de los riesgos observado se debía a partidas deliberadamente ocultas en su día, que afloraban a requerimiento de la investigación hasta totalizar la cantidad de 20.028 millones de pesetas, de los que sólo 7.020 correspondían a la operación Puerto Targa. Aun así, la vicepresidencia sigue afirmando que la materialización de la compra por Sun Qafer Alley de las acciones de Puerto Targa normalizará la situación.
Tras llevar a cabo la pertinente investigación, se ha podido deducir que Puerto Targa es una sociedad que, tras una compleja operación de ingeniería financiera a base de sociedades radicadas en Gibraltar, se encuentra, desde su nacimiento y en la actualidad, financiada casi en su totalidad por el Banco Cartujano, extremo éste que ha permanecido oculto a la mayor parte de los miembros del Consejo de Administración. Podría decirse que fue creada prácticamente para, en primer lugar, registrar un beneficio ficticio en el anterior balance del Banco Cartujano al hacer figurar como ingresos los 7.020 millones de la compra de la sociedad, que en realidad el Banco se pagó a sí mismo al autovenderse Puerto Targa a través de las empresas pantalla gibraltareñas. Y el segundo objetivo era, con las plusvalías producidas cuando se realizara su venta posterior a Sun Qafer Alley, sanear el balance del Banco. Es decir: tapar el «agujero» de más de 10.000 millones producido en el Banco Cartujano por la gestión de la actual vicepresidencia y lastre derivado de anteriores gestiones.