Читаем Club Shadowlands полностью

Su pánico retrocedió un poco, incluso más cuando él rozó un tierno beso sobre sus labios y acariciando su sien. Nunca había conocido a nadie que la afectara de esta manera. Confiaba en él, mucho más de lo que tenía sentido. Ella suspiró su aceptación, deteniendo la lucha contra las correas, aunque su cuerpo permaneció rígido.

Mientras yacía allí, las manos atadas sobre su cabeza, él se puso de pie y se desvistió, no a toda prisa, sino tan eficiente como hacía todo, según parecía. Oh, era tan guapo sin ropa como ella lo había imaginado, su piel oscura bronceada, tirante sobre los músculos debajo. Sus ojos fueron más abajo, y se sonrojó. Su erección era enorme, gruesa y dura y sobresalía hacia ella, tanto una amenaza como una promesa.

Siguiendo su mirada, él miró hacia abajo. -Como puedes ver, estoy esperando enterrarme en tu resbaladizo coño, sentirte toda a mí alrededor.

Su núcleo se empuñó ante sus palabras, como si tuviera una mente propia, calentándose y humedeciéndose para la invasión.

Después de cubrirse con un condón, se unió con ella en la cama. Apoyado sobre un codo, le acarició la mejilla y provocó sus labios en un suave beso que rápidamente se volvió caliente. Su lengua tomó posesión, llanamente sumergiéndose dentro y fuera de su boca.

Y ella sintió el calor retornar mientras él jugaba con su boca, mientras sus dedos rozaban arriba y abajo de su cuello, acariciando la parte superior de sus pechos.

Entonces su mano se movió hacia abajo.

– Eres como un regalo de Navidad -su voz era suave y profunda -obsequiándome con placeres tan tentadores. Tus pechos son encantadores. -Levantó a cada uno, evidentemente, disfrutando del peso sobre su mano, pasando los dedos por la parte inferior, haciendo círculos en cada pecho hasta que los pezones se contrajeron en duros botones, doloridos por ser tocados.

Ella se arqueó, tratando de acercarse, y él se rió entre dientes.

Sus dedos se cerraron sobre su pecho derecho, corriendo sobre la pequeña areola de piedra hasta que se apretó aún más. Cuando tomó el pezón dentro de su boca, su caliente y húmeda lengua provocaba estremecimientos en ella cuando circulaba el pico. Sus dientes se cerraron y mordieron. Se quedó sin aliento. La sensación era apenas dolorosa, enviando placer sacudiéndose a través de ella como una línea eléctrica hacia su centro.

Intentó llevar sus manos hacia abajo, queriéndolo tocar, pero las restricciones la sostenían con fuerza. Se dio cuenta una vez más que no podía moverse, no podía detenerlo de darle cualquier cosa que él quisiera. Su respiración se enganchó incluso mientras su excitación subía otro nivel.

Él se movió al otro pecho mientras sus dedos seguían jugando con el primero. Lo llevó a su boca, chupando con fuerza hasta que el pezón estuvo erguido y de color rojo oscuro.

– Muy bonito, -murmuró con aprobación, y se deslizó hacia abajo. Su boca se presionó contra su estómago, mordisqueando y besando hasta que ella se retorcía bajo su toque, su corazón latía más rápido con cada centímetro.

Se arrodilló entre sus piernas ahora, mirando a su… su coño. Ella se sonrojó. ¿Por qué él no había oscurecido la habitación? El sexo era una cosa, ser observada era otra. Esa área debería ser privada.

Inclinando su cabeza, él pasó el dedo hacia abajo por su estómago hasta la parte superior de su hendidura, y ella contuvo el aliento y tiró de sus ataduras. Él la miró, empujándole las piernas un poco hacia afuera. Sintiéndose expuesta y vulnerable ante su mirada, se resistió, incapaz de ayudarse a sí misma.

– No creo que vayas a obedecerme fácilmente, -reflexionó. -Eres demasiado tímida.

Tenía la sensación de que sabía lo que venía. Ahora iba a restringir sus piernas. Ella había oído hablar de las piernas abiertas como el vuelo de un águila atadas en las esquinas. Su respiración se aceleró incluso más mientras trataba de decirse a sí misma que sería divertido. Por lo menos sabía lo que venía.

Sus ojos se arrugaron cuando él le sonrió.

– Tal vez no la apertura del águila, entonces.

Estirándose debajo del colchón, sacó una ancha correa que estaba conectada al costado de la cama. Luego de envolver la suave correa cubierta con terciopelo justo por encima de su rodilla, le inclinó la pierna hacia arriba hasta el pecho, luego hacia afuera, y tiró de la cuerda para ajustarla.

– Hey. -Abrió mucho los ojos cuando él hizo lo mismo con la otra pierna y esta vez trató de resistirse, pero había terminado antes de que se recuperara de la sorpresa. En lugar de que sus piernas estuvieran rectas, él había tirado sus rodillas hacia su estómago, y hacia afuera, inclinando su coño hacia arriba en el aire.

– Ahora estás abiertas para mí, -le dijo, mirándola directamente a los ojos. -Abierta para lo que mi boca o polla quiera de ti. -Insoportablemente lento, él deslizó su dedo hacia abajo entre sus pliegues, tomando su humedad y esparciéndola. -Este hermoso pequeño coño es mío para usarlo.

Перейти на страницу:

Похожие книги

В центре музыки
В центре музыки

Амирхан - сын шейха и иламитский принц. Отец верит в него, а потому назначил президентом компании «ВостокИнвестБанк М&Н» в России. Юна, простая русская девушка, если можно назвать простой, девушку с генетическим сбоем, которая так отличается от всех остальных, своим цветом волос и глаз. Но она все равно принимает себя такой, какая она есть несмотря на то, что многие считают ее белой вороной. И не только из-за ее особенности, но и потому, что она не обращает ни на кого внимание, наслаждаясь жизнью. Девушка хочет изменить свою жизнь и готова оставить позади насмешки и косые взгляды бывших сокурсников, решив начать новую, совершено другую жизнь... Но случайная встреча с Амирханом меняет все ее планы. И ей теперь суждено узнать, на что готов настоящий принц, чтобы получить желаемое...

Лика П.

Эротическая литература / Романы