Hab´ıa una portezuela en la entrada del cementerio. Hermione la empujó lo más silenciosamente que pudo y entraron. A ambos lados del resbaladizo camino, la nieve permanec´ıa profunda y sin se˜nales de haber sido pisada. Se movieron a través de ella, dejando profundas huellas detrás mientras caminaban alrededor de la iglesia, manteniéndose en la sombra, donde no llegaba la luz de las ventanas.
Detrás de la iglesia, hilera tras hilera de tumbas nevadas sobresal´ıa una manta azul pálido salpicada de rojo, dorado y verde deslumbrantes, los reflejos provenientes de los vidrios de colores. Sosteniendo firmemente su varita con la mano metida en el bolsillo, Harry se aproximó a la tumba más cercana.
“¡Mira esto, es un Abbot, puede ser algún pariente lejano de Hannah!”
“Baja el volumen de tu voz” le rogó Hermione.
Caminaron más dentro del cementerio, dejando huellas oscuras en la nieve detrás de ellos, parándose a mirar de cerca las palabras sobre las viejas tumbas, cada vez escudri˜nando en la oscuridad para asegurarse de que estaban completamente solos.
“¡Aqu´ı, Harry!”
Hermione estaba dos hileras de tumbas más allá; Harry tuvo que caminar de vuelta hacia ella, su corazón saliéndosele del pecho.
“¿Es...?”
“No, ¡pero mira!”
Apuntó a la piedra oscura. Harry se inclinó y vió, en el granito manchado de l´ıquenes, el nombre de Kendra Dumbledore y, un poco más abajo sus fechas de nacimiento y muerte, y Su Hija Ariana. También hab´ıa una cita:
Donde esté tu tesoro, también estará tu corazón.
Entonces Rita Skeeter y Muriel ten´ıan algo de razón. La familia Dumbledore hab´ıa vivido ah´ı, y parte de ella hab´ıa muerto ah´ı.
Ver la tumba era peor que escucharlo. Harry no pudo evitar pensar en que ambos, Dumbledore y él, ten´ıan profundos arraigos en este cementerio, y que Dumbledore deber´ıa haberle dicho algo al respecto, no pensar en que él lo investigar´ıa. Pudieron haber visitado el lugar juntos; por un momento Harry se imaginó viniendo aqu´ı con Dumbledore, el lazo que podr´ıan haber creado al hacerlo, de lo mucho que hubiera significado para él. Pero parec´ıa que a Dumbledore el hecho de que sus familias reposaran en el mismo cementerio hab´ıa sido una coincidencia sin importancia, irrelevante, quizás, para el trabajo que quer´ıa que Harry llevase a cabo.
Hermione estaba mirando a Harry, y él se sintió agradecido de que su rostro estuviera escondido en la sombra. Leyó las palabras de la tumba nuevamente. Donde esté tu tesoro, también estará tu corazón. No entend´ıa lo que significaban estas palabras. Seguramente Dumbledore las hab´ıa escogido, como el miembro mayor de la familia a la muerte de su madre.
CAPÍTULO 16. EL VALLE DE GODRIC
186
“¿Estás seguro de que nunca mencionó...?” comenzó Hermione.
“No” dijo Harry en tono cortante, “sigamos buscando” y se alejó, deseando no haber visto la tumba: No quer´ıa que su entusiasmo se empa˜nara con resentimiento.
“¡Aqu´ı!” gritó Hermione otra vez un momento después, en una parte fuera de la oscuridad. “¡Ah no, perdón! Pensé que dec´ıa Potter.”
Estaba frotando una piedra desmoronada y musgosa, mirándola, frunciendo un poco el ce˜no.
“Harry, vuelve un momento.”
Harry no ten´ıa ganas de abrirse camino sobre la nieve de nuevo, y de mala gana volvió hacia ella.
“¿Qué?”
“¡Mira esto!”
La tumba era extremadamente vieja, tan maltratada por el paso del tiempo que Harry dif´ıcilmente pod´ıa leer un nombre en ella. Hermione le mostró el s´ımbolo debajo de él.
“¡Harry, esa es la marca del libro!”
Miró fijamente el lugar que le indicaba: La piedra estaba tan desgastada que era dif´ıcil saber lo que estaba tallado ah´ı, aunque parec´ıa ser una marca triangular debajo del nombre ilegible.
“S´ı... puede ser...”
Hermione encendió su varita y la apuntó al nombre en la piedra.
“Dice Ig-Ignotus, creo...”
“Voy a seguir buscando a mis padres, ¿vale? ...le dijo Harry, en un tono levemente cortante, y se alejó, dejándola encogida a un lado de la vieja tumba.”
De tanto en tanto reconoc´ıa un apellido, como Abbott, que hab´ıa escuchado en Hogwarts. Algunas veces hab´ıa varias generaciones de la misma familia mágica escritas sobre las tumbas: Harry pod´ıa imaginarse, por las fechas, que ya hab´ıa muerto la mayor´ıa, o que el resto de la familia se hab´ıa mudado lejos del Valle de Godric. Cuanto más se in-ternaba en las tumbas, y cada vez que encontraba un nuevo nombre, sent´ıa una sacudida de aprehensión, un presentimiento.
La oscuridad y el silencio parec´ıan volverse, de repente, más profundos. Harry miró alrededor, preocupado, pensando en los dementores, luego se dio cuenta de que los villancicos hab´ıan terminado, que el bullicio y la agitación de los visitantes de la iglesia se extingu´ıa al momento en que se encaminaban a la plaza. Alguien dentro de la iglesia estaba apagando las luces.
Entonces la voz de Hermione resonó en la oscuridad por tercera vez, clara y definida desde unos metros más allá.
“Harry, están aqu´ı... justo aqu´ı.”