Читаем La música del Adiós полностью

«¿Un regalito de tu amigo?», pensó. Pero no tenía balas en el cargador, ni las había en el cajón. Hacía tiempo que Rebus no empuñaba un arma de fuego. La sopesó, comprobó el equilibrio y volvió a dejarla en su sitio cogiéndola con el pañuelo. El siguiente cajón estaba lleno de extractos de bancos. Vio que Cafferty tenía dieciséis mil libras en la cuenta corriente, un cuarto de millón con interés en acciones de bolsa y otras cien mil en acciones personales. No encontró recibos de pago de hipoteca, lo que probablemente era prueba de que la casa era de su propiedad. En aquella zona de Edimburgo valdría millón y medio. Pero no sería el único bien del gángster; Stone había insinuado unas compañías de inversión en el extranjero. Cafferty era dueño de bares, discotecas, de una agencia de alquiler de pisos y de unos billares, y se decía que tenía parte en una empresa de taxis.

De pronto advirtió algo en un rincón: una vieja caja de caudales con cerradura de combinación, de color verde grisáceo y fabricada en Kentucky. Se acercó y no le extrañó que estuviera cerrada. La única combinación que se le ocurría probar era la de la fecha de cumpleaños de Cafferty. Dieciocho, diez, cuarenta y seis. Tiró de la manivela y la puerta se abrió.

Se agasajó con una sonrisa. No sabía por qué recordaba aquellas cifras, pero de algo le había servido.

En el interior había dos cajas de munición del calibre nueve milímetros, cuatro gruesos fajos de billetes de cincuenta y de veinte libras, libros de contabilidad, discos de ordenador y un joyero con los collares y pendientes de la difunta esposa. Rebus cogió el pasaporte de Cafferty y lo hojeó: ningún viaje a Rusia. Un certificado de nacimiento de Cafferty y los certificados de defunción de la esposa y el hijo. En el certificado de matrimonio, expedido en Edimburgo, constaba que Cafferty se había casado en 1973. Dejó todo en su sitio y examinó los discos: no tenían etiqueta ni inscripción. Además, en el despacho no había ordenador… ni había visto ninguno en toda la casa. En el estante inferior de la caja de caudales había una caja de cartón. La cogió y la abrió: una docena de discos plateados brillantes. Compactos, pensó de entrada, pero miró una a la luz y vio que estaba marcado DVD-R, 4 7G. Él no era un técnico, pero comprendió que éste podía verlo en el aparato del primer piso. Ninguno tenía etiqueta, sólo señales de colores: verde, azul, roja o amarilla.

Cerró la caja fuerte y giró la combinación, apagó la luz y subió al primer piso. El salón de cine tenía ventanas con contraventanas, con una fila de bancos de cuero y otra detrás de sofás de dos plazas. Se agachó ante los aparatos e introdujo el DVD, conectó la pantalla y tomó asiento. Tuvo que probar con tres mandos a distancia para ponerlo todo en marcha: pantalla, DVD y altavoces. Sentado en el borde del sofá de cuero se dispuso a mirar lo que parecía metraje de vigilancia.

Una habitación. Era un cuarto de estar con cuerpos tumbados. Dos de ellos se separaban y salían del encuadre; se produjo un corte, apareció un dormitorio y la cámara enfocó a los mismos personajes desvistiéndose y besándose. Eran jovenzuelos, y no los conocía, ni conocía el piso mucho menos ostentoso que la casa de Cafferty.

Bien, al gángster le gustaba ver porno de aficionados… Pulsó el avance, pero la acción continuaba con la misma pareja y su cópula. La cámara los captaba desde arriba y de lado; apretó más el avance y apareció la chica en el cuarto de baño, sentada en el váter y volviéndose a desvestir para darse una ducha. Era delgada, casi anoréxica, con cardenales en los brazos. Volvió a pulsar el avance, pero no había nada más.

El siguiente tenía una señal azul en vez de verde. Era distinto, pero en el mismo cuarto y de acción distinta pero sobre el mismo tema.

