“A Harry James Potter” leyó, y las entra˜nas de Harry se contrajeron con una súbita excitación. “le dejo la Snitch que cogió en su primer partido de Quidditch en Hogwarts, como recordatorio de las recompensas de la perseverancia y habilidad.”
Mientras Scrimgeour sacaba la diminuta bola dorada del tama˜no de una nuez, sus alas doradas revolotearon bastante febrilmente, y Harry no pudo evitar sentir una definitiva sensación de anticl´ımax.
“¿Por qué le dejó Dumbledore esta Snitch?” preguntó Scrimgeour.
“Ni idea” dijo Harry. “Por las razones que acaba de leer, supongo... para recordarme lo que puedes conseguir si... perseveras y todo eso.”
“¿Crees que es un mero recuerdo simbólico entonces?”
“Supongo” dijo Harry. “¿Qué más podr´ıa ser?”
“Yo hago las preguntas” dijo Scrimgeour, moviendo su asiento un poco hacia el sofá.
Fuera, el atardecer ya estaba cayendo, la carpa más allá de la ventana se ergu´ıa fantas-malmente blanca sobre los setos.
“He notado que su pastel de cumplea˜nos es una Snitch” dijo Scrimgeour a Harry.
“¿Por qué?”
Hermione rió despectivamente.
“Oh, puede ser una referencia al hecho de que Harry es un gran Buscador, eso es bastante obvio” dijo. “¡Debe haber un mensaje secreto de Dumbledore escondido en el glaseado!”
“No creo que haya nada oculto en el glaseado,” dijo Scrimgeour, “pero una Snitch ser´ıa un muy buen lugar para ocultar un objeto peque˜no. ¿Sabes por qué, verdad?”
Harry se encogió de hombros. Hermione, sin embargo, respondió. Harry cre´ıa que eso de responder preguntas era un hábito tan profundamente innato en ella que no pod´ıa contener la urgencia.
“Porque las Snitch tienen memoria” dijo ella.
“¿Qué?” dijeron Harry y Ron juntos; ambos consideraban que los conocimientos de Hermione sobre Quidditch eran insignificantes.
“Correcto” dijo Scrimgeour. “Una Snitch no es tocada con las manos desnudas antes de soltarla, ni siquiera el fabricante, que lleva guantes. Lleva un encantamiento mediante el cual puede identificar al primer humano que posa sus manos en ella, para casos de capturas disputadas. Esta Snitch” sostuvo en alto la diminuta bola dorada “recordará tu tacto, Potter.”
“Se me ocurre que Dumbledore, que ten´ıa prodigiosas habilidades mágicas, a pesar de otros defectos, podr´ıa haber encantado esta Snitch para que se abriera solo para ti.”
El corazón de Harry estaba latiendo bastante rápido. Estaba seguro de que Scrimgeour ten´ıa razón. ¿Cómo evitar coger la Snitch con las manos desnudas delante del Ministro?
CAPÍTULO 7. LA VOLUNTAD DE ALBUS DUMBLEDORE
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“No dices nada” dijo Scrimgeour. “¿Quizás ya sabes lo que contiene la Snitch?”
“No,” dijo Harry, todav´ıa preguntándose como pod´ıa fingir tocar la Snitch sin hacerlo realmente. Si al menos supiera Legilemencia, si la dominara realmente, y pudiera leer la mente de Hermione; prácticamente pod´ıa oir como zumbaba su cerebro tras él.
“Cógela” dijo Scrimgeour tranquilamente.
Harry encontró la mirada de los ojos amarillos de Ministro y supo que no ten´ıa más opción que obedecer. Extendió la mano, Y Scrimgeour se inclinó hacia adelante de nuevo y colocó la Snitch lenta y deliberadamente, en la palma de Harry.
No ocurrió nada. Cuando los dedos de Harry se cerraron alrededor de la Snitch, las cansadas alas revolotearon y se quedó quieta. Scrimgeour, Ron y Hermione continuaron mirando ávidamente a la ahora parcialmente oculta bola, como si todav´ıa esperaran que pudiera transformarse de algún modo.
“Eso ha sido dramático” dijo Harry serenamente. Ron y Hermione rieron.
“Eso es todo entonces, ¿verdad?” preguntó Hermione, desatascándose del sofá.
“No del todo” dijo Scrimgeour, que ahora parec´ıa de mal humor. “Dumbledore te dejó un segundo legado, Potter.”
“¿Qué es?” preguntó Harry, la excitación se reavivó.
Scrimgeour no se molestó en leer el testamento esta vez.
“La espada de Godric Gryffindor” dijo. Hermione y Ron se tensaron. Harry miró alrededor buscando una se˜nal de la empu˜nadura incrustada de rub´ıes, pero Scrimgeour no sacó la espada de la bolsa de cuero, que en cualquier caso parec´ıa demasiado peque˜na para contenerla.
“¿Y dónde está?” preguntó Harry suspicazmente.
“Desafortunadamente” dijo Scrimgeour “esa espada no era de Dumbledore para rega-larla. La espada de Godric Gryffindor es un importante artefacto histórico, y como tal, pertenece a...”
“¡Pertenece a Harry!” dijo Hermione acaloradamente. “Ella le eligió a él, él fue quien la encontró, salió para él del Sombrero Selec...”
“De acuerdo con fuentes históricas de confianza, la espada puede presentarse para cualquier Gryffindor digno,” dijo Scrimgeour. “Eso no la hace de la exclusiva propiedad del Se˜nor Potter, fuera lo que fuera lo que Dumbledore decidiera.” Scrimgeour se rascaba su mal afeitada mejilla, escudri˜nando a Harry. “¿Por qué crees...?”
“¿... que Dumbledore quiso darme a m´ı la espada?” dijo Harry, luchando por contener su temperamento. “Quizás pensó que quedar´ıa bien en mi pared.”