Читаем Un Puerto Seguro полностью

Disfrutaba de la compañía de Ophélie, pero además nunca perdía de vista las formas y no le parecía correcto ver a una niña de la edad de Pip sin su madre, salvo en la playa, como había sucedido durante todo el verano. Pero en la ciudad era distinto, al menos en su opinión, y sospechaba que Ophélie estaría de acuerdo con él. Casi todas sus ideas sobre los niños coincidían, y Matt respetaba sobremanera el modo en que Ophélie había educado a Pip. Los resultados eran excelentes, a juzgar por lo que se apreciaba.

– Podrías venir a visitarnos la semana que viene.

– Lo intentaré -prometió.

Sin embargo, no consiguieron quedar durante varias semanas. Matt estaba terminando el retrato y tenía otros asuntos que atender. Por su parte, Ophélie estaba más ocupada de lo que jamás habría imaginado. Había decidido trabajar tres días por semana en el centro y salir dos noches con el equipo. Era una agenda muy apretada, y Pip tenía más deberes de lo que le gustaba reconocer.

El 1 de octubre Matt llamó a Ophélie y la invitó a pasar el día en la playa el fin de semana siguiente, pero ella vaciló unos instantes antes de exponerle su reticencia.

– El aniversario de la muerte de Ted y Chad es el día anterior -dijo con tristeza-. Creo que será un día duro para las dos; no sé cómo estaremos después y no me gustaría nada ir a verte deprimida. Quizá sería mejor esperar una semana más. De hecho, Pip cumple años la semana siguiente.

Matt lo recordaba vagamente, aunque la niña no le había hablado mucho del asunto, lo que le parecía muy discreto y adulto.

– Podríamos hacer las dos cosas. Veamos cómo va todo el día después del aniversario. Tal vez os siente bien venir a Safe Harbour para cambiar de aires. No hace falta que me digas nada hasta el mismo día. Y, si no te parece mal, me encantaría invitaros a cenar para celebrar el cumpleaños de Pip, si crees que le haría ilusión.

– Seguro que sí -asintió Ophélie con sinceridad.

Por fin accedió a llamarlo la mañana después del aniversario, aunque sospechaba, y con razón, que volverían a hablar antes de aquella fecha. Por muy atareada que estuviera, le gustaba escuchar su voz.

Contó a Pip lo de las dos invitaciones, y la niña reaccionó visiblemente complacida, aunque también ella estaba nerviosa por el aniversario. Sobre todo temía que fuera muy duro para su madre y volviera a sumirla en la depresión. En los últimos tiempos había mejorado mucho, y el día del triste aniversario pendía sobre ambas como una espada de Damocles.

Ophélie había organizado una misa en Saint Dominic, pero por lo demás no habían planeado nada. Puesto que el avión había estallado, no quedaban restos mortales, y Ophélie había decidido no instalar lápidas sobre tumbas vacías. No quería tener un lugar al que ir a llorar. Por lo que a ella respectaba, según había explicado a Pip el año anterior, llevaban a sus dos seres más queridos en el corazón. Lo único que habían recuperado era la hebilla del cinturón de Chad y la alianza de Ted, ambos objetos retorcidos y casi irreconocibles, pero pese a ello Ophélie los conservaba.

Por lo tanto, su única actividad del día sería asistir a la misa y volver a casa para pasar el resto de la jornada recordando a los seres amados que habían perdido. Eso era precisamente lo que preocupaba a Pip y, a medida que se acercaba el día, también a Ophélie. Aguardaba el aniversario con auténtico terror.

<p>Capítulo 18</p>

El día del aniversario amaneció hermoso y soleado. El sol bañaba el dormitorio de Ophélie cuando ella y Pip despertaron en su cama. La niña había pasado allí casi todas las noches desde principios de septiembre. Su presencia proporcionaba gran consuelo a Ophélie y aún estaba agradecida a Matt por la sugerencia. Pero ese día, ambas se levantaron en silencio.

De inmediato, tanto Ophélie como Pip recordaron el día del funeral, igual de soleado que aquel y un tormento para todos. Asistieron todos los colegas y colaboradores de Ted, sus amigos comunes, todos los amigos de Chad y toda su clase. Por fortuna, Ophélie apenas recordaba nada, pues había estado demasiado aturdida. Lo único que recordaba era el mar de flores y la mano de Pip aferrada dolorosamente a la suya. De repente, como un coro bajado del cielo, el «Ave María», que nunca había sonado tan hermoso y fascinante como aquel día. Era un recuerdo que jamás lograría desterrar de su mente.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Сбежавшая жена босса. Развода не будет!
Сбежавшая жена босса. Развода не будет!

- Нас расписали по ошибке! Перепутали меня с вашей невестой. Раз уж мы все выяснили, то давайте мирно разойдемся. Позовем кого-нибудь из сотрудников ЗАГСа. Они быстренько оформят развод, расторгнут контракт и… - Исключено, - он гаркает так, что я вздрагиваю и вся покрываюсь мелкими мурашками. Выдерживает паузу, размышляя о чем-то. - В нашей семье это не принято. Развода не будет!- А что… будет? – лепечу настороженно.- Останешься моей женой, - улыбается одним уголком губ. И я не понимаю, шутит он или серьезно. Зачем ему я? – Будешь жить со мной. Родишь мне наследника. Может, двух. А дальше посмотрим.***Мы виделись всего один раз – на собственной свадьбе, которая не должна была состояться. Я сбежала, чтобы найти способ избавиться от штампа в паспорте. А нашла новую работу - няней для одной несносной малышки. Я надеялась скрыться в чужом доме, но угодила прямо к своему законному мужу. Босс даже не узнал меня и все еще ищет сбежавшую жену.

Вероника Лесневская

Короткие любовные романы / Современные любовные романы / Романы