Y pronunció estas palabras con tal expresión de reconcentrada furia, que la señá Frasquita se puso triste. Veía claramente que el corregidor se asustó al principio, pero ahora persuadido de que el molinero no había oído nada, empezaba a concebir planes de venganza.
Y, mientras el tío Lucas bajaba, le dijo la señá al corregidor, dándole golpes con el delantal en la chupa y alguno que otro en las orejas:
– El pobre no ha oído nada… Estaba dormido como un tronco…
Más que estas frases, la circunstancia de haber sido dichas en voz baja, afectando complicidad y secreto, produjo un efecto maravilloso.
– ¡Pícara!—balbuceó don Eugenio de Zúñiga con la boca hecha un agua, pero gruñendo todavía…
– ¿Me guardará Usía rencor?—replicó la navarra y le miró con su tentadora sonrisa.
– ¡De ti depende, amor mío!
En aquel momento se descolgó de la parra el tío Lucas.
Aprovechando el primer descuido de don Eugenio, la molinera dio un beso a su esposo, que estaba reventando de ganas de reír. Los molineros propusieron al corregidor las primeras uvas de este año, pero Su Señoría no se atrevió a probarlas antes del Obispo. Éste apareció en este momento acompañado del abogado académico y de dos canónigos de avanzada edad, y seguido de su secretario, de dos familiares y de dos pajes. Se detuvo un rato Su Ilustrísima a contemplar aquel cuadro tan cómico y tan bello, hasta que, por último, dijo, con el reposado acento propio de los prelados de entonces:
– Bueno, veamos estas famosas uvas.
Y picó… una sola vez… en el racimo que le presentaba el corregidor.
– ¡Están muy buenas!—exclamó, mirando aquella uva al trasluz y alargándosela en seguida a su secretario—. ¡Lástima que a mí me sienten mal!
El secretario contempló también la uva; hizo un gesto de cortesana admiración, y la entregó a uno de los familiares. El familiar repitió la acción del Obispo y el gesto del secretario, propasándose hasta oler la uva, y luego… La colocó en la cesta con escrupuloso cuidado, no sin decir en voz baja a la concurrencia:
– Su Ilustrísima ayuna…
Después de esto, todos se sentaron a hablar: de la otoñada y de una nueva guerra entre Napoleón y Austria.Cuando el loro dio las cinco, el paje del Obispo sacó del coche episcopal una magnífica torta sobada. Una igualdad verdaderamente democrática reinó en aquella velada hasta la puesta del sol.
1. Contesta a las preguntas.
1) ¿Para qué vino el corregidor a ver a la señá Frasquita?
2) ¿Qué cosa le había pedido la navarra y no le quería conceder don Eugenio?
3) ¿Por qué se cayó el corregidor?
4) ¿Cómo reaccionó el tío Lucas al ver al inesperado huésped?
5) ¿Por qué no comió la uva el prelado?
2. ¿Verdadero o falso?
1) La corregidora era muy celosa.
2) La silla del corregidor estaba rota.
3) La molinera le dijo a don Eugenio que le iba a consentir a cambio del nombramiento de su sobrino.
4) El corregidor se fue cuando llegó el Obispo.
5) El Obispo fue el primero en probar las uvas.
3. Traduce al español.
Ловушка; бледнеть; весь в поту; краснеть; трепетать; протянуть руку; поспешить все исправить; соблазнительная улыбка; смотреть на свет; пробуя понюхать; положить в корзину; поститься; заход солнца.
4. Conecta los significados de una columna con las palabras de la otra.
apoyar.....cualidad de duro, firme, inflexible
murmurar…poner una cosa sobre la otra para sostenerla
fingido....hablar en voz muy baja
rigidez....decir palabras entre dientes, con disgusto
gruñir.....artificial, falso
5. Completa los huecos con palabras del ejercicio anterior.
1) Es mi amigo más íntimo, siempre me _________________ en las situaciones difíciles.
2) Le dijo a la madre que no había visto los caramelos, pero con una voz tan _________________ que se descubrió.
3) Los vecinos siempre _________________ algo de los Martínez, esta vez inventaban cosas de su hija.
4) Cuando estaba de mal humor siempre _________________, y pasaba con tanta frecuencia, que sus familiares ya no lo notaban.
5) La molinera rechazó todas las propuestas indecentes con mucha _________________.
8
Hora y media después todos los ilustres compañeros de merienda estaban de vuelta en la ciudad. El señor Obispo y su familia, gracias al coche, ya se encontraban en el palacio rezando.