Que volveríamos mañana con otro regalo, y volvíamos al día siguiente con otro regalo, eso da una buena impresión, ¿ven?. Y
les daba tiempo para probar nuestro primer regalo y que así vieran que era bueno, y así ellos nos aceptaran mejor, en cualquier caso a los gigantes les gustaba Karkus. Y darle mucha información significaba que nos matarían sólo para simplificar las cosas. Así que nos volvimos por el camino y encontramos una linda cueva y pasamos ahí la noche. A la mañana siguiente nosotros volvimos, pero esta vez nos encontramos a Karkus sentado, esperándonos y luciendo completamente complacido.'
¿Y vosotros hablasteis con él?.
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Oh sí. Primero le presentamos un buen casco de batalla, hecho por los duendes e indestructible, ya sabéis y entonces nos sentamos y hablamos.
’¿Qué dijo él?.’
’No mucho,’ -dijo Hagrid- ‘Escuchó principalmente. Pero había buenas señales. Él había oído hablar de Dumbledore, oyó que él se había opuesto a la matanza de los últimos gigantes en Gran Bretaña. Karkus parecía estar realmente interesado en lo que Dumbledore tenía que decir y algunos de los otros, especialmente los que entendían inglés, se reunían alrededor y también escuchaban. Nosotros estábamos esperanzados cuando nos fuimos ese día. Prometimos regresar a la mañana siguiente con otro regalo. Pero esa noche todo salió mal.
¿Qué quieres decir? -dijo Ron rápidamente.
Bien, como dije, ellos no están destinados para vivir juntos, los gigantes,’ -dijo Hagrid tristemente. No en grupos grandes como ese. Ellos no pueden ayudarse a sí mismos, medio se matan cada pocas semanas. Los hombres luchan entre ellos y las mujeres luchan entre ellas; el resto de las viejas tribus luchan unas con otras, y esto sin incluir las luchas por la comida los mejores fuegos y los lugares para dormir. Pensaríais, viendo como toda su raza está próxima a extinguirse, que ellos se dejarían en paz unos a otros, pero...’-
Hagrid suspiró profundamente-
‘ Aquella noche estalló una lucha, la vimos desde la entrada de nuestra caverna, mirando hacia el valle de abajo. Esperamos durante horas, no podíamos dar crédito al ruido. Y cuando el sol salió la nieve estaba escarlata, y su cabeza estaba tendida en el fondo del lago.
¿La cabeza de quién? -Jadeó Hermione.
’De Karkus -dijo Hagrid pesadamente- `Había un nuevo Gurg, Golgomath´-Respiró profundamente- `Bien, no teníamos trato para el nuevo Gurg. Dos días antes habíamos tenido contactos amistosos con el primero, y teníamos una buena sensación.
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Golgomath no parecía muy entusiasmado en escucharnos, pero teníamos que intentarlo.´
’¿Fuisteis a hablar con él? -preguntó Ron incrédulo- ‘Después de haberle visto cortar la cabeza a otro gigante?.
’Por supuesto que lo hicimos,’ -dijo Hagrid- ‘no habíamos hecho todo ese camino para abandonar después de dos días. Bajamos con el siguiente regalo para dárselo a Karkus.
Yo sabía que aquello no marchaba antes de que hubiese abierto mi boca. Él estaba sentado allí vistiendo el casco de Karkus, desgastado, mirando con una sonrisa maligna como nos acercábamos. Él era abultado, uno de los más grandes de allí. De pelo negro, dientes a juego y un collar de huesos. Huesos que parecían humanos algunos de ellos. Bien, yo le di un regalo, le ofrecí un gran rollo de piel del dragón y dije, "Un regalo para el Gurg de los gigantes '
"La Próxima cosa que y supe, era que yo estaba colgado en el aire boca a bajo por los pies, dos de sus compañeros me habían agarrado.
-Hermione se tapó la boca con las manos.
’¿Cómo hiciste para salir de eso? -preguntó Harry.
’No lo habría hecho si Olympe no hubiera estado allí, -dijo Hagrid. Ella sacó su varita e hizo uno de los hechizos más rápidos que yo he visto jamás. Condenadamente maravilloso.
Golpeó a los dos que me sostenían directamente en los ojos con la Maldición Conjunctivitus y ellos me dejaron caer en seguida pero nosotros estábamos otra vez en problemas, porque habíamos usado la magia contra ellos y eso es lo que los gigantes odian de los magos. Teníamos un buen trecho y sabíamos que no había ninguna manera de que fuésemos capaces de marchar a través del campamento de nuevo.
’Caray, Hagrid -dijo Ron susurrante.
Así que, ¿cómo es posible que tardaras tanto tiempo en regresar a casa si sólo estuviste ahí 3 días?? -preguntó Hermione.
¡Nosotros no nos fuimos después de 3 días!! -dijo Hagrid, luciendo indignado.
-Dumbledore confiaba en nosotros!!!!
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-Pero acabas de decir que no había forma de que pudieras regresar!!!.