A pesar de que extra˜nar´ıa a Bill, Fleur, Luna y Dean, sin mencionar las comodidades hogare˜nas que hab´ıan disfrutado por las últimas semanas, Harry estaba ansioso de escapar del confinamiento de Shell Cottage. Estaba cansado de tratar de cerciorarse que no eran escuchados por casualidad, cansado de estar encerrado en la peque˜na y oscura habitación. Sobretodo, deseaba librarse de Griphook. Sin embargo, exactamente como y cuando dejar´ıa al gnomo sin devolverle la espada de Griffindor continuaba siendo una pregunta para la cual Harry no tenia respuesta. Hab´ıa sido imposible decidir como iban a hacerlo, porque el gnomo raramente dejaba solos a Harry, Ron y Hermione por más de cinco minutos seguidos. “Podr´ıa darle lecciones a mi madre,” gru˜no Ron,” mientras los largos dedos del gnomo continuaban apareciendo en las orillas de las puertas. Con la advertencia de Bill en mente, Harry no pod´ıa dejar de sospechar que Griphook estaba cuidándose de una posible triqui˜nuela. Hermione desaprobaba tan apasionadamente el en-ga˜no planeado que Harry hab´ıa dejado de intentar recurrir a su inteligencia sobre la mejor forma de hacerlo. Ron, en las raras ocasiones que hab´ıan tenido la oportunidad de robar unos pocos momentos libres de Griphook, hab´ıa salido con nada mejor que: Tendremos que irnos volando, colega.
Harry durmió mal esa noche. Yaciendo quieto en las primeras horas, pensó de nuevo en la manera en que se hab´ıa sentido la noche anterior a que se hubieran infiltrado en el Ministerio de Magia y recordó haberse sentido decidido, casi excitado. Ahora estaba experimentando sacudidas de ansiedad, dudas persistentes; no pod´ıa sacudirse el miedo de que todo fuera a ir mal. Segu´ıa repitiéndose que su plan era bueno, que Griphook sabia a lo que se estaban enfrentando, que estaban bien preparados para todas las dificultades que podr´ıan encontrarse, aun as´ı se sent´ıa inquieto. Una o dos veces escucho a Ron revolverse y estaba seguro de que también estaba despierto, pero estaban compartiendo la habitación con Dean, por lo que Harry no hablo.
Fue un alivio cuando llegaron las seis en punto y pudieron escurrirse de sus bolsas de dormir, vestirse en la penumbra, y salir al jard´ın, donde iban a encontrarse con Hermione y Griphook. El amanecer era fr´ıo, pero ahora que estaba llegando Mayo hab´ıa poco viento.
Harry miro hacia las estrellas que aun brillaban tenuemente en el cielo oscuro y escucho el mar golpeando al avanzar y retirarse contra el acantilado; iba a extra˜nar el sonido.
Peque˜nos brotes verdes estaban forzando su camino sobre la tierra roja de la tumba de Dobby, dentro de un a˜no el mont´ıculo estar´ıa cubierto de flores. La piedra blanca que ten´ıa grabado el nombre del elfo ya hab´ıa adquirido una apariencia desgastada. Ahora se daba cuenta que dif´ıcilmente podr´ıan haber encontrado un lugar mas hermoso para que CAPÍTULO 26. GRINGOTTS
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Dobby descansara, pero Harry se lleno de tristeza al pensar en dejarlo atrás. Mirando hacia la tumba, se pregunto de nuevo como hab´ıa sabido el elfo a donde ir a rescatarlos.
Sus dedos se movieron distra´ıdamente hacia el peque˜no bolso que colgaba de su cuello, a través del cual pod´ıa sentir el fragmento de espejo en el que hab´ıa estado seguro que hab´ıa visto el ojo de Dumbledore. Entonces el ruido de una puerta abriéndose le hizo mirar alrededor.
Bellatrix Lestrange caminaba a zancadas sobre el césped hacia ellos, acompa˜nada por Griphook. Mientras caminaba iba remetiendo el peque˜no bolso de cuentas en el bolsillo interior del otro juego de antiguas túnicas que hab´ıan tomado de Grimmauld Place. A pesar de que Harry sab´ıa perfectamente bien que era realmente Hermione, no pudo evitar un temblor de repudio. Era más alta que él, el cabello largo y negro le bajaba ondulado por la espalda, sus ojos claramente desde˜nosos al posarse en él; pero entonces hablo, y escucho a Hermione con la voz baja de Bellatrix.
“¡Ella sabe horrible, peor que gurdirraiz! De acuerdo Ron, acércate para que pueda hacerte...”
“Bien, pero recuerda que no me gusta la barba muy larga.”
“Por Dios Santo, esto no se trata de lucir bien.”
“No es eso, ¡se pone en medio! Pero me gustar´ıa mi nariz una pizca mas corta, trata de hacerla igual que la vez pasada.”
Hermione suspiro y empezó a trabajar, refunfu˜nando bajo su aliento mientras transfor-maba algunos aspectos de la apariencia de Ron. Iba a recibir una identidad completamente falsa, y confiaban en la malévola aura de Bellatrix para protegerlo. Mientras tanto Harry y Griphook iban a estar ocultos debajo de la capa de invisibilidad.
“Listo” dijo Hermione, “¿Qué tal se ve, Harry?”
Era posible distinguir algo de las facciones de Ron bajo el disfraz, pero solo, pensó Harry, debido a que lo conoc´ıa tan bien. El cabello de Ron era ahora largo y ondulado; ten´ıa barba y bigote casta˜nos, ninguna peca, nariz chata y cejas espesas.
“Bueno, no es mi tipo, pero funcionara,” dijo Harry. “¿Nos vamos entonces?”