Harry esperó hasta que pudieron o´ır a Xenophilius moverse en la cocina escaleras abajo antes de hablar.
“¿Tú qué piensas?” le preguntó a Hermione.
“Oh, Harry,” dijo ella con cansancio, “es un absoluto montón de basura. Esto no puede ser lo que realmente significa el signo. Debe ser su extra˜na manera de asumirlo.
Qué perdida de tiempo.”
“Supongo, este es el hombre que nos trajo los Snorkacks de Cuerno Retorcido” dijo Ron.
“¿No cre´ıste tampoco en eso?” le preguntó Harry.
“No, esa historia es de esas cosas que cuentas a los ni˜nos como moralejas, ¿no? ¡No busques problemas, no busques peleas, no hagas el tonto con esas cosas es mejor dejarlo en paz! Sólo mantén la cabeza gacha, ocúpate de tus asuntos y todo irá bien. Piensa en ello” a˜nadió Ron, “quizás es por esas historias por lo que se cree que las varitas de saúcos supuestamente traen mala suerte.”
“¿De qué estas hablando?”
“Una de esas supersticiones, ¿verdad? ’Las brujas nacidas en mayo se casarán con muggles”Maldición en el crepúsculo, deshecha a medianoche”La varita de sauco, nunca prospera’Tienes que haberlas o´ıdo. Mi madre tiene un montón.”
“Harry y yo hemos crecido entre muggles,” le recordó Hermione. “Nos ense˜naron otras supersticiones.” Suspiró profundamente cuando un olor más bien acre ascendió desde la cocina. La única cosa buena de su exasperación con Xenophilius era que parec´ıa haber olvidado que estaba enfadada con Ron. “Creo que estás en lo cierto,” le dijo. “Sólo es una moraleja, es obvio qué regalo es el mejor, el que uno escoger´ıa...”
Los tres hablaron al mismo tiempo: Hermione dijo, “la Capa,”
Ron dijo, “La Varita,”
Y Harry, “La Piedra.”
Se miraron, medio sorprendidos, medio divertidos.
“Se supon´ıa que dir´ıas la Capa,” le dijo Ron a Hermione, “pero no necesitas ser invisible si tienes la varita. Una varita invencible, Hermione, ¡vamos!’
“Ya tenemos una Capa de Invisibilidad,” dijo Harry.
“¡Y nos ha ayudado bastante, por si no os hab´ıas dado cuenta!” respondió Hermione.
“Mientras que la varita atraer´ıa problemas...”
“Solo si lo das a conocer,” argumentó Ron. “Sólo si fueras lo bastante idiota como para ir a bailando y cantando, agitándola sobre tu cabeza, ’tengo una varita invencible, inténtalo si crees que eres lo bastante fuerte’. Mientras mantengas la boca cerrada...”
“Si, ¿pero podrás mantener tú la boca cerrada?” dijo Hermione, con escepticismo.
“...Sabes que la única cosa auténtica que nos ha dicho es que ha habido tres historias sobre varitas súper poderosas en centenares de a˜nos.”
“¿Las hay?” preguntó Harry.
Hermione parec´ıa exasperada. La expresión era tan encantadoramente familiar que CAPÍTULO 21. LA HISTORIA DE LOS TRES HERMANOS
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Harry y Ron se sonrieron mutuamente.
“La Rama de la Muerte, la Varita del Destino, surgen bajo nombres diferentes a lo largo de los siglos, normalmente en posesión de algún Mago Oscuro que alardea de ellas.
El profesor Binns mencionó alguna cosa, pero... oh, todo esto es una tonter´ıa. Las varitas sólo tienen tanto poder como los magos que las utilizan. A algunos magos simplemente les gusta alardear de que las suyas son más grandes y mejores que las de los demás.”
“¿Pero cómo sabes,” dijo Harry “que esas varitas... la Rama de la Muerte y la Varita del Destino... no son la misma varita, saliendo a la superficie a lo largo de los siglos bajo diferentes nombres?”
“¿Qué pasa si realmente todas ellas son la Varita de Saúco, fabricada por la Muerte?”
dijo Ron.
Harry rió. La extra˜na idea que se le hab´ıa ocurrido era después de todo, rid´ıcula.
Su varita, se recordó, estaba hecha de acebo, no de saúco, y hab´ıa sido fabricada por Ollivander, hiciera lo que hiciera esa noche en que Voldemort le hab´ıa perseguido a través de los cielos; y si hubiera sido invencible, ¿cómo podr´ıa haberse roto?
“¿Entonces por qué escoger´ıas la piedra?” le preguntó Ron.
“Bueno, si pudiera traer a la gente de regreso, podr´ıamos tener a nuestro lado Sirius...
Ojoloco... Dumbledore... a mis padres...”
Ni Ron ni Hermione sonrieron.
“Pero según Beedle el Bardo, ellos no quer´ıan volver, ¿no?” dijo Harry, pensando en el cuento que acababan de escuchar. “No creo que haya muchas otras historias sobre piedras que puedan resucitar a los muertos, ¿las hay?” preguntó a Hermione.
“No” replicó ella tristemente. “No creo que nadie excepto el Se˜nor Lovegood pudiera enga˜narse a s´ı mismo creyendo que es posible. Probablemente Beedle tomó la idea de La Piedra del Hechicero; ya sabes, en vez de una piedra que te hiciera inmortal, una piedra que invirtiera la muerte.”
El olor de la cocina se hac´ıa más fuerte. Algo as´ı como a calzoncillos quemados. Harry se preguntó si le ser´ıa posible comer algo de lo que Xenophilius estaba cocinando para no herir sus sentimientos.”
“¿Sin embargo, qué hay de la Capa?” dijo Ron lentamente. “¿No te das cuenta, él está en lo cierto? He utilizado la Capa de Harry y sé como funciona, nunca me detuve a pensarlo. Y nunca he o´ıdo hablar de ninguna como la de Harry. Es infalible. Nunca hemos sido divisados bajo ella...”