Y, aun tintineando, se apresuro hacia una de las muchas puertas que conduc´ıan fuera del vest´ıbulo. Harry miro atrás hacia Travers, que estaba aun paralizado en el sitio luciendo anormalmente ausente, y tomo una decisión. Con un golpe de su varita hizo que Travers los acompa˜nara, caminando mansamente en su avanzar mientras alcanzaban la puerta y pasaban al estrecho pasillo de piedra mas allá, que estaba débilmente iluminado con antorchas.
“Estamos en problemas, ellos sospechan,” dijo Harry mientras la puerta se cerraba de golpe detrás de ellos y se quitaba la capa de invisibilidad. Griphook salto desde sus hombros, ni Travers ni Bogrod mostraron la mas m´ınima sorpresa por la repentina aparición de Harry Potter entre ellos. “Están bajo la maldición Imperio,” agrego, en respuesta a las preguntas confundidas de Hermione y Ron acerca de Travers y Bogrod, que estaban ahora all´ı parados luciendo perplejos. “No creo haberlo hecho lo suficientemente fuerte, No lo se...”
Y otro recuerdo atravesó su memoria, sobre la verdadera Bellatrix Lestrange chillándole cuando por primera vez intento usar una maldición imperdonable. ’ ¡Tienes que sentirlas, Potter!’
“¿Qué hacemos?” pregunto Ron. “¿Nos vamos ahora, cuando aun podemos?”
“Si es que podemos,” dijo Hermione, mirando detrás hacia la puerta del vest´ıbulo principal, tras la cual quien pod´ıa saber lo que estaba ocurriendo.
“Hemos llegado hasta aqu´ı, digo que continuemos,” dijo Harry.
“¡Vale!,” dijo Griphook. “Entonces, necesitamos a Bogrod para controlar el carro, yo ya no tengo la autoridad. Pero no habrá lugar para el mago.”
Harry apunto su varita hacia Travers.
“¡Imperio! ”
CAPÍTULO 26. GRINGOTTS
304
El mago se dio la vuelta y camino hacia el oscuro camino con un paso elegante.
“¿Qué estas obligándolo a hacer?”
“Esconderse,” dijo Harry mientras apuntaba su varita hacia Bogrod, que silbo y un peque˜no carro apareció, saliendo de la oscuridad, acercándose por los rieles hacia ellos.
Harry estaba seguro que pod´ıa escuchar gritos detrás de ellos en el vest´ıbulo mientras se sub´ıan, Bogrod al frente con Griphook, Harry, Ron y Hermione apretados en la parte de atrás.
Con un tirón el carro se puso en marcha, ganando velocidad. Pasaron volando por un lado de Travers, que estaba retorciéndose en una grieta en la pared, entonces el carro empezó a girar y dar vueltas por los pasillos como laberintos, yendo hacia abajo todo el tiempo. Harry no pod´ıa escuchar nada por sobre el traqueteo del carro sobre las v´ıas.
Su cabello volaba detrás de èl mientras se desviaban entre estalactitas, volando aun mas profundo en la tierra, pero evito echar un vistazo hacia atrás. Tal vez estaban dejando enormes huellas detrás de ellos, entre mas pensaba en ello, mas tonto le parec´ıa haber disfrazado a Hermione como Bellatrix, haber tra´ıdo con ellos la varita de Bellatrix, cuando los mortifagos sab´ıan quien la hab´ıa robado...
Estaban aun mas profundo de lo que nunca Harry hab´ıa penetrado en Gringotts; tomaron una curva volando y vieron frente a ellos, con segundos para evitarla, una cascada ba˜nando los rieles. Harry escucho a Griphook gritar “¡No!” pero no frenaron. La atravesaron. El agua cubrió los ojos y la boca de Harry. No pod´ıa ver ni respirar. Entonces con un sacudida tremenda, el carro dio un tirón y todos salieron volando de el. Harry escucho al carro romperse en pedazos contra la pared del pasillo, escucho a Hermione chillar algo, y sintió que se deslizaba sobre la tierra como si no pesara nada, aterrizando sin dolor sobre el rocoso piso del pasaje.
“Hechizo C... Cushioning,” farfulló Hermione, mientras Ron la ayudaba a ponerse de pie, pero para horror de Harry vio que ya no era Bellatrix; en su lugar estaba parada all´ı con la túnica demasiado grande, empapada y siendo completamente ella misma; Ron ten´ıa el cabello rojo de nuevo y no tenia barba.
“¡La Ca´ıda del Ladrón!” dijo Griphook, poniéndose de pie y viendo hacia atrás hacia el aguacero sobre los rieles, el cual, ahora sab´ıa Harry, hab´ıa sido más que solo agua.
“¡Se lleva todos los encantamientos, todos los ocultamientos mágicos! ¡Saben que hay impostores en Gringotts, han puesto sus defensas contra nosotros!”
Harry vio a Hermione revisando para ver si aun ten´ıa el bolso de cuentas, y rápidamente metió la mano bajo la chaqueta pasa asegurarse que no hab´ıa perdido la capa de invisibilidad.
Después se dio la vuelta para ver a Bogrod sacudir la cabeza con desconcierto. La Ca´ıda del Ladrón parec´ıa haberlo liberado de la maldición Imperio.
“Lo necesitamos” dijo Griphook, “no podemos entrar a la bóveda sin un gnomo de Gringotts. ¡Y necesitamos los Clankers!”
“¡Imperio! ” dijo nuevamente Harry, su voz hizo eco por el pasillo de piedra mientras sent´ıa el pesado sentido de control que flu´ıa del cerebro a la varita. Bogrod se sometió una vez mas a su voluntad, su expresión desconcertada cambio a una educada indiferencia, mientras Ron se apresuro a levantar el bolso de piel con las utensilios de metal.