– Tu secreto perverso, Cafferty-musitó Rebus, extrayendo el disco. Probó otro con señal verde: los mismos personajes que en el primero. «John, esto parece…». Señal roja: otro piso, un fumeteo con diversos personajes; una chica bañándose y un tío masturbándose en el dormitorio.

Rebus no esperaba ninguna sorpresa de los de señal amarilla. Efectivamente, eran las mismas actividades, pero… con una diferencia: conocía el piso y a los personajes.

Eran Nancy Sievewright y Eddie Gentry en el piso de Blair Street: el piso de Alquileres MGC.

– Vaya, vaya -dijo para sus adentros.

Había escenas de una fiesta en el cuarto de estar. Bailaban, bebían y le pareció ver unas rayas de coca junto al hachís. Una mamada en el cuarto de baño, puñetazos en el vestíbulo. El siguiente disco: Sol Goodyear de visita, correspondida con un polvo en el dormitorio de Nancy y unos momentos de intimidad en el estrecho cubículo de la ducha. Después de marcharse él, ella se sentaba con el hachís que le había traído y se hacía un buen porro. Cuarto de estar, cuarto de baño, dormitorio y pasillo.

– Todo menos la cocina -dijo Rebus haciendo una pausa-. La cocina… -repitió-, y el dormitorio de Eddie Gentry.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Профайлер
Профайлер

Национальный бестселлер Китая от преподавателя криминальной психологии в Университете уголовной полиции. Один из лучших образцов китайского иямису — популярного в Азии триллера, исследующего темную сторону человеческой натуры. Идеальное сочетание «Внутри убийцы», «Токийского зодиака» и «Молчания ягнят».«Вампир». Весной 2002 года в китайском Цзяньбине происходит сразу три убийства. Молодые женщины задушены и выпотрошены. Найдены следы их крови, смешанной с молоком, которую пил убийца…Фан Му. В Университете Цзянбина на отделении криминалистики учится весьма необычный студент. Замкнутый, нелюдимый, с темными тайнами в прошлом и… гений. Его настоящий дар: подмечать мельчайшие детали и делать удивительно точные психологические портреты. В свои двадцать четыре года он уже помог полиции поймать нескольких самых опасных маньяков и убийц…Смертельный экзамен. И теперь некто столь же гениальный, сколь и безумный, бросает вызов лично Фан Му. Сперва на двери его комнаты появляется пятиконечная звезда — фирменный знак знаменитого Ночного Сталкера. А на следующий день в Университете находят труп. Убийца в точности повторил способ, которым Ночной Сталкер расправлялся со своими жертвами. Не вписывается только шприц, найденный рядом с телом. Похоже, преступник предлагает профайлеру сыграть в игру: угадаешь следующего маньяка — предотвратишь новую смерть…

Лэй Ми

Триллер
24 часа
24 часа

«Новый год. Новая жизнь.»Сколько еще людей прямо сейчас произносят эту же мантру в надежде, что волшебство сработает? Огромное количество желаний загадывается в рождественскую ночь, но только единицы по-настоящему верят, что они исполнятся.Говорят, стоит быть осторожным со своими желаниями. Иначе они могут свалиться на тебя, как снег на голову и нагло заявиться на порог твоего дома в виде надоедливой пигалицы.Ты думаешь, что она – самая невыносимая девушка на свете, ещё не зная, что в твою жизнь ворвалась особенная Снежинка – одна из трехсот пятидесяти миллионов других. Уникальная. Единственная. Та самая.А потом растаяла.Ровно до следующего Рождества.И все что у нас есть – это двадцать четыре часа безумия, от которых мы до сих пор не нашли лекарство.Но как быть, когда эти двадцать четыре часа стоят целого года?

Алекс Д , Алексей Аркадьевич Мухин , Грег Айлс , Клэр Сибер , Лана Мейер

Детективы / Триллер / Самиздат, сетевая литература / Классические детективы / Романы