“¡Vamos!” gritó Harry a Hermione; la cogió de la mano y juntos saltaron a la chimenea mientras la maldición de Yaxley pasaba por encima de la cabeza de Harry. Giraron durante unos segundos antes de salir en un inodoro y pasar al cub´ıculo del retrete. Harry abrió la puerta. Ron estaba parado delante de los lavabos, todav´ıa luchando con la se˜nora Cattermole.
“Reg, no entiendo...”
“¡Suélteme, no soy su marido, tiene que irse a casa!”
Se produjo un ruido en el retrete que ten´ıan detrás; Harry miró alrededor; Yaxley acababa de aparecer.
“¡V ÁMONOS!” gritó Harry. Agarró a Hermione de la mano y a Ron del brazo y giró en el lugar.
La oscuridad los tragó, junto con la sensación de manos que le comprim´ıan, pero algo iba mal... la mano de Hermione parec´ıa resbalar de su agarre...
Se preguntó si se iba a asfixiar, no pod´ıa respirar ni ver, y las únicas cosas sólidas en el mundo eran el brazo de Ron y los dedos de Hermione, que se estaban escurriendo lentamente...
Y entonces vio la puerta del número doce de Grimmauld Place, con el llamador en forma de serpiente, pero antes de poder tomar aliento, hubo un grito y un destello de luz púrpura; la mano de Hermione lo agarró de repente como unas tenazas y de nuevo todo se volvió oscuro.
Cap´ıtulo 14
El Ladrón
Harry abrió los ojos y quedó deslumbrado por el verde y dorado; no ten´ıa ni idea de lo que hab´ıa sucedido, solo sab´ıa que yac´ıa en lo que parec´ıan hojas y ramitas. Luchando por llevar aire a unos pulmones que parec´ıan aplastados, parpadeó y se dio cuenta de que la luz deslumbrante de colores chillones era la claridad del sol, que se colaba a través de un dosel de hojas a mucha altura sobre él. Se apoyó en las manos y se puso de rodillas, preparado para enfrentarse a una criatura peque˜na y feroz, pero vio que el objeto era el pie de Ron. Mirando alrededor Harry observó que él y Hermione yac´ıan sobre el suelo de un bosque, aparentemente solos.
El primer pensamiento de Harry fue que era el Bosque Prohibido, y por un momento, incluso sabiendo lo tonto y peligroso que ser´ıa que Aparecerse en los terrenos de Hogwarts, su corazón dio un salto al pensar en escabullirse entre los árboles hacia la caba˜na de Hagrid. Sin embargo, en los pocos momentos que le llevó a Ron emitir un gru˜nido bajo y a Harry empezar a gatear hacia él, se dio cuenta de que éste no era el Bosque Prohibido.
Los árboles parec´ıan más jóvenes, hab´ıa espacios más amplios y el terreno era más claro.
Se encontró con Hermione, también apoyada sobre las manos y rodillas, junto a la cabeza de Ron. En el momento que sus ojos se posaron sobre Ron, todas las otras preocupaciones volaron de la mente de Harry, ya que la sangre empapaba por completo el lateral izquierdo de Ron y su cara de color blanco grisáceo, destacaba sobre el suelo lleno de hojas. La poción multijugos ahora estaba desapareciendo. Ron estaba a medio camino entre su apariencia normal y la de Cattermole, su pelo se volv´ıa más y más pelirrojo mientras su cara perd´ıa el poco color que le quedaba.
“¿Qué le ha pasado?”
“Se escindió” dijo Hermione, con los dedos ya ocupados en la manga de Ron, donde la sangre era más abundante y oscura.
Harry miró, horrorizado, como abr´ı con violencia la camisa de Ron. Siempre hab´ıa pensado que escindirse era algo cómico, pero esto... Sus tripas se revolvieron con desagrado cuando Hermione descubrió el antebrazo de Ron, donde faltaba un gran pedazo de carne, sacado limpiamente como si se hubiera usado un cuchillo.
“Harry, rápido, en mi bolso hay una peque˜na botella con la etiqueta... Esencia de D´ıctamo...”
“El bolso... s´ı...”
Harry se apuró hacia el lugar donde hab´ıa aterrizado Hermione, agarró el peque˜no bolso adornado con cuentas y metió la mano en el interior. Al momento, empezó a tocar 153
CAPÍTULO 14. EL LADR ÓN
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objeto tras objeto: sintió lomos de cuero de libros, mangas de lana de jerséis, tacones de zapatos...”
“Rápido.”
Agarró su varita del suelo y la apuntó a las profundidades del bolso mágico.
“¡Accio D´ıctamo! ”
Una peque˜na botella marrón salió zumbando del bolso; la cogió y volvió con rapidez junto a Hermione y Ron, cuyos ojos ahora estaban medio cerrados. Todo lo que se ve´ıa entre sus pesta˜nas eran franjas del blanco globo ocular.
“Se ha desmayado” dijo Hermione, que también estaba bastante pálida; ya no parec´ıa Mafalda, aunque su pelo todav´ıa estaba gris en algunas partes...
“Destápala en mi lugar, Harry, me tiemblan las manos.”
Harry arrancó el tapón de la peque˜na botella, Hermione la cogió y vertió tres gotas de la poción en la herida que sangraba. Un humo verdoso se elevó hacia arriba y cuando se aclaró, Harry vio que la sangre hab´ıa dejado de manar. Ahora la herida parec´ıa que tuviera varios d´ıas; una piel nueva se estiraba sobre lo que un momento antes hab´ıa estado en carne viva.
“Guau” dijo Harry.