Читаем La Cúpula полностью

– Esa fue su primera versión. Luego dijo que tal vez no fue una violación, sino que cuando ella se asustó y me dijo que parara, yo no le hice caso. Supongo que eso lo convirtió en una violación en segundo grado.

La mujer esbozó una sonrisa fugaz.

– Que no le oiga ninguna feminista decir que existen distintos grados de violación.

– Supongo que mejor que no. En cualquier caso, su marido me hizo pasar a la sala de interrogatorios, que al parecer durante el día es el armario de la limpieza…

Brenda se rió.

– … Y llevó también a Angie. La sentó frente a mí para que tuviera que mirarme a los ojos. Joder, casi estábamos codo con codo. Hay que prepararse mentalmente para mentir sobre algo tan grave, sobre todo alguien joven. Eso lo descubrí en el ejército. Y su marido también lo sabía. Le dijo que el caso iría a juicio. Le explicó las penas por cometer perjurio. En pocas palabras, Angie se retractó. Dijo que no había habido coito, y menos aún violación.

– Howie tenía un lema: «La razón antes que la ley». Siempre obraba tomando como base ese principio. Por desgracia, Peter Randolph no se comportará de este modo, en parte porque es un tipo muy obtuso, pero sobre todo porque no será capaz de manejar a Rennie. Mi marido sabía cómo hacerlo. Howie dijo que cuando las noticias de su… altercado… llegaron a oídos del señor Rennie, este insistió en que lo juzgaran por algo. Estaba hecho una furia. ¿Lo sabía?

– No. -Pero tampoco le sorprendía.

– Howie le dijo al señor Rennie que si el caso llegaba a los tribunales se aseguraría de que saliera a la luz toda la verdad, incluido el intento de paliza de cuatro contra uno en el aparcamiento. Y añadió que un buen abogado defensor incluso podría lograr que constaran en acta algunas de las travesuras de instituto de Frankie y Junior, aunque ninguna era tan grave como lo que le hicieron a usted.

Brenda meneó la cabeza.

– Junior Rennie nunca había sido un muchacho fantástico, pero en general era relativamente inofensivo. Sin embargo, durante el último año ha cambiado. Howie se dio cuenta de ello, y el asunto le preocupaba. He descubierto que Howie sabía cosas sobre ambos, padre e hijo… -Dejó la frase en el aire. Barbie se dio cuenta de que se debatía entre acabarla o no, y al final decidió no hacerlo. Como mujer de un agente de policía de pueblo había aprendido a ser discreta, una costumbre difícil de olvidar.

– Howie le aconsejó que se fuera del pueblo antes de que Rennie encontrara algún modo de causarle problemas, ¿verdad? Imagino que quedó atrapado por la Cúpula y no pudo marcharse.

– Ambas cosas son ciertas. ¿Le importa que tome una Coca-Cola Light, señora Perkins?

– Llámame Brenda. Y yo te llamaré Barbie, si así es como te gusta. Sírvete tú mismo el refresco.

Barbie le hizo caso.

– Quieres una llave del refugio atómico para coger el contador Geiger. Puedo ayudarte y lo haré. Pero también me ha parecido que decías que Jim Rennie tenía que saberlo, idea que no acaba de convencerme. Tal vez es el dolor, que me nubla el juicio, pero no entiendo por qué quieres enzarzarte en una disputa con él. Big Jim se pone histérico cuando alguien cuestiona su autoridad y, además, no le caes bien. Y tampoco te debe ningún favor. Si mi marido aún fuera el Jefe, tal vez podríais ir a ver a Rennie juntos. Creo que yo habría disfrutado de la escena. -Se inclinó hacia delante y le lanzó una mirada ojerosa-. Pero Howie ya no está y tú tienes muchas probabilidades de acabar encerrado en una celda en lugar de dedicarte a buscar un misterioso generador.

– Soy consciente de todo eso, pero la situación ha cambiado. La Fuerza Aérea va a lanzar un misil de crucero contra la Cúpula mañana a las trece horas.

– Oh, Dios mío.

– No es el primero que lanzan, pero con los anteriores solo pretendían determinar la altura (los radares no funcionan) e iban cargados con una ojiva de combate falsa. Pero este será de verdad. Un misil antibúnkers.

Brenda palideció.

– ¿En qué parte del pueblo va a impactar?

– El punto de impacto será la intersección de la Cúpula con la Little Bitch. Julia y yo estuvimos ahí anoche. Explotará a un metro y medio del suelo.

A Brenda se le desencajó la mandíbula de un modo muy impropio en una mujer.

– ¡No es posible!

– Me temo que sí. La lanzarán desde un B-52 y seguirá una ruta preprogramada. Es decir, un ruta programada al milímetro. Una vez que alcance la altura del objetivo, tendrá en cuenta hasta la más mínima irregularidad del terreno. Esas cosas son espeluznantes. Si explota y no atraviesa la Cúpula, todo el mundo se llevará un buen susto, sonará como el Apocalipsis. Pero si logra atravesarla…

Brenda se llevó la mano a la garganta.

– ¿Qué daños causará? ¡No tenemos camiones de bomberos, Barbie!

– Estoy seguro de que habrá bomberos al otro lado, preparados. En cuanto al posible alcance de los daños… -Se encogió de hombros-. Toda la zona tendrá que ser evacuada, eso está claro.

– ¿Te parece sensato? ¿Crees que su plan es sensato?

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