JULIETA.-
Padre, a trueque de no casarme con Paris, mandadme que me arroje de lo alto de una torre, que recorra un camino infestado por bandoleros, que habite y duerma entre sierpes y osos, o en un cementerio, entre huesos humanos, que crujan por la noche, y amarillas calaveras, o enterradme con un cadáver reciente. Todo lo haré, por terrible que sea, antes que ser infiel al juramento que hice a Romeo.FRAY LORENZO.-
Bien: vete a tu casa, fíngete alegre: di que te casarás con Paris. Mañana es miércoles: por la noche quédate sola, sin que te acompañe ni siquiera tu ama, y cuando estés acostada, bebe el licor que te doy en esta ampolleta. Un sueño frío embargará tus miembros. No pulsarás ni alentarás, ni darás señal alguna de vida. Huirá el color de tus rosados labios y mejillas, y le sucederá una palidez térrea. Tus párpados se cerrarán como puertas de la muerte que excluyen la luz del día, y tu cuerpo, quedará rígido, inmóvil, frío como el mármol de un sepulcro. Así permanecerás cuarenta y dos horas justas, y entonces despertarás como de un apacible sueño. A la mañana anterior habrá venido el novio a despertarte, te habrá creído muerta, y ataviándote, según es uso, con las mejores galas, te habrán llevado en ataúd abierto al sepulcro de los Capuletos. Durante tu sueño, yo avisaré por carta a Romeo; él vendrá en seguida, y velaremos juntos hasta que despiertes. Esa misma noche Romeo volverá contigo a Mantua. Es el único modo de salvarte del peligro actual, si un vano y mujeril temor no te detiene.JULIETA.-
Dame la ampolleta, y no hablemos de temores.FRAY LORENZO.-
Tómala. Valor y fortuna. Voy a enviar a un lego con una carta a Mantua.JULIETA.-
Dios me dé valor, aunque ya le siento en mí. Adiós, padre mío.ESCENA SEGUNDA
Casa de Capuleto
CAPULETO.-
CRIADO 1°.-
Los buscaré tales que se chupen el dedo.CAPULETO.-
¡Rara cualidad!CRIADO 2°-
Nunca es bueno el cocinero que no sabe chuparse los dedos, ni traeré a nadie que no sepa.CAPULETO.-
Vete, que el tiempo apremia, y nada tenemos dispuesto. ¿Fue la niña a confesarse con fray Lorenzo?AMA.-
Sí.CAPULETO.-
Me alegro: quizá él pueda rendir el ánimo de esa niña mal criada.AMA.-
Vedla, qué alegre viene del convento.CAPULETO.-
JULIETA.-
En la confesión, donde me arrepentí de haberos desobedecido. Fray Lorenzo me manda que os pida perdón, postrada a vuestros pies. Así lo hago, y desde ahora prometo obedecer cuanto me mandareis.CAPULETO.-
Id en busca de Paris, y que lo prevenga todo para la comida que ha de celebrarse mañana.JULIETA.-
Vi a ese caballero en la celda de fray Lorenzo, y le concedí cuanto podía concederle mi amor, sin agravio del decoro.CAPULETO.-
¡Cuánto me alegro! Levántate: has hecho bien en todo. Quiero hablar con el Conde.JULIETA.-
Ama, ven a mi cuarto, para que dispongamos juntas las galas de desposada.SEÑORA DE CAPULETO.-
No: eso debe hacerse el jueves: todavía hay tiempo.CAPULETO.-
No: ahora, ahora: mañana temprano a la iglesia.SEÑORA DE CAPULETO.-
Apenas nos queda tiempo. Es de noche.CAPULETO.-
Todo se hará, esposa mía. Ayuda a Julieta a vestirse. Yo no me acostaré, y por esta vez seré guardián de la casa. ¿Qué es eso? ¿Todos los criados han salido? Voy yo mismo en busca de Paris, para avisarle que mañana es la boda. Este cambio de voluntad me da fuerzas y mocedad nueva.ESCENA TERCERA
Habitación de Julieta
JULIETA.-
Sí, ama, sí: este traje está mejor, pero yo quisiera quedarme sola esta noche, para pedir a Dios en devotas oraciones que me ilumine y guíe en estado tan lleno de peligros.SEÑORA DE CAPULETO.-
Bien trabajáis. ¿Queréis que os ayude?JULIETA.-
No, madre. Ya estarán escogidas las galas que he de vestirme mañana. Ahora quisiera que me dejaseis sola, y que el ama velase en vuestra compañía, porque es poco el tiempo, y falta mucho que disponer.SEÑORA DE CAPULETO.-
Buenas noches, hija. Vete a descansar, que falta te hace.