Читаем Homo Ludus. Spanish edition полностью

guerras más que ningún otro dios, no quiere. Hoy Kazmer hizo todo lo posible para que en 10 años haya paz entre las dos naciones sudamericanas. Y hoy pensó en el hecho de que otra guerra parecía inevitable.

Lo que el dios de la memoria le había dicho recientemente no le dejaba lugar a dudas: se avecinaba un inevitable cambio de influencia entre los dioses, y algunos de ellos estaban especialmente ansiosos por ello. Dada la explosión que Kazmer había escuchado desde la mañana, se dio cuenta de que ese algo ya había comenzado. Uno de los inmortales más poderosos había cometido un error, y era uno que obtenía su poder de Tezcatlipoca, el único de los dioses que era capaz de ocultar a sus subordinados de los demás. Ahí radicaba la gran ventaja de la completa seguridad y garantía de inviolabilidad, pero al mismo tiempo una desventaja: el inmortal se consideraba único y, por tanto, no adquiría experiencia en enfrentarse o defenderse de otros como él. Sea como fuere, pero ahora fue descubierto por otros, y comenzó una especie de cacería.

Kazmer no necesitaba el poder de los demás. Todo lo que obtenía era de su propio desarrollo independiente, pero obviamente no había forma de mantenerse al margen. Todo esto estaba al borde de una nueva guerra, y por eso necesitaba saber qué decisión había tomado su patrón.

Aprendió la solución de las runas, sacando un manojo de ellas de una bolsa después de cantar cierta canción en su honor. Ésta era la canción que cantaba cuando regresaba a su habitación en el centro de la capital polaca. Entró en su habitación, se encerró, se lavó la cara, se miró las manos y las relajó, luego tomó toda la transparencia del aire que le rodeaba como una forma de su espíritu y se volvió ligero, tan ligero que todo su cuerpo parecía levantarse suavemente del suelo y flotar hacia arriba como un globo. A las runas les encantaba la ligereza. Las runas amaban su canción:

***

"Me esperaste mientras aprendía a estar solo....

Me estabas esperando mientras pensaba para mí.... Tú me esperaste mientras yo te esperaba a ti.....

Y esperó hasta que me dejé ir....

Qué ligeras son mis runas que nunca están conmigo…".

***

Y entonces Kazmer vio su rostro, el rostro de Gustav. Su pelo rojo, sus rasgos finos, y una mirada muy tranquila y sabia, en la que se escondía un vasto conocimiento de la existencia humana, de las decisiones acertadas y de los muchos errores de la gente, de las variantes y formas de encontrar esas soluciones, y la capacidad de experimentar todo eso, abstraído de la realidad. Una cantidad casi infinita de pensamiento, y todo dentro de una sola mente. Era sorprendente y aterrador al mismo tiempo.

El húngaro tenía nueve runas en la mano. Hacía mucho tiempo que no sacaba tantas a la vez. Pero más fácil le resultó interpretar la decisión del dios de la guerra. Huitzilopochtli le ordenó que enterrara todo su poder con Gustav, para que ninguno de los dioses se atreviera a acumular tanto poder en un solo hombre.


Vincent

Aquel día también oyó una explosión, claramente distinta de todo lo que había explotado en su vida. Fue en algún lugar muy lejano. Muy extraño. Y muy inesperada. Y aunque no le afectó directamente, tuvo la impresión de que sería él quien tendría que lidiar con el efecto eco.

A pesar de todo, podía sentir el poder. No era poco lo que procedía de Jalide, pero lo más importante era que eran los primeros poderes que había sido capaz de tomar de otra persona. Eran los primeros poderes que habían sido de otro y se habían convertido en suyos. Y sería aún más frustrante perderlos, o incluso correr el riesgo de perderlos. Uno quiere atesorar esas cosas, como si las guardara en un lugar secreto. Requiere atención, la misma atención de la que careció en los "amos" del pasado. Pero uno mismo se ocupa de ello. Y seguro que no se lo darás a nadie. Así piensas en lo que antes pertenecía a otro. Y este alguien más incluso empieza a pensar que es un vago por no poder aferrarse a algo tan valioso.

Estos pensamientos estaban extrañamente atascados en su cabeza. ¿Por qué iba a pensar de repente que tenía algo que perder? Hasta hacía sólo un par de días, su sensación había sido que todo iba como él quería, y que la forma en que se movían las cosas invariablemente le inspiraba, le inspiraba, le ayudaba a ser más poderoso. Y ahora, resulta que estas cosas pueden ser diferentes. Hoy. Después de oír esa explosión.

Lo más importante que quería hacer ahora era alejarse de donde se encontraba en ese momento. Algún instinto que le acechaba en lo más profundo de su ser le decía que se marchara. Alejarse de donde estaba, y no importaba dónde.

Hasta que hace unos días, se compró un coche. No era un Chrysler 300C nuevo, viejo. Algo incomprensiblemente cercano tiraba de él hacia ese coche, y quería mudarse de Estambul a algún lugar más cercano a Europa, a Bulgaria, para empezar.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Дом-фантом в приданое
Дом-фантом в приданое

Вы скажете — фантастика! Однако все происходило на самом деле в старом особняке на Чистых Прудах, с некоторых пор не числившемся ни в каких документах. Мартовским субботним утром на подружек, проживавших в доме-призраке. Липу и Люсинду… рухнул труп соседа. И ладно бы только это! Бедняга был сплошь обмотан проводами. Того гляди — взорвется! Массовую гибель собравшихся на месте трагедии жильцов предотвратил новый сосед Павел Добровольский, нейтрализовав взрывную волну. Экстрим-период продолжался, набирая обороты. Количество жертв увеличивалось в геометрической прогрессии. Уже отправилась на тот свет чета Парамоновых, чуть не задохнулась от газа тетя Верочка. На очереди остальные. Павел подозревает всех обитателей дома-фантома, кроме, разумеется. Олимпиады, вместе с которой он не только проводит расследование, но и зажигает роман…

Татьяна Витальевна Устинова , Татьяна Устинова

Детективы / Остросюжетные любовные романы / Прочие Детективы / Романы