Читаем Romeo y Julieta полностью

SEÑORA DE CAPULETO.-Nada me digas, porque no he de responderte. Decídete como quieras. (Se va.)


JULIETA.-¡Válgame Dios! Ama mía, ¿qué haré? Mi esposo está en la tierra, mi fe en el cielo. ¿Y cómo ha de volver a la tierra mi fe, si mi esposo no la envía desde el cielo? Aconséjame, consuélame. ¡Infeliz de mí! ¿Por qué el cielo ha de emplear todos sus recursos contra un ser tan débil como yo? ¿Qué me dices? ¿Ni una palabra que me consuele?


AMA.-Sólo te diré una cosa. Romeo está desterrado, y puede apostarse doble contra sencillo a que no vuelve a verte, o vuelve ocultamente, en caso de volver. Lo mejor sería, pues, a mi juicio, que te casaras con el conde, que es mucho más gentil y discreto caballero que Romeo. Ni un águila tiene tan verdes y vivaces ojos como Paris. Este segundo esposo te conviene más que el primero. Y además, al primero puedes darle por muerto. Para ti como si lo estuviera.


JULIETA.-¿Hablas con el alma?


AMA.-Con el alma, o maldita sea yo.


JULIETA.-Así sea.


AMA.-¿Por qué?


JULIETA.-Por nada. Buen consuelo me has dado. Vete, di a mi madre que he salido. Voy a confesarme con fray Lorenzo, por el enojo que he dado a mi padre.


AMA.-Obras con buen seso. (Vase.)


JULIETA.-¡Infame vieja! ¡Aborto de los infiernos! ¿Cuál es mayor pecado en ti: querer hacerme perjura, o mancillar con tu lengua al mismo a quien tantas veces pusiste por las nubes? Maldita sea yo si vuelvo a aconsejarme de ti. Sólo mi confesor me dará amparo y consuelo, o a lo menos fuerzas para morir.



ACTO CUARTO





ESCENA PRIMERA





Celda de fray Lorenzo





(FRAY LORENZO y PARIS)





FRAY LORENZO.-¿El jueves dices? Pronto es.


PARIS.-Así lo quiere Capuleto, y yo lo deseo también.


FRAY LORENZO.-¿Y todavía no sabéis si la novia os quiere? Mala manera es ésa de hacer las cosas, a mi juicio.


PARIS.-Ella no hace más que llorar por Teobaldo y no tiene tiempo para pensar en amores, porque el amor huye de los duelos. A su padre le acongoja el que ella se angustie tanto, y por eso quiere hacer la boda cuanto antes, para atajar ese diluvio de lágrimas, que pudiera parecer mal a las gentes. Esa es la razón de que nos apresuremos.


FRAY LORENZO.-(Aparte)¡Ojalá no supiera yo las verdaderas causas de la tardanza! Conde Paris, he aquí la dama que viene a mi celda.


PARIS.-Bien hallada, señora y esposa mía.


JULIETA.-Lo seré cuando me case.


PARIS.-Eso será muy pronto: el jueves.


JULIETA.-Será lo que sea.


PARIS.-Claro es. ¿Venís a confesaros con el padre?


JULIETA.-Con vos me confesaría, si os respondiera.


PARIS.-No me neguéis que me amáis.


JULIETA.-No os negaré que quiero al padre.


PARIS.-Y le confesaréis que me tenéis cariño.


JULIETA.-Más valdría tal confesión a espaldas vuestras, que cara a cara.


PARIS.-Las lágrimas marchitan vuestro rostro.


JULIETA.-Poco hacen mis lágrimas: no valía mucho mi rostro, antes que ellas le ajasen…


PARIS.-Más la ofenden esas palabras que vuestro llanto.


JULIETA.-Señor, en la verdad no hay injuria, y más si se dice frente a frente.


PARIS.-Mío es ese rostro del cual decís mal.


JULIETA.-Vuestro será quizá, puesto que ya no es mío. Padre, ¿Podéis oírme en confesión, o volveré al Avemaría?


FRAY LORENZO.-Pobre niña, dispuesto estoy a oírte ahora. Dejadnos solos, conde.


PARIS.-No seré yo quien ponga obstáculos a tal devoción. Julieta, adiós. El jueves muy temprano te despertaré. (Vase.)


JULIETA.-Cerrad la puerta, padre, y venid a llorar conmigo: ya no hay esperanza ni remedio.


FRAY LORENZO.-Julieta, ya sé cuál es tu angustia, y también ella me tiene sin alma. Sé que el jueves quieren casarte con el Conde.


JULIETA.-Padre, no me digáis que dicen tal cosa, si al mismo tiempo no discurrís en vuestra sabiduría y prudencia, algún modo de evitarlo. Y si vos no me consoláis, yo con un puñal sabré remediarme. Vos, en nombre del Señor, juntasteis mi mano con la de Romeo, y antes que esta mano, donde fue por vos estampado su sello, consienta en otra unión, o yo mancille su fe, matáramos este hierro. Aconsejadme bien, o el hierro sentenciará el pleito que ni vuestras canas ni vuestra ciencia saben resolver. No os detengáis; respondedme o muero…


FRAY LORENZO.-Hija mía, detente. Aún veo una esperanza, pero tan remota y tan violenta, como es violenta tu situación actual. Pero ya que prefieres la muerte a la boda con Paris, pasarás por algo que se parezca a la muerte. Si te atreves a hacerlo, yo te daré el remedio.


Перейти на страницу:

Все книги серии Collector's Library

Похожие книги

Север и Юг
Север и Юг

Выросшая в зажиточной семье Маргарет вела комфортную жизнь привилегированного класса. Но когда ее отец перевез семью на север, ей пришлось приспосабливаться к жизни в Милтоне — городе, переживающем промышленную революцию.Маргарет ненавидит новых «хозяев жизни», а владелец хлопковой фабрики Джон Торнтон становится для нее настоящим олицетворением зла. Маргарет дает понять этому «вульгарному выскочке», что ему лучше держаться от нее на расстоянии. Джона же неудержимо влечет к Маргарет, да и она со временем чувствует все возрастающую симпатию к нему…Роман официально в России никогда не переводился и не издавался. Этот перевод выполнен переводчиком Валентиной Григорьевой, редакторами Helmi Saari (Елена Первушина) и mieleом и представлен на сайте A'propos… (http://www.apropospage.ru/).

Софья Валерьевна Ролдугина , Элизабет Гаскелл

Драматургия / Проза / Классическая проза / Славянское фэнтези / Зарубежная драматургия