Savia de sombrasen el profundo mediodía:la noche propone sus pactos.Carne tristedonde se pierde el corazóncansado de hacer ruidos.Amapola sin peso,ni ilusión ni misterio,¿qué racimo de sueñoste arrebató la tarde?
III
Me saciaré de estrellascualquier día.Viajaré tras el vientoque encarcela al paisaje.Suelo poner mis manossobre la lejanía, mientrasla madrugada se desnudasombra a sombra,y nada busca,me saciaré de estrellascualquier día.
IV
En la hora más tierna,fui capaz de domar al horizonte.El mundo no es un sueño;el dolor: la condena del recuerdo.Es Abril, y el ocasoaún perfuma este instante.Los gatos, ¿contendrán la verdaden la parte sumergidade sus pupilas?Las nubes son la consecuenciade los cielos. Pero delas cenizas jamás brotauna lágrima.
V
El corazón no sabe nada:su reloj es de un polvo maltrechoque el universo trenza.Metal rojoque olvidó el resplandorde la mañana.
VI
Tuve un navío con las velas blancas.Lo amarré a mi pielcuando a barloventoel atardecer arrojóal mar sus velos de aire.Como el Sol,inventé la deriva de la luz.Esa extraña distancia.
VII
La Luna se ha derrumbadocomo un perro herido sobre los campos.Pretende un silenciode fondo de mar.Se muere lentamente,igual que las niñasque no sueñan.
VIII
Clavo mi puñal en el paisaje,y le pregunto al vientopor ése lugar exacto,apenas una manchade luz, su cerco intransitable.La fatalidadtambién sigue sus tácticas.
XIX
El fulgor llena de mapas el espacio.Arde y arrasacon su fuerza de cristales y, gritos.Y un sollozo se oxidaallá lejos,encima de la sábana.
XX
La entraña de la nieve,¿sueña con el estío?El mundo es un jilgueroque no entiende.Al alba,canta su desaliento.
XXI
Mis ojos deambulanbajo el anís de la Luna.Miro el cielo,que ya no enciende las ciudades.Sus hebras de amor y muerteson la piel ulceradade un muertoal que nadie más besa.
XXII
Tú dijiste que siemprenos amaríamos,hasta sentirla carne de los labioshecha una madejade venillastronchadas de silencio.Yo dije: interroguemosal Solpor sus asuntos de brasero.
XXIII
Cada día cuando amanecese llena de sol el viento,como un hombre jovenque hincha el pecho de nostalgiay sacude la cabeza.Las mañanas con fríoes deliciosomirar hacia el océano,y ver el agua enniñecida,afrutada de luz,indestructible.
XXIV
Ni brizna de infinito.Rosa y gris a partes iguales.Ni rastro de la mujer moribunda.Mujer de labio cosido a su sollozo.Noctámbula criaturade intemperiesiempre buscando más allá.