-Así es - dijo la mujer -. Eso quiere decir que hasta los muertos se equivocan.
El zumbido del ventilador eléctrico consolidó la penumbra. El coronel se sintió impaciente, atormentado por el sopor y por la bordoneante mujer que pasó directamente de los sueños al misterio de la reencarnación. Esperaba una pausa para despedirse cuando don Sabas entró a la oficina con su capataz.
-Te he calentado la sopa cuatro veces - dijo la mujer.
-Si quieres caliéntala diez veces - dijo don Sabas -. Pero ahora no me friegues la paciencia.
Abrió la caja de caudales y entregó a su capataz un rollo de billetes junto con una serie de instrucciones. El capataz descorrió las persianas para contar el dinero. Don Sabas vio al coronel en el fondo de la oficina pero no reveló ninguna reacción. Siguió conversando con el capataz. El coronel se incorporó en el momento en que los dos hombres se disponían a abandonar de nuevo la oficina. Don Sabas se detuvo antes de abrir la puerta.
-¿Qué es lo que se le ofrece, compadre?
El coronel comprobó que el capataz lo miraba.
-Nada, compadre – dijo -. Que quisiera hablar con usted.
-Lo que sea dígamelo en seguida - dijo don Sabas -. No puedo perder un minuto.
Permaneció en suspenso con la mano apoyada en el pomo de la puerta. El coronel sintió pasar los cinco segundos más largos de su vida. Apretó los dientes.
-Es para la cuestión del gallo - murmuró.
Entonces don Sabas acabó de abrir la puerta. «La cuestión del gallo», repitió sonriendo, y empujó al capataz hacia el corredor. «El mundo cayéndose y mi compadre pendiente de ese gallo.»
Y luego, dirigiéndose al coronel:
-Muy bien, compadre. Vuelvo enseguida.
El coronel permaneció inmóvil (оставался неподвижным) en el centro de la oficina hasta cuando acabó de oir las pisadas (пока не прекратил слышать шаги = пока не затихли шаги) de los dos hombres en el extremo del corredor (в конце коридора). Después salió a caminar por el pueblo paralizado en la siesta dominical (вышел пройтись по деревне парализованной воскресной сиестой). No había nadie en la sastrería (в мастерской портны). El consultorio del médico estaba cerrado. Nadie vigilaba la mercancía expuesta en los almacenes de los sirios (никто не наблюдал за товарами выставленными в лавках сирийцев). El río era una lámina de acero (река была листом стали). Un hombre dormía en el puerto sobre cuatro tambores de petróleo (на четырех бочках из-под нефти), el rostro protegido del sol por un sombrero (лицо защищенное от солнца шляпой). El coronel se dirigió a su casa con la certidumbre de ser la única cosa móvil en el pueblo (направился домой с уверенностью что он единственная подвижная вещь в деревне).
La mujer lo esperaba con un almuerzo completo (полным завтраком).
-Hice un fiado con la promesa de pagar mañana temprano - explicó (сделала заем с обещанием заплатить завтра спозаранку - объяснила).
Durante el almuerzo el coronel le contó los incidentes de las tres últimas horas (рассказал ей происшествия трех последних часов). Ella lo escuchó impaciente (нетерпеливо).
-Lo que pasa es que a ti te falta carácter (дело в том что тебе не хватает характера) – dijo luego -. Te presentas como si fueras a pedir una limosna (ты ведешь себя как будто пришел просить милостыню) cuando debías llegar con la cabeza levantada (когда должен бы был придти с поднятой головой) y llamar aparte (отозвать в сторону) a mi compadre y decirle: «Compadre, he decidido venderle el gallo (решил продать тебе)».
-Así la vida es un soplo (дыхание, дуновение) - dijo el coronel.
Ella asumió una actitud enérgica (предприняла энергичные действия). Esa mañana había puesto la casa en orden (привела дом в порядок) y estaba vestida de una manera insólita (была одета в необычной для себя манере), con los viejos zapatos de su marido (в старые ботинки своего мужа), un delantal de hule (передник из клеенки) y un trapo amarrado (тряпка привязанная = платок) en la cabeza con dos nudos en las orejas (с двумя узлами на ушах). «No tienes el menor sentido de los negocios» (у тебя нет никакого понятия о торговле), dijo. «Cuando se va a vender una cosa (когда уходишь продавать что-нибудь) hay que poner la misma cara con que se va a comprar (должен иметь тоже выражение на лице с которым уходишь что-нибудь покупать).»
El coronel permaneció inmóvil en el centro de la oficina hasta cuando acabó de oir las pisadas de los dos hombres en el extremo del corredor. Después salió a caminar por el pueblo paralizado en la siesta dominical. No había nadie en la sastrería. El consultorio del médico estaba cerrado. Nadie vigilaba la mercancía expuesta en los almacenes de los sirios. El río era una lámina de acero. Un hombre dormía en el puerto sobre cuatro tambores de petróleo, el rostro protegido del sol por un sombrero. El coronel se dirigió a su casa con la certidumbre de ser la única cosa móvil en el pueblo.
La mujer lo esperaba con un almuerzo completo.
-Hice un fiado con la promesa de pagar mañana temprano - explicó.