Читаем La música del Adiós полностью

Clarke negó con la cabeza, aunque sabía perfectamente que en el despacho de Macrae se estaba discutiendo la posibilidad. En cuanto se fue Goodyear, sacó del bolso el reproductor de CD y cogió el disco del primer cajón de la mesa. El recital de Todorov para la librería Word Power. Se puso los auriculares, subió el volumen y cerró los ojos.

Era un café. Se oía el ruido de la cafetera al fondo. Charles Riordan debería estar frente al público. Oyó que Todorov carraspeaba. Uno de los libreros le daba la bienvenida y comenzaba a hacer la presentación. Ella conocía aquel café; estaba cerca del cine Odeon y lo frecuentaban estudiantes. Había unos sofás grandes muy cómodos y ecológicos; era la clase de local donde te sientes culpable si no pides algo de comercio justo. No parecía que hubiera amplificación para el poeta, pero el micrófono de Riordan era excelente. Al cambiar de posición oyó entre el público una tos, un estornudo; murmullos y susurros. A Riordan parecían interesarle aquellos ruidos tanto como el recital. Se lo imaginó como escuchando a través de las puertas.

Cuando el poeta tomó la palabra lo hizo con una pauta muy parecida a la de la Biblioteca de Poesía: las mismas bromas para romper el hielo, y la afirmación de que los escoceses le parecían muy hospitalarios. Clarke se lo imaginó recorriendo con la vista la audiencia, buscando a alguna mujer que deseara llevar más lejos esa hospitalidad, pero en un momento determinado se apartó de la pauta seguida en el anterior recital y dijo que iba a leer un poema de Robert Burns llamado «Adiós a nuestra fama escocesa». El ruso lo leyó en un inglés con marcado acento y pidió disculpas por su imperfección en el idioma:

Adiós a nuestra fama escocesa

Adiós a nuestra antigua gloria

Adiós incluso al nombre de escocés

Tan célebre en la historia marcial.

Ahora el tiburón ronda las playas de Solway

Y el tweed llega hasta el mar

Para marcar el linde de la provincia inglesa:

Una nación puñado de granujas.

Tras dos estrofas más con la misma rima estallaron los aplausos. Todorov volvió a los poemas de Astapovo Blues y concluyó diciendo que a la salida había ejemplares a la venta. Una vez apagados los aplausos el micrófono de Riordan hizo otro periplo por la sala captando las reacciones del público.

– ¿Vas a comprar un ejemplar?

– Diez libras es un poco caro… y además los hemos oído casi todos.

– ¿A qué pub vais?

– Al Pear Tree seguramente.

– ¿Qué te ha parecido?

– Algo pretencioso.

– ¿Vamos a vuestra casa el sábado?

– Depende de los niños.

– ¿Ya ha empezado a llover?

– Tengo el perro en el coche.

Después el timbre de un móvil que dejaba de sonar al contestar a la llamada… Una contestación en un idioma que a Clarke le pareció sospechosamente ruso. Y sólo captó un par de palabras antes de que la voz se amortiguara. ¿Tenía el poeta un móvil? No, que ella supiera. O sea que ¿sería alguien del público? Sí, porque ahora el micrófono volvía hacia la tribuna y se oía a la librera dar las gracias a Todorov.

– Y si después es tan amable de firmar los ejemplares…

– Por supuesto. Será un placer.

– Y tomar una copa con nosotros en el Pear Tree… ¿Seguro que no le tienta cenar con nosotros?

– Querida, procuro resistir la tentación. No es buena para un poeta de mi avanzada edad -en ese momento Todorov cambió el objeto de su atención-. Ah, señor Riordan, ¿qué tal ha ido la grabación?

– Estupendamente. Gracias.

«Diálogos de difuntos», no pudo por menos de pensar Clarke.

A continuación hasta el micrófono enmudeció. Por el contador del aparato vio que había escuchado casi una hora. No había nadie en el despacho de Macrae y a Starr no se le veía por ninguna parte. Se quitó los auriculares y miró si tenía mensajes en el móvil. Ninguno. Llamó a Rebus a casa pero le habló el contestador automático. Tampoco contestaba al móvil. Estaba marcando otra vez el número cuando vio que regresaba Todd Goodyear y torció el gesto.

– Mi novia acaba de decirme una cosa -dijo.

– Dime cómo se llama que lo he olvidado.

– Sonia.

– ¿Y qué te ha dicho Sonia?

– Que cuando estaban buscando por el canal encontraron un protector para zapatos de esos de plástico que se ajustan al tobillo con un elástico.

– Y luego dicen que no contaminemos el escenario del crimen…

Goodyear comprendió lo que quería ella decir.

– No -añadió-, no se les cayó a ellos. Tenía restos de sangre, o es lo que parece.

– ¿O sea, que lo llevaba puesto el agresor?

Goodyear asintió con la cabeza.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Профайлер
Профайлер

Национальный бестселлер Китая от преподавателя криминальной психологии в Университете уголовной полиции. Один из лучших образцов китайского иямису — популярного в Азии триллера, исследующего темную сторону человеческой натуры. Идеальное сочетание «Внутри убийцы», «Токийского зодиака» и «Молчания ягнят».«Вампир». Весной 2002 года в китайском Цзяньбине происходит сразу три убийства. Молодые женщины задушены и выпотрошены. Найдены следы их крови, смешанной с молоком, которую пил убийца…Фан Му. В Университете Цзянбина на отделении криминалистики учится весьма необычный студент. Замкнутый, нелюдимый, с темными тайнами в прошлом и… гений. Его настоящий дар: подмечать мельчайшие детали и делать удивительно точные психологические портреты. В свои двадцать четыре года он уже помог полиции поймать нескольких самых опасных маньяков и убийц…Смертельный экзамен. И теперь некто столь же гениальный, сколь и безумный, бросает вызов лично Фан Му. Сперва на двери его комнаты появляется пятиконечная звезда — фирменный знак знаменитого Ночного Сталкера. А на следующий день в Университете находят труп. Убийца в точности повторил способ, которым Ночной Сталкер расправлялся со своими жертвами. Не вписывается только шприц, найденный рядом с телом. Похоже, преступник предлагает профайлеру сыграть в игру: угадаешь следующего маньяка — предотвратишь новую смерть…

Лэй Ми

Триллер
24 часа
24 часа

«Новый год. Новая жизнь.»Сколько еще людей прямо сейчас произносят эту же мантру в надежде, что волшебство сработает? Огромное количество желаний загадывается в рождественскую ночь, но только единицы по-настоящему верят, что они исполнятся.Говорят, стоит быть осторожным со своими желаниями. Иначе они могут свалиться на тебя, как снег на голову и нагло заявиться на порог твоего дома в виде надоедливой пигалицы.Ты думаешь, что она – самая невыносимая девушка на свете, ещё не зная, что в твою жизнь ворвалась особенная Снежинка – одна из трехсот пятидесяти миллионов других. Уникальная. Единственная. Та самая.А потом растаяла.Ровно до следующего Рождества.И все что у нас есть – это двадцать четыре часа безумия, от которых мы до сих пор не нашли лекарство.Но как быть, когда эти двадцать четыре часа стоят целого года?

Алекс Д , Алексей Аркадьевич Мухин , Грег Айлс , Клэр Сибер , Лана Мейер

Детективы / Триллер / Самиздат, сетевая литература / Классические детективы / Романы