“Muriel es una pesadilla” dijo Ron, limpiándose la frente con la manga. “Sol´ıa venir cada a˜no por Navidad, entonces, gracias a Dios, se molestó porque Freg y George tiraron una bomba fétida bajo su silla durante la cena. Papá siempre dice que ella los quitará de su testamento... como si les importase, van a acabar más ricos que cualquiera en la familia, a la velocidad que van... Guau” a˜nadió, parpadeando con bastante rapidez al ver a Hermione yendo con prisa hacia ellos. “¡Estás genial!”
“Siempre con tono de sorpresa” dijo Hermione, aunque sonrió. Llevaba una túnica CAPÍTULO 8. LA BODA
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suelta de color lila, con sandalias de tacón alto a juego; su pelo estaba liso y brillante. “Tu tátara t´ıa abuela Muriel no está de acuerdo, acabo de verla en el piso de arriba mientras le daba a Fleur la tiara. Dijo, Óh cari˜no, ¿esta es la hija de muggles?’y siguió, ’mala postura y codos delgaduchos”’
“No te lo tomes como algo personal, es ruda con todo el mundo” dijo Ron.
“¿Habláis de Muriel?” inquirió George, reapareciendo de la carpa con Fred. “S´ı, justo me acaba de decir que mis orejas están torcidas. Viejo murciélago. Aunque desear´ıa que el viejo t´ıo Bilius estuviera todav´ıa con nosotros; era una risa segura en las bodas.”
“¿No fue el que vio un grim y murió veinticuatro horas después?” preguntó Hermione.
“Bueno s´ı, se volvió un poco raro al final” concedió George.
“Pero antes de volverse loco era la vida y alma de la fiesta” dijo Fred. “Sol´ıa beberse una botella entera de whisky de fuego, después corr´ıa a la pista de baile, se levantaba la túnica, y empezaba a sacar ramos de flores de su...”
“S´ı, parece auténticamente encantador” dijo Hermione, mientras Harry se re´ıa a carcajadas.
“Nunca se casó, por alguna razón” dijo Ron.
“Me asombráis” dijo Hermione.
Se estaban riendo tanto que ninguno notó un invitado que llegó tarde, un joven de cabello negro con una larga y curvada nariz, gruesas cejas negras, hasta que le dio a Ron su invitación y dijo, con sus ojos en Hermione: ”Estás ’marravillosa’.”
“¡Viktor!” gritó ella, y dejó caer su peque˜no bolso adornado con cuentas, que hizo un sonoro y seco ruido, bastante desproporcionado con su tama˜no. Mientras se revolv´ıa, sonrojándose, para recogerlo, dijo: “No sab´ıa que fueses a... Dios... es muy agradable ver...
¿cómo estás?”
Las orejas de Ron se hab´ıan puesto de nuevo de un rojo brillante. Después de echar un vistazo a la invitación de Krum como si no creyera ni una palabra de ella, dijo, en voz demasiado alta: ”¿Cómo es que estás aqu´ı?”
“Fleur me invitó” dijo Krum, levantando las cejas.
Harry, que no le guardaba ningún rencor a Krum, le dio la mano; entonces, sintiendo que ser´ıa prudente sacar a Krum de las proximidades de Ron, se ofreció a ense˜narle su asiento.
“Tu amigo no está muy contento de ’verrme”’dijo Krum mientras entraba en la ahora llena carpa. “¿O es un ’familiarr’ ?” a˜nadió con una mirada al cabello rizado de Harry.
“Primo” farfulló Harry, pero en realidad Krum no estaba escuchando. Su aparición estaba causando alboroto, especialmente entre las primas veela. Después de todo, era un famoso jugador de Quidditch. Mientras la gente segu´ıa estirando el cuello para echarle un buen vistazo, Ron, Hermione, Fred y George llegaron apresuradamente al pasillo.
“Tiempo de sentarse” le dijo Fred a Harry, “o nos va a atropellar la novia.”
Harry, Ron y Hermione ocuparon sus asientos en la segunda fila detrás de Fred y George. Hermione estaba bastante sonrojada y las orejas de Ron todav´ıa estaban coloradas.
Después de un momento, le murmuró a Harry: ”¿Has visto que se ha convertido en un estúpido osito?”
Harry dejó escapar un gru˜nido evasivo.
CAPÍTULO 8. LA BODA
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Una sensación de nerviosa anticipación hab´ıa llenado la cálida tienda, el murmullo general roto por brotes ocasionales de risas excitadas. El se˜nor y la se˜nora Weasley avanzaron por el pasillo, sonriendo y saludando con las manos a sus familiares; el se˜nor Weasley llevaba un nuevo conjunto de túnica color amatista con un sombrero a juego.
Un momento después Bill y Charlie se encontraban al frente de la carpa, ambos llevando túnicas de gala, con grandes rosas blancas en las solapas; Fred silbó con admiración y hubo un estallido de risitas de las primas veela. Entonces la multitud se quedó en silencio cuando la música empezó a salir de lo que parec´ıan ser los globos dorados.
“Ooooh” dijo Hermione, girándose en su asiento para mirar a la entrada.