Читаем La música del Adiós полностью

Llevaba aparcado allí dos horas para nada. La pausa de quince minutos para comprar en el quiosco le habría dado a Cafferty tiempo de sobra para salir sin que él lo viera. Tal vez aquella noche ocupaba la habitación del Caledonian. Como vigilancia era lamentable, pero es que además no estaba seguro de que fuese una vigilancia. Tal vez fuese un simple pretexto para no ir a casa, donde lo único que le esperaba era una reedición de Live at San Quentin de Johnny Cash que no había tenido tiempo de escuchar. Siempre se le olvidaba llevársela al coche, y no sabía qué tal sonaría con un solo altavoz. Era su primer aparato de estéreo y ya al cabo de un mes se había estropeado un altavoz. Tenía una canción de un disco de Velvet Underground con los instrumentos en una pista y la parte cantada en la otra, pero eso no lo podía escuchar. Había tardado años en comprarse el reproductor de CD y aún seguía prefiriendo el vinilo. Siobhan decía que eso era porque era «terco».

– Por eso o porque no tengo mentalidad de rebaño -replicó él. Ella ya se había comprado un MP3 y música on-line, y él le tomó el pelo diciéndole que le dejara ver la portada del disco y la letra de las canciones-. Te pierdes el cuadro completo -dijo-. Un buen álbum es algo más que la suma de sus partes.

– ¿Como el trabajo de la policía? -replicó ella sonriendo. Él ni se molestó en contestar que era precisamente lo que iba a decir.

Terminó las patatas fritas y dobló la bolsa a lo largo para poder hacer un nudo. No sabía por qué hacía eso; le parecía que era más limpio de algún modo. Cuando estaba en el ejército lo hacía un compañero y a él le había dado por imitarle. Era muy distinto a prenderla con una cerilla y ver cómo empequeñecía y se convertía en una bolsa en miniatura, como de casa de muñecas. Eran placeres sencillos; como estar sentado en el Saab de noche en una calle tranquila oyendo música con el estómago lleno. Aguantaría una hora más. Tenía Endless Wire de The Who para cuando se hartara de Gentry. No acababa de entender qué quería decir el título, pero como lo había comprado en compacto, al menos tenía las letras.

Salía un coche marcha atrás de una verja más allá de donde él acechaba. Una verja muy parecida a la de Cafferty, y el coche también. Lo conducía el guardaespaldas, porque en el asiento trasero la luz de lectura iluminaba la calva de Cafferty. Iba leyendo unos papeles. Rebus aguardó. Doblaba hacia donde él estaba y pasaría junto a él. Se agachó y esperó a que pasaran las luces. Vio que ponía el intermitente derecho, y él dio a la llave de contacto, giró en redondo y lo siguió. En el cruce de Granville Terrace el coche de Cafferty se situó delante de un autobús de dos pisos y Rebus tuvo que esperar a que se despejase el tráfico, pero sabía que el coche de Cafferty no podía doblar hasta Leven Street; permaneció detrás del autobús hasta que puso el intermitente de parada y lo adelantó en ese momento. Le separaban cien metros del coche, pero finalmente vio que se encendían las luces de los frenos al llegar a King’s Theatre y cuando se aproximaba más reparó en que algo fallaba: no era el coche de Cafferty.

Siguió detrás de él, y otro coche que lo precedía se detuvo en el semáforo en rojo, pero tampoco era el de Cafferty. Era imposible que el guardaespaldas hubiese adelantado a los dos vehículos, logrando cruzar el semáforo en verde. Él había ido detrás del autobús quizá dos minutos y al pasar el cruce de Viewforth había mirado a un lado sin ver doblar el coche de Cafferty. Tenía que haberse desviado muy rápido por alguna de las bocacalles estrechas, pero ¿cuál? Giró de nuevo en redondo ante las protestas de un taxi que le siguió por Gilmore Place. Vio algunas pensiones de huéspedes con jardín delantero pavimentado y convertido en aparcamiento, pero entre los vehículos no había nada parecido al Bentley de Cafferty.

«Esperas dos horas seguidas y luego lo pierdes en los primeros cien metros», se dijo.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Профайлер
Профайлер

Национальный бестселлер Китая от преподавателя криминальной психологии в Университете уголовной полиции. Один из лучших образцов китайского иямису — популярного в Азии триллера, исследующего темную сторону человеческой натуры. Идеальное сочетание «Внутри убийцы», «Токийского зодиака» и «Молчания ягнят».«Вампир». Весной 2002 года в китайском Цзяньбине происходит сразу три убийства. Молодые женщины задушены и выпотрошены. Найдены следы их крови, смешанной с молоком, которую пил убийца…Фан Му. В Университете Цзянбина на отделении криминалистики учится весьма необычный студент. Замкнутый, нелюдимый, с темными тайнами в прошлом и… гений. Его настоящий дар: подмечать мельчайшие детали и делать удивительно точные психологические портреты. В свои двадцать четыре года он уже помог полиции поймать нескольких самых опасных маньяков и убийц…Смертельный экзамен. И теперь некто столь же гениальный, сколь и безумный, бросает вызов лично Фан Му. Сперва на двери его комнаты появляется пятиконечная звезда — фирменный знак знаменитого Ночного Сталкера. А на следующий день в Университете находят труп. Убийца в точности повторил способ, которым Ночной Сталкер расправлялся со своими жертвами. Не вписывается только шприц, найденный рядом с телом. Похоже, преступник предлагает профайлеру сыграть в игру: угадаешь следующего маньяка — предотвратишь новую смерть…

Лэй Ми

Триллер
24 часа
24 часа

«Новый год. Новая жизнь.»Сколько еще людей прямо сейчас произносят эту же мантру в надежде, что волшебство сработает? Огромное количество желаний загадывается в рождественскую ночь, но только единицы по-настоящему верят, что они исполнятся.Говорят, стоит быть осторожным со своими желаниями. Иначе они могут свалиться на тебя, как снег на голову и нагло заявиться на порог твоего дома в виде надоедливой пигалицы.Ты думаешь, что она – самая невыносимая девушка на свете, ещё не зная, что в твою жизнь ворвалась особенная Снежинка – одна из трехсот пятидесяти миллионов других. Уникальная. Единственная. Та самая.А потом растаяла.Ровно до следующего Рождества.И все что у нас есть – это двадцать четыре часа безумия, от которых мы до сих пор не нашли лекарство.Но как быть, когда эти двадцать четыре часа стоят целого года?

Алекс Д , Алексей Аркадьевич Мухин , Грег Айлс , Клэр Сибер , Лана Мейер

Детективы / Триллер / Самиздат, сетевая литература / Классические детективы / Романы