Era un peque˜no letrero pomposo, escrito con prolija letra manuscrita, el tipo de cosa que Percy Weasley podr´ıa haber pegado en la puerta de su dormitorio.
No entrar
Sin el expreso permiso de
Regulus Arcturus Black
Harry se vio invadido por la excitación, pero no se dio cuenta enseguida del porque.
Volvió a leer el letrero. Hermione ya estaba un tramo de escaleras por debajo de él.
“Hermione,” dijo, y se sorprendió de que su voz sonara tan calmada. “Vuelve a subir aqu´ı.”
“¿Qué pasa?”
“R.A.B. Creo que lo he encontrado.
Se oyó un jadeo, y luego Hermione que sub´ıa corriendo las escaleras.
“¿En la carta de tu madre? Pero no vi...”
Harry negó con la cabeza, se˜nalando al letrero de Regulus. Ella lo leyó, luego cogió a Harry por el brazo, con tanta fuerza que este dio un respingo.
“¿El hermano de Sirius?” susurró.
“Era un mort´ıfago,” dijo Harry. “Sirius me habló de él, se unió a ellos cuando era verdaderamente joven y luego se arrepintió y trato de abandonar... por lo que lo mataron.”
“¡Eso encaja!” Jadeó Hermione. “¡Si era un mort´ıfago ten´ıa acceso a Voldemort, y si se sintió desencantado, entonces podr´ıa haber deseado la ca´ıda de Voldemort!”
Soltó a Harry, se inclinó sobre la barandilla, y gritó, “¡Ron! ¡RON! ¡Sube, rápido!”
Un minuto después apareció Ron resoplando, con la varita lista en la mano.
“¿Qué pasa? Si son voluminosas ara˜nas otra vez quiero desayunar antes de...”
Frunció el ce˜no ante el letrero que Hermione estaba se˜nalando silenciosamente en la puerta de Regulus.
“¿Qué? Ese era el hermano de Sirius, ¿verdad? Regulus Arcturus... Regulus... ¡R.A.B!
El relicario... ¿Suponen que...?’
“Averigüémoslo,” dijo Harry. Empujo la puerta; estaba cerrada. Hermione apuntó el picaporte con la varita y dijo, “Alohomora”. Se oyó un clic, y la puerta se abrió.
Avanzaron juntos por el umbral, mirando alrededor. El dormitorio de Regulus era ligeramente más peque˜no que el de Sirius, aunque produc´ıa la misma sensación de antigua grandeza. Mientras Sirius hab´ıa intentado exponer sus diferencias con el resto de CAPÍTULO 10. LA HISTORIA DE KREACHER
107
la familia, Regulus se hab´ıa esforzado por enfatizar lo opuesto. Los colores de Slytherin, verde esmeralda y plateado, estaban por todas partes, adornando la cama, las paredes y las ventanas. El blasón de la familia Black estaba cuidadosamente pintado sobre la ca-ma, junto con su lema, TOUJOURS PUR. Debajo hab´ıa una colección de amarillentos recortes de periódico, pegados todos juntos hasta formar un irregular colage. Hermione cruzó la habitación para examinarlos.
“Son todos sobre Voldemort,” dijo. “Parece que Regulus ya le admiraba a˜nos antes de unirse a los mort´ıfagos.”
Una nube de polvo se alzó cuando se sentó sobre el cubrecama para leer los recortes.
Mientras tanto, Harry se fijó en otra fotograf´ıa: un equipo de Quiditch de Hogwarts que sonre´ıa y saludaba desde el marco. Se acercó y pudo apreciar las serpientes en los blasones de sus pechos: Slytherins. Reconoció inmediatamente a Regulus como el muchacho sentado en el centro de la primera fila: Ten´ıa el mismo cabello oscuro y se le ve´ıa ligeramente altanero como su hermano, aunque era más peque˜no, más delgado, y bastante menos apuesto de lo que Sirius hab´ıa sido.
“Jugaba de Buscador,” dijo Harry.
“¿Qué?” dijo Hermione vagamente; todav´ıa estaba inmersa en el montón de recortes acerca de Voldemort.
“Está sentado en el centro de la fila delantera, es el lugar reservado para el Buscador...
No importa,” dijo Harry, dándose cuenta que nadie le estaba escuchando. Ron estaba sobre manos y rodillas, buscando debajo del armario. Harry miró alrededor de la habitación buscando posibles lugares que pudieran servir de escondrijos y se aproximó al escritorio.
Una vez más, alguien hab´ıa registrado este lugar antes que ellos. El contenido de los cajones hab´ıa sido revuelto recientemente, el polvo hab´ıa sido removido, pero no hab´ıa nada de valor all´ı: viejas plumas, textos caducos que evidenciaban haber sido toscamente ma-noseados, un frasco de tinta recientemente roto, el pegajoso remanente cubr´ıa el contenido del cajón.
“Hay una forma más fácil,” dijo Hermione, mientras Harry se limpiaba los dedos sucios de tinta en los pantalones. Levantó la varita y dijo, “¡Accio, relicario! ”
Nada ocurrió. Ron, que hab´ıa estado examinando los pliegues de las desva´ıdas cortinas, pareció decepcionado.
“¿Entonces, eso es todo? ¿No está aqu´ı?”
“Oh, aún podr´ıa estar aqu´ı, pero bajo encantamientos protectores,” dijo Hermione.
“Encantamientos para prevenir que sea convocado mágicamente, tú sabes.”
“Como el que Voldemort puso sobre el pedestal de piedra en la cueva,” dijo Harry, recordando como hab´ıa sido incapaz de convocar el falso relicario.
“¿Entonces, cómo se supone que lo encontraremos?” preguntó Ron.
“Buscando manualmente,” dijo Hermione.
“Buena idea,” dijo Ron, poniendo los ojos en blanco, y reanudando su búsqueda en las cortinas.