Читаем Zulú полностью

Se criticaba a las claras la pasividad del gobierno frente a la inseguridad crónica: el argumento «crimen = pobreza + paro» ya no era válido. Contrariamente a lo que había anunciado el presidente, el crimen no estaba «bajo control». Bastaba encender el televisor o abrir un periódico para constatar las proporciones del problema. El número de homicidios quizá hubiera disminuido en un treinta por ciento desde la llegada al poder del Congreso Nacional Africano (ANC), pero las estadísticas contabilizaban los crímenes interétnicos que habían precedido a la toma del poder del partido, es decir miles de víctimas de un tiempo pasado. La situación actual era muy diferente: ¿cómo podía la primera democracia de África ser a la vez el país más peligroso del mundo?

Económicamente, lo que estaba en juego era enorme -se hablaba de ciento veinticinco mil empleos creados con una reducción del cincuenta por ciento de los homicidios- y el país, que, en la situación actual de globalización estaba conociendo el mayor crecimiento de su historia, necesitaba inversores extranjeros. Tanto más cuanto que Sudáfrica se estaba preparando para organizar el acontecimiento más mediatizado del planeta, el Mundial de Fútbol, que se celebraría en 2010: cuatro millones de telespectadores en los partidos finales, un millón de periodistas a los que habría que garantizar la seguridad, reportajes, encuentros, entrevistas… El mundo entero tendría la vista fija en el país, y Sudáfrica no podía dar una imagen tan espantosa. ¿Quién querría invertir en un país considerado como el más peligroso? Había que tranquilizar a los financieros a cualquier precio. El FNB había inmovilizado veinticinco millones de rands para protestar contra la pasividad del gobierno y movilizar a la opinión pública ante el maleficio que atenazaba a los propios símbolos del país.

No eran los pobres quienes atacaban con bazuca a los vehículos que trasladaban fondos, ni eran tampoco los parados quienes habían asesinado al director de la asociación Business Against Crime la semana anterior: se trataba de una oleada de crímenes organizados, de bandas, grandes o pequeñas, vinculadas a las mafias; bandas cuyos sofisticados métodos eran comparables a los que empleaba la mafia en Estados Unidos en los años treinta: corrupción de la policía, cuando no colaboración directa, ineficacia de la justicia, pasividad del gobierno… A través de su campaña anticrimen, el sector privado no atacaba a la democracia sino a los hombres que manejaban el polvorín: el ANC en particular…

Karl Krugë sudaba, sentado en su sillón. Había acumulado demasiados kilos en los últimos años. Krugë dirigía la SAP de Ciudad del Cabo desde las elecciones de 1994: seguir en su puesto, como hombre de la transición democrática, era su ambición y su deber. El superintendente se jubilaba dentro de dos años y manejaba los hilos entre bastidores para que Neuman fuera su sucesor: un joven agente zulú jefe de policía en una provincia xhosa donde los negros eran minoría daría fe de una pequeña revolución interna y se vería como una señal fuerte en un país que a duras penas mantenía sus promesas. Krugë conocía a Neuman, y conocía también su historia, su repulsa casi aristocrática por la corrupción que reinaba en casi todos los niveles de las administraciones: su sucesor en la dirección de la SAP sería un negro súper competente, no un zulú incapaz… La mediatización del asesinato no favorecía en nada sus planes.

– ¿Ha leído los periódicos?

– Algunos -contestó Neuman.

– Todos dicen lo mismo.

– Todos están en manos de los mismos grupos de intereses.

– No estamos aquí para juzgar la concentración de los medios -replicó Krugë-. Toda esa gente se nos va a echar encima…

El despacho daba al inicio de Long Street y a la entrada del mercado africano. Neuman se encogió de hombros:

– Las tempestades no me dan miedo.

– A mí sí: acabo de hablar por teléfono con el fiscal general -dijo Krugë-. Necesitan un hueso que roer, y lo necesitan ya. Stewart Wiese tiene el brazo largo y está removiendo cielo y tierra para poner de su parte a la opinión pública. Se está empleando a fondo, el público aún está conmocionado, y ya conoce usted el poder de los símbolos…

Neuman, vestido con un traje negro, asintió. El FNB era también uno de los principales patrocinadores del equipo de los Springboks, lo que explicaba la rapidez y la virulencia de la campaña mediática. No era la menor de las paradojas que los bancos se lanzaran a una guerra contra el crimen cuando esos mismos bancos alimentaban los paraísos fiscales y el blanqueo de dinero, pero Neuman sabía que, en un mundo globalizado, ese argumento carecía de peso.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Секреты Лилии
Секреты Лилии

1951 год. Юная Лили заключает сделку с ведьмой, чтобы спасти мать, и обрекает себя на проклятье. Теперь она не имеет права на любовь. Проходят годы, и жизнь сталкивает девушку с Натаном. Она влюбляется в странного замкнутого парня, у которого тоже немало тайн. Лили понимает, что их любовь невозможна, но решает пойти наперекор судьбе, однако проклятье никуда не делось…Шестьдесят лет спустя Руслана получает в наследство дом от двоюродного деда Натана, которого она никогда не видела. Ее начинают преследовать странные голоса и видения, а по ночам дом нашептывает свою трагическую историю, которую Руслана бессознательно набирает на старой печатной машинке. Приподняв покров многолетнего молчания, она вытягивает на свет страшные фамильные тайны и раскрывает не только чужие, но и свои секреты…

Анастасия Сергеевна Румянцева , Нана Рай

Фантастика / Триллер / Исторические любовные романы / Мистика / Романы
Eagle Station
Eagle Station

In this thrilling geopolitical adventure from New York Times bestselling legend Dale Brown, Brad McLanahan and the Space Force must fight to preserve America's freedom when ruthless enemies forge an unlikely alliance to control not only the earth, but the moon and beyond.Because its enemies never stop trying to undermine the United States' security, the men and women who serve to protect America must always be vigilant. Few know this better than warriors Brad McLanahan and Nadia Rozek. Newly married, the two are just beginning to settle into their new life together when they are called back into action.Though the Russians were badly defeated by Brad and the Iron Wolf Squadron in their previous bid for world dominance, they are back and doubling down on their quest for control of outer space. In addition to their cutting-edge weaponry, they have a formidable new ally: China's energetic and ruthless leader, President Li Jun.To protect America and the rest of the free world from the Russians and the Chinese, the Americans plan to mine the moon's helium-3 resources, which will allow them to fully exploit the revolutionary fusion power technology Brad and his team captured from the Russians aboard the Mars One weapons platform.But Leonov and Li have devised a daring plan of their own. They are building a joint secret base on the moon's far side fortified with a powerful Russian plasma rail gun that can destroy any spacecraft entering lunar orbit. If the heavily armed base becomes operational, it will give America's enemies control over the world's economic and military future.As this latest skirmish in the war for space accelerates, Brad, Nadia, and their compatriots in the Space Force must use their cunning and skill — and America's own high-tech weaponry — to derail the Sino-Russian alliance and destroy their lunar site before it's too late for the U.S.… and the entire world.

Дейл Браун

Триллер