Читаем La música del Adiós полностью

Bien, ¿qué hacer? En las inmediaciones había muchos rincones oscuros donde podía hacer tiempo helándosele el trasero. O podía volver al coche; al final los dos hombres tendrían que regresar a sus vehículos. Con cien ganadas en la máquina, adoptó una decisión y dirigió sus pasos a la otra orilla del canal cruzando el puente de Leamington, tarareando para sus adentros al pasar frente al solar. Los dos chóferes no prestaron atención a su presencia, entretenidos como estaban charlando. Rebus dudaba de que el guardaespaldas de Cafferty hablase ruso, lo que significaba que el chófer de Andropov debía de hablar medianamente inglés.

Una vez dentro del Saab pensó en encender el motor para obtener algo de calor, pero un motor al ralentí podía llamar la atención de algún vigilante curioso, así que se frotó las manos y se cubrió cuanto pudo con el abrigo. Transcurrieron veinte minutos sin que sucediera nada. No había visto a Andropov ni a Cafferty, pero advirtió que los coches arrancaban. Los siguió hasta Gilmore Place, donde pusieron el intermitente derecho para entrar en Viewforth y luego otra vez el derecho para tomar por Dundee Street. Dos minutos después se detenían frente a un bar. Una parte de la fachada daba al canal y la otra a Fountainbridge. Allí el tráfico era intenso y había muchos coches aparcados, pero encontró sitio cerca de la cooperativa Funeral Home; estaba en obras y de uno de los edificios sólo habían dejado la fachada, tras la cual comenzaba a alzarse la nueva construcción. En aquella zona todo eran bancos y compañías de seguros, pensó Rebus, lo que le hizo también pensar en sir Michael Addison, Stuart Janney y Roger Anderson, todos ellos del banco First Albannach.

Por el retrovisor lateral vio que los dos coches continuaban parados al ralentí pero sin apagar los faros. En un par de años seguramente tendría autoridad para detenerles en virtud de algún mandamiento judicial a propósito del C02. Pero él ya no estaría en el Cuerpo dentro de dos años…

«Bingo», pensó al ver que Andropov y Cafferty salían, subían a sus respectivos coches y arrancaban, pasando a su lado hacia Lothian Road. Volvió a seguirlos; esta vez sería más difícil que los perdiera de vista. Al pasar por el extremo de King’s Stables Road, Rebus sintió un nudo en el estómago ante la eventualidad de que se dirigieran al aparcamiento de varias plantas, pero continuaron en el flujo del tráfico y doblaron en Princes Street hacia Charlotte Square y Queen Street. Al pasar frente a Young Street dirigió una mirada en dirección al bar Oxford.

– Esta noche no, mi amor -musitó con un gorgorito, lanzando un beso.

Al final de Queen Street giraron a la izquierda hacia Leith Walk, pasando por Gayfield Square. Después siguieron por Junction Street y North Junction Street hasta el muelle oeste de Leith. Allí también había obras de rehabilitación, con bloques de apartamentos en antiguos solares de los muelles y de la industria.

– No es ningún recorrido turístico, Sergei -farfulló Rebus al ver que los coches se detenían.

Había otro coche parado con las luces de emergencia encendidas. Él pasó por su lado pero no vio sitio donde aparcar. Las calles estaban desiertas; dobló en la primera que se le ocurrió, giró de nuevo en redondo con su habitual maestría y volvió despacio al cruce, donde puso el intermitente derecho y pasó por delante de los tres coches. Otra vez la misma escena: Cafferty y Andropov de pie en la acera y Cafferty estirando los brazos para abarcar la panorámica. Pero esta vez tenían compañía: Stuart Janney y Nikolai Stahov. El funcionario consular mantenía sus manos enguantadas a la espalda y se tocaba con un gorro de cosaco. Janney, con gesto pensativo y los brazos cruzados, asentía con la cabeza.

– Toda la banda reunida -comentó Rebus.

Vio una gasolinera con las luces encendidas y se acercó a echar algo de gasolina sin plomo; cogió chicle, pagó en caja y se detuvo junto al surtidor desenvolviendo una pastilla y fingiendo comprobar mensajes en el móvil. El cajero no le quitaba ojo, y pensó que allí no podía seguir mucho más rato. Miró hacia el extremo de la calle, pero no vio gran cosa. Parecía que Cafferty seguía acaparando el protagonismo. En ese momento, en la gasolinera, un coche paró detrás del suyo y de él bajaron dos hombres. Uno cogió la manguera mientras el otro efectuaba estiramientos y se acercaba al quiosco, pero de pronto cambió de idea y se acercó a Rebus.

– Buenas noches -dijo.

Era alto, más que Rebus. El cinturón no le daba para más y parecía dispuesto a atacar. Llevaba el pelo gris rapado y su rostro era mofletudo, como el de un niño de pecho sobrealimentado que llora cuando se le aparta la teta. Rebus respondió al saludo con una inclinación de cabeza y echó a la papelera el envoltorio del chicle. El recién llegado miró el coche de Rebus.

– Es un viejo trasto, incluso para un Saab -comentó.

Rebus miró el coche del desconocido. Era un Vauxhall Vectra repintado de negro.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Профайлер
Профайлер

Национальный бестселлер Китая от преподавателя криминальной психологии в Университете уголовной полиции. Один из лучших образцов китайского иямису — популярного в Азии триллера, исследующего темную сторону человеческой натуры. Идеальное сочетание «Внутри убийцы», «Токийского зодиака» и «Молчания ягнят».«Вампир». Весной 2002 года в китайском Цзяньбине происходит сразу три убийства. Молодые женщины задушены и выпотрошены. Найдены следы их крови, смешанной с молоком, которую пил убийца…Фан Му. В Университете Цзянбина на отделении криминалистики учится весьма необычный студент. Замкнутый, нелюдимый, с темными тайнами в прошлом и… гений. Его настоящий дар: подмечать мельчайшие детали и делать удивительно точные психологические портреты. В свои двадцать четыре года он уже помог полиции поймать нескольких самых опасных маньяков и убийц…Смертельный экзамен. И теперь некто столь же гениальный, сколь и безумный, бросает вызов лично Фан Му. Сперва на двери его комнаты появляется пятиконечная звезда — фирменный знак знаменитого Ночного Сталкера. А на следующий день в Университете находят труп. Убийца в точности повторил способ, которым Ночной Сталкер расправлялся со своими жертвами. Не вписывается только шприц, найденный рядом с телом. Похоже, преступник предлагает профайлеру сыграть в игру: угадаешь следующего маньяка — предотвратишь новую смерть…

Лэй Ми

Триллер
24 часа
24 часа

«Новый год. Новая жизнь.»Сколько еще людей прямо сейчас произносят эту же мантру в надежде, что волшебство сработает? Огромное количество желаний загадывается в рождественскую ночь, но только единицы по-настоящему верят, что они исполнятся.Говорят, стоит быть осторожным со своими желаниями. Иначе они могут свалиться на тебя, как снег на голову и нагло заявиться на порог твоего дома в виде надоедливой пигалицы.Ты думаешь, что она – самая невыносимая девушка на свете, ещё не зная, что в твою жизнь ворвалась особенная Снежинка – одна из трехсот пятидесяти миллионов других. Уникальная. Единственная. Та самая.А потом растаяла.Ровно до следующего Рождества.И все что у нас есть – это двадцать четыре часа безумия, от которых мы до сих пор не нашли лекарство.Но как быть, когда эти двадцать четыре часа стоят целого года?

Алекс Д , Алексей Аркадьевич Мухин , Грег Айлс , Клэр Сибер , Лана Мейер

Детективы / Триллер / Самиздат, сетевая литература / Классические детективы / Романы