dijo, dándole golpecitos al guardapelo que descansaba sobre su amplio pecho. “La S es de Selwyn... estoy emparentada con los Selwyn... De hecho, hay pocas familias de sangre pura con las que no estoy emparentada... una pena” continuó en voz más alta, pasando sobre el cuestionario de la se˜nora Cattermole, “que no se pueda decir lo mismo de usted.
Profesión de los padres: verduleros.”
Yaxley se rió con mofa. Abajo, el peludo gato plateado patrullaba de arriba abajo, y los dementores segu´ıan esperando en las esquinas.
Fue la mentira de Umbridge la que hizo que a Harry se le subiese la sangre al cerebro y olvidase su sentido de la precaución... que el guardapelo que hab´ıa tomado como soborno de un insignificante criminal fuera usado para reforzar sus credenciales de pura sangre. Levantó la varita, sin ni siquiera preocuparse de mantenerla oculta bajo la capa de Invisibilidad y dijo:
“¡Desmaius! ”
Hubo un destello de luz roja; Umbridge se derrumbó y su frente golpeó el borde de la balaustrada; los papeles de la se˜nora Cattermole se deslizaron de su regazo hasta el suelo, y por debajo, el gato plateado que merodeaba se desvaneció. Un aire helado los golpeó como un viento en dirección contraria. Yaxley, confuso, miró alrededor buscando la fuente del CAPÍTULO 13. LA COMISI ÓN DE LOS NACIDOS DE MUGGLES
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problema y vio la mano sin cuerpo de Harry y la varita apuntándolo. Intentó sacar su propia varita, pero fue demasiado tarde.
“¡Desmaius! ”
Yaxley se deslizó hasta el suelo para yacer enroscado.
“¡Harry!”
“Hermione, si crees que me iba a quedar ah´ı sentado y dejar que ella fingiese...”
“¡Harry, la se˜nora Cattermole!”
Harry se dio la vuelta, quitándose la Capa de Invisibilidad. Abajo, los dementores se hab´ıan movido de las esquinas; se estaban deslizando hacia la mujer encadenada en la silla. Ya fuese porque el patronus se hab´ıa desvanecido o porque sent´ıan que sus amos ya no ten´ıan el control, parec´ıan haber abandonado la contención.
La se˜nora Cattermole dejó escapar un terrible grito de miedo cuando una mano viscosa y con costras le agarró el mentón y le inclinó la cabeza hacia atrás.
“¡EXPECTO PATRONUM! ”
El ciervo plateado salió disparado de la punta de la varita de Harry y saltó hacia los dementores, que retrocedieron y se fundieron de nuevo en las sombras. La luz del ciervo, más poderosa y cálida que la protección del gato, llenó la mazmorra por completo mientras cabalgaba a medio galope por la habitación.
“Coge el horrocrux” le dijo Harry a Hermione.
Bajó de nuevo por los escalones, guardando la Capa de Invisibilidad en su mochila, y se acercó a la se˜nora Cattermole.
“¿Tú?” susurró ella, mirando su cara. “¡Pero... pero Reg dijo que eras el que hab´ıa presentado mi nombre para los interrogatorios!”
“¿Lo hice?” farfulló Harry, tirando de las cadenas que le inmovilizaban los brazos.
“Bueno, he cambiado de idea. ¡Diffindo! ” no pasó nada. “Hermione, ¿cómo me deshago de estas cadenas?”
“Espera, estoy intentando algo aqu´ı arriba...”
“Hermione, ¡estamos rodeados de dementores!”
“Lo sé Harry, pero si se despierta y no tiene el medallón... necesito duplicarlo... ¡Ge-minio! As´ı... esto deber´ıa enga˜narla...”
Hermione bajó corriendo las escaleras.
“Veamos... ¡Relashio! ”
Las cadenas hicieron un ruido metálico y retrocedieron en los apoyabrazos de la silla.
La se˜nora Cattermole parec´ıa tan asustada como antes.
“No entiendo” susurró.
“Va a salir de aqu´ı con nosotros” dijo Harry, poniéndola de pie. “Vaya a casa, coja a sus hijos y haya, salga del pa´ıs si es necesario. Disfrácense y escapen. Ha visto como es, aqu´ı no conseguirá un proceso justo.”
“Harry” dijo Hermione, “¿cómo vamos a salir de aqu´ı con todos esos dementores fuera de la puerta?”
“Patronus” dijo Harry, se˜nalando con la varita al suyo: el ciervo redujo la velocidad y CAPÍTULO 13. LA COMISI ÓN DE LOS NACIDOS DE MUGGLES
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dispuso a caminar hacia la puerta, todav´ıa brillando intensamente. “Tantos como podamos conseguir; haz el tuyo, Hermione.”
“Expec... Expecto patronum” dijo Hermione. No pasó nada.
“Es el único hechizo con el que tiene problemas” le contó Harry a una se˜nora Cattermole completamente perpleja. “Un poco desafortunado, la verdad... Vamos, Hermione...”
“¡Expecto patronum! ”
Una nutria plateada salió disparada de la punta de la varita de Hermione y nadó con elegancia por el aire para unirse al ciervo.
“Vamos” dijo Harry, y guió a Hermione y la se˜nora Cattermole hacia la puerta.
Cuando los patronus se deslizaron fuera de la mazmorra hubo gritos de asombro de la gente que esperaba fuera. Harry miró alrededo,: los dementores estaban retrocediendo a ambos lados, fundiéndose con la oscuridad, dispersándose ante las criaturas plateadas.
“Se ha decidido que todos ustedes deben irse a casa y esconderse con sus familias.”
comentó Harry a los nacidos muggles que esperaban, que estaban aturdidos por la luz de los patronus y todav´ıa se encog´ıan ligeramente de miedo